viernes, 29 de diciembre de 2017

Ingela Gathenhielm, la reina del Báltico.



Entre los piratas del norte de Europa existió una fiera mujer que además estaba a las órdenes del rey Carlos XII de Suecia.
Armando Enríquez Vázquez

Donde hay un mar, hay comercio marítimo y donde hay comercio marítimo siempre han existido los piratas.
A principios del siglo XVI el norte de Europa se encontraba bajo el dominio de Carlos XII de Suecia, quien ostentaba además un puñado de títulos nobiliarios que demostraban el extenso territorio de sus dominios, entre los que se incluía una gran porción del Mar Báltico. Mucho del control de los barcos mercantes de sus enemigos polacos, daneses, lituanos, rusos se dio a través de un grupo de piratas que actuaban bajo las órdenes directas y la protección de Carlos XII.
Ingela nació en septiembre de 1692 en Onsala. En 1710, Carlos XII autorizó a Lars Gathenhielm a cometer actos de piratería en el Báltico, atacando y hundiendo naves de las naciones enemigas. Un año después Ingela, de dieciocho años, se casó con Lars y formó parte del negocio de su marido. La pareja operaba desde Gotemburgo. Algunos la pintan como el cerebro de la operación de Lars, para otros ella era parte de las operaciones de pillaje, ambas cosas parecen ser ciertas cuando en 1718 Lars murió y ella tomo el mando de los actos de piratería.
La historia dice que tanto Lars como Ingela eran originarios de Onsala donde se conocieron desde niños pues las granjas de sus padres colindaban. El ser uno de los corsarios del Rey representó para Lars y más tarde para Ingela enormes ganancias, en 1715 Lars fue nombrado miembro de la nobleza sueca por el Rey Carlos XII, lo que además le dio tierras y los honores propios de la nobleza.
Tras la muerte, nada honrosa de Lars, quien lejos de morir en el mar, en batalla, lo hizo en cama víctima de la tuberculosis. Ingela se hizo cargo del negocio familiar. Ingela llegó a ser conocida como la Reina de los barcos. Las treguas que Carlos XII consiguió con sus mayores enemigos Dinamarca en 1720 y Rusia en 1721 acabó con todo el patrocinio a los piratas, Ingela se retiró a la vida mercantil, se casó de nuevo en 1722 con un militar de apellido Browald, pero permaneció fiel a Lars Gathenhielm de forma que cuando murió 7 años después, el 29 de abril de 1729, su cuerpo fue enterrado junto al de Lars en la capilla de la iglesia de Onsala, donde aun permanecen en sus féretros de mármol.
Hay historiadores que descalifican a Ingela Gathenhielm como pirata argumentando que la piratería ejercida por ella y su marido era patrocinada y vista como legal ante los ojos del monarca sueco, lo que no impide, sin embargo, la valentía y fuerza de Ingela en tiempos en que las mujeres no brillaban por sus acciones de guerra. 

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