Por: Armando Enríquez Vázquez
Esta es la historia del más famoso entrenador de futbol americano en la historia del juego. Su nombre y el de la NFL están unidos y el trofeo del Superbowl lleva su nombre.
“Los lideres no nacen se hacen, se hacen con gran esfuerzo, ése el precio que debemos pagar para lograr cualquier meta que valga la pena”.
En plena euforia de la década de los 60, mientras la guerra de Vietnam volvía crítica a la juventud de los Estados Unidos; Hombres de cabello largo y cartillas militares quemadas. Música, pintura y literatura de Norteamérica sufrían un renacimiento cimentado en esa revolución. En el deporte profesional de Estados Unidos una cara apareció en la portada de la revista Time cómo símbolo de la competencia y la fuerza de los deportes en Estados Unidos y en específico del futbol americano, de esa misma revolución, pero, en el campo deportivo. Era la cara de Vince Lombardi. El hombre que había hecho ganar a los Green Bay Packers los campeonatos de 1961, 1962, de la Conferencia Nacional de futbol americano y más tarde en 1966 y 1967 lo repetiría, aunándole, además, los dos primeros Superbowls de la recién creada NFL . Mucho más que un quarterback o un corredor o un ala. La estrella del deporte de los Estados Unidos no era un ejecutante, era un estratega, un hombre querido y respetado no sólo por sus jugadores sino por toda la comunidad deportiva, por un país. Se dice que en 1968, Richard Nixon pensó en la posibilidad de hacer a Lombardi su compañero de fórmula, pero los encargados de su campaña le recordaron que Lombardi era demócrata y había a poyado a los Kennedy, así como, a los postulantes demócratas en Wisconsin. Esa era la cara representante de los deportes en la década de los 60 para la revista Time.
Cercano a las nuevas ideas y al cambio que se gestaba en la sociedad, Lombardi era un hombre que creía sobretodo, en el valor del esfuerzo personal, en el trabajo duro y en equipo. Su filosofía y manera de ver el deporte y la vida eran una revolución en el deporte. “La perfección es imposible de alcanzar”, solía decir a sus jugadores, “pero si nos esforzamos a veces alcanzamos la excelencia:” Otro católico en tierras protestantes, como los Kennedy.
Vincent Thomas Lombardi nació en Brooklyn, Nueva York, en 1913. Hijo de un carnicero de origen Italiano y la hija de un peluquero también migrante italiano. Lombardi fue el mayor de 5 hermanos.
En 1928, a la edad de quince años, Lombardi entró al Seminario de la Catedral de la Inmaculada Concepción, tratando de convertirse en sacerdote católico. Tras dos años en el seminario, Lombardi, decidió desistir de la vida eclesiástica y cambió de escuela, a la Preparatoria San Francisco, donde fue un sobresaliente jugador de futbol americano. Al terminar la preparatoria, Lombardi se inscribió a la Universidad de Fordham, donde era la estrella de un grupo llamado los “siete bloques de granito”. Vince jugaba como guardia defensivo para Fordham. Lombardi se graduó con los máximos honores en Fordham y comenzó a trabajar en una compañía financiera durante el día y a estudiar leyes por la noche, pero a los dos años cambio de parecer y aceptó una posición de maestro y entrenador de futbol americano en la preparatoria de Santa Cecilia. Después de ocho temporadas exitosas aceptó la posición de asistente de entrenador asistente en su “Alma Mater” donde después de dos años se volvió el entrenador, siempre teniendo temporadas ganadoras. En 1949 Lombardi acepto una nueva posición como entrenador asistente, esta vez en la academia de West Point, bajo el comando del legendario Red Blaik. Sus funciones eran las de entrenador de la línea ofensiva. El énfasis que hacía Blaik en la ejecución marcó de por vida la forma en que Lombardi entrenaría a sus equipos.
A los 41 años y tras cinco de trabajar en con West Point, la oportunidad de trabajar en el futbol profesional le llego a Lombardi. Esta vez como coordinador ofensivo para los Gigantes de Nueva York, bajo el comando del entrenador Jim Lee Howell. El coordinador defensivo era otra de las futuras leyendas de la NFL: Tom Landry. Los Gigantes venían de una serie de temporadas perdedoras, pero, para la tercera temporada los Gigantes fueron campeones.
En 1959 Lombardi habría de aceptar la posición de entrenador y gerente general del equipo con el que se identifican todas sus glorias: Los Green Bay Packers. Los Packers venían de la peor temporada en su historia; 10 juegos perdidos, uno empatado y tan sólo uno ganado. “Mi nombre nunca ha estado asociado con un equipo perdedor, y no voy a empezar a hora”. Dijo Lombardi al recibir a los Packers. Ese año, 1959, se notó la mejoría del equipo, bajo las órdenes de Lombardi, quedando con siete ganados y cinco perdidos. Ese año Vince Lombardi, novato como entrenador en jefe, fue nombrado el entrenador año.
En su segundo año, 1960, los Packers llegaron a la final, contra de las Águilas de Filadelfia, y la perdieron cuando su corredor estrella Jim Taylor fue detenido a nueve yardas de la zona de anotación. Lombardi manifestó al terminar el juego que perder el campeonato era inadmisible y que esto jamás volvería a suceder mientras él fuera el entrenador. Vince Lombardi ganó los nueve juegos de postemporada que todavía jugó.
La época dorada de Lombardi fueron los años en que estuvo al frente de los Packers, cinco campeonatos y los dos primeros Superbowls. El primero a los Jefes de Kansas City 35 a 10, y el segundo a los Oakland Raiders 33 a 14. Pero entre muchos legendarios partidos que los Packers jugaron en la era Lombardi, Tal vez no exista uno más famosos, incluso dentro de la historia del futbol americano que el Ice Bowl, o Tazón del Hielo. Este fue el juego de campeonato de 1967. Se jugó en Green Bay, en el estadio Lambau, el 31 de diciembre de 1967. Los Packers tenían como rival a un equipo que quería hacer historia en la NFL; Los Cowboys de Dallas, y a los que el año anterior también en el juego de campeonato habían enfrentado. Ganando los Packers por 34 a 27. El entrenador de los Cowboys era un viejo conocido y amigo de Lombardi; Tom Landry, con quien la noche anterior había estado platicando y elogiando las condiciones del clima unos 6.5° C. Sin embargo, para el siguiente día todo cambiaría. El Tazón del Hielo es el juego del que se tenga noticia que se llevó a cabo a más baja temperatura. 25 grados Celsius bajo cero pero con el factor viento que se dice la temperatura pudo llegar ese día a los menos 48° C. La superficie del terreno de juego era dura como piedra y resbalosa como el hielo. Los oficiales utilizaron el silbato en una sola jugada, la patada inicial ya que el silbato de metal se le pegó a los labios del referee. Para el resto del juego el final de las jugadas y los castigos fueron llamados a la voz de los oficiales. La banda asignada para tocar durante el juego no lo pudo hacer pues sus instrumentos de madera se congelaron y seis de sus integrantes tuvieron que ser llevados al hospital de emergencia por hipotermia. Uno de los comentaristas de televisión a la mitad del juego dijo: “Un momento voy a darle una mordida a mi café”. El juego fue difícil y hacia el final del mismo los Cowboys ganaban 17 a 14 con cinco minutos para finalizar el juego. Los Packers iniciaron su ofensiva en su yarda 32 y las condiciones del clima empeoraban a cada instante. Los Packers avanzaron el balón y faltando sólo 30 segundos para terminar el juego los Packers consiguieron un primero y gol en la yarda uno de los Cowboys, fallando en los dos primeros intentos y con 16 segundos por jugarse, Bart Starr, el Quarterback de los Packers, pidió su último tiempo fuera y consultó con Lombardi el correr él mismo la bola, a lo que Lombardi contesto: “ Esta bien córrela y larguémonos de aquí” alguno de sus biógrafos dice que Lombardi estaba preocupado por el clima y no quería empatar para evitar el tiempo extra. Le urgía proteger la salud de los jugadores y de todos los asistentes al juego. La jugada fue ejecutada de manera brillante por Bart Starr y los Packers ganaron el juego 21 a 17. Aunque, el propio Lombardi alguna vez lo puso de una manera, tal vez, más heroica: “Nos la jugamos y ganamos”. Lombardi y los Packers llegaron de esta manera al Superbowl II.
Tras esa gloriosa temporada Lombardi aceptó el puesto de Director General de los Packers y en su lugar a Phil Bengston, quién con una temporada de 6-7-1 demostró que los zapatos de Lombardi no fáciles de llenar. En 1969, Se despidió de Green Bay, el trabajo de escritorio no iba con él y los Washington Redskins le ofrecieron ser el gerente general y entrenador. Los Redskins llevaban catorce temporadas con números perdedores. Lombardi llegó para cambiar eso. La temporada de 1969 fue ganadora 7-5-2, entre las cosas que hizo Lombardi en Washington fue descubrir que el corredor Larry Brown era sordo de un oído, cosa que no habían descubierto sus padres, maestros, ni entrenadores anteriores , con la ayuda de una aparato para oír, Brown tuvo una exitosa carrera en la NFL. Si los Redskins pudieron haber tenido una gran temporada en 1970 y si hubieran llegado a los fabulosos números de los Packers nunca lo sabremos. En el verano de 1970 Lombardi comenzó a sentirse mal y tras un examen médico le fue detectado cáncer de colon. El cáncer fue muy agresivo y diez semanas después de diagnosticado Lombardi murió. El 3 de Septiembre de 1970.
Los funerales de Vincent Lombardi se Llevaron a cabo en la Catedral de San Patricio en Nueva York, jugadores a los que entrenó, amigos y fanáticos, llenaron la iglesia. El entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, mandó un telegrama de condolencias a la familia firmado “El pueblo”. Una semana después de su muerte el trofeo que se otorga al ganador del Superbowl fue nombrado Vince Lombardi y al año siguiente se le introdujo al salón de la fama del futbol americano en Canton, Ohio.
Una de las grandes aportaciones de Lombardi al Futbol Americano fue el bloqueo de zona, en el que los jugadores de la línea ofensiva bloquean como unidad, en lugar de hacerlo individualmente, como se acostumbraba en la época. El corredor entonces corre por el hueco creado por la línea. Lombardi le llamaba “correr hacía la luz”.
Lombardi creía en el esfuerzo personal pero fundamentalmente en el trabajo en equipo. Meses antes de morir y tras la victoria de los Jets de Nueva York, en el tercer Superbowl, se dice que una noche Lombardi se despertó gritando: “¡Joe Namath, nunca serás mejor que el futbol americano! ¡Recuérdalo!” y es que a pesar de reconocer las grandes cualidades del quarterbak neoyorkino, y la superioridad de los jets, Lombardi no aprobó nunca su manera de comportarse y convertirse en estrella del juego promocionándose sólo él, Namath inició el star system en la NFL.
El record de Lombardi como entrenador es 96-34-6, uno de los más impresionantes en la historia del futbol americano en cuanto a porcentaje de juegos ganados, pero el gran líder es recordado, también, por la motivación a sus jugadores, su persistencia, no rendirse jamás ante las adversidades, por lograr equipos ganadores. “Mientras más duro trabajes, será más difícil rendirte”.
“Los lideres no nacen se hacen, se hacen con gran esfuerzo, ése el precio que debemos pagar para lograr cualquier meta que valga la pena”.
En plena euforia de la década de los 60, mientras la guerra de Vietnam volvía crítica a la juventud de los Estados Unidos; Hombres de cabello largo y cartillas militares quemadas. Música, pintura y literatura de Norteamérica sufrían un renacimiento cimentado en esa revolución. En el deporte profesional de Estados Unidos una cara apareció en la portada de la revista Time cómo símbolo de la competencia y la fuerza de los deportes en Estados Unidos y en específico del futbol americano, de esa misma revolución, pero, en el campo deportivo. Era la cara de Vince Lombardi. El hombre que había hecho ganar a los Green Bay Packers los campeonatos de 1961, 1962, de la Conferencia Nacional de futbol americano y más tarde en 1966 y 1967 lo repetiría, aunándole, además, los dos primeros Superbowls de la recién creada NFL . Mucho más que un quarterback o un corredor o un ala. La estrella del deporte de los Estados Unidos no era un ejecutante, era un estratega, un hombre querido y respetado no sólo por sus jugadores sino por toda la comunidad deportiva, por un país. Se dice que en 1968, Richard Nixon pensó en la posibilidad de hacer a Lombardi su compañero de fórmula, pero los encargados de su campaña le recordaron que Lombardi era demócrata y había a poyado a los Kennedy, así como, a los postulantes demócratas en Wisconsin. Esa era la cara representante de los deportes en la década de los 60 para la revista Time.
Cercano a las nuevas ideas y al cambio que se gestaba en la sociedad, Lombardi era un hombre que creía sobretodo, en el valor del esfuerzo personal, en el trabajo duro y en equipo. Su filosofía y manera de ver el deporte y la vida eran una revolución en el deporte. “La perfección es imposible de alcanzar”, solía decir a sus jugadores, “pero si nos esforzamos a veces alcanzamos la excelencia:” Otro católico en tierras protestantes, como los Kennedy.
Vincent Thomas Lombardi nació en Brooklyn, Nueva York, en 1913. Hijo de un carnicero de origen Italiano y la hija de un peluquero también migrante italiano. Lombardi fue el mayor de 5 hermanos.
En 1928, a la edad de quince años, Lombardi entró al Seminario de la Catedral de la Inmaculada Concepción, tratando de convertirse en sacerdote católico. Tras dos años en el seminario, Lombardi, decidió desistir de la vida eclesiástica y cambió de escuela, a la Preparatoria San Francisco, donde fue un sobresaliente jugador de futbol americano. Al terminar la preparatoria, Lombardi se inscribió a la Universidad de Fordham, donde era la estrella de un grupo llamado los “siete bloques de granito”. Vince jugaba como guardia defensivo para Fordham. Lombardi se graduó con los máximos honores en Fordham y comenzó a trabajar en una compañía financiera durante el día y a estudiar leyes por la noche, pero a los dos años cambio de parecer y aceptó una posición de maestro y entrenador de futbol americano en la preparatoria de Santa Cecilia. Después de ocho temporadas exitosas aceptó la posición de asistente de entrenador asistente en su “Alma Mater” donde después de dos años se volvió el entrenador, siempre teniendo temporadas ganadoras. En 1949 Lombardi acepto una nueva posición como entrenador asistente, esta vez en la academia de West Point, bajo el comando del legendario Red Blaik. Sus funciones eran las de entrenador de la línea ofensiva. El énfasis que hacía Blaik en la ejecución marcó de por vida la forma en que Lombardi entrenaría a sus equipos.
A los 41 años y tras cinco de trabajar en con West Point, la oportunidad de trabajar en el futbol profesional le llego a Lombardi. Esta vez como coordinador ofensivo para los Gigantes de Nueva York, bajo el comando del entrenador Jim Lee Howell. El coordinador defensivo era otra de las futuras leyendas de la NFL: Tom Landry. Los Gigantes venían de una serie de temporadas perdedoras, pero, para la tercera temporada los Gigantes fueron campeones.
En 1959 Lombardi habría de aceptar la posición de entrenador y gerente general del equipo con el que se identifican todas sus glorias: Los Green Bay Packers. Los Packers venían de la peor temporada en su historia; 10 juegos perdidos, uno empatado y tan sólo uno ganado. “Mi nombre nunca ha estado asociado con un equipo perdedor, y no voy a empezar a hora”. Dijo Lombardi al recibir a los Packers. Ese año, 1959, se notó la mejoría del equipo, bajo las órdenes de Lombardi, quedando con siete ganados y cinco perdidos. Ese año Vince Lombardi, novato como entrenador en jefe, fue nombrado el entrenador año.
En su segundo año, 1960, los Packers llegaron a la final, contra de las Águilas de Filadelfia, y la perdieron cuando su corredor estrella Jim Taylor fue detenido a nueve yardas de la zona de anotación. Lombardi manifestó al terminar el juego que perder el campeonato era inadmisible y que esto jamás volvería a suceder mientras él fuera el entrenador. Vince Lombardi ganó los nueve juegos de postemporada que todavía jugó.
La época dorada de Lombardi fueron los años en que estuvo al frente de los Packers, cinco campeonatos y los dos primeros Superbowls. El primero a los Jefes de Kansas City 35 a 10, y el segundo a los Oakland Raiders 33 a 14. Pero entre muchos legendarios partidos que los Packers jugaron en la era Lombardi, Tal vez no exista uno más famosos, incluso dentro de la historia del futbol americano que el Ice Bowl, o Tazón del Hielo. Este fue el juego de campeonato de 1967. Se jugó en Green Bay, en el estadio Lambau, el 31 de diciembre de 1967. Los Packers tenían como rival a un equipo que quería hacer historia en la NFL; Los Cowboys de Dallas, y a los que el año anterior también en el juego de campeonato habían enfrentado. Ganando los Packers por 34 a 27. El entrenador de los Cowboys era un viejo conocido y amigo de Lombardi; Tom Landry, con quien la noche anterior había estado platicando y elogiando las condiciones del clima unos 6.5° C. Sin embargo, para el siguiente día todo cambiaría. El Tazón del Hielo es el juego del que se tenga noticia que se llevó a cabo a más baja temperatura. 25 grados Celsius bajo cero pero con el factor viento que se dice la temperatura pudo llegar ese día a los menos 48° C. La superficie del terreno de juego era dura como piedra y resbalosa como el hielo. Los oficiales utilizaron el silbato en una sola jugada, la patada inicial ya que el silbato de metal se le pegó a los labios del referee. Para el resto del juego el final de las jugadas y los castigos fueron llamados a la voz de los oficiales. La banda asignada para tocar durante el juego no lo pudo hacer pues sus instrumentos de madera se congelaron y seis de sus integrantes tuvieron que ser llevados al hospital de emergencia por hipotermia. Uno de los comentaristas de televisión a la mitad del juego dijo: “Un momento voy a darle una mordida a mi café”. El juego fue difícil y hacia el final del mismo los Cowboys ganaban 17 a 14 con cinco minutos para finalizar el juego. Los Packers iniciaron su ofensiva en su yarda 32 y las condiciones del clima empeoraban a cada instante. Los Packers avanzaron el balón y faltando sólo 30 segundos para terminar el juego los Packers consiguieron un primero y gol en la yarda uno de los Cowboys, fallando en los dos primeros intentos y con 16 segundos por jugarse, Bart Starr, el Quarterback de los Packers, pidió su último tiempo fuera y consultó con Lombardi el correr él mismo la bola, a lo que Lombardi contesto: “ Esta bien córrela y larguémonos de aquí” alguno de sus biógrafos dice que Lombardi estaba preocupado por el clima y no quería empatar para evitar el tiempo extra. Le urgía proteger la salud de los jugadores y de todos los asistentes al juego. La jugada fue ejecutada de manera brillante por Bart Starr y los Packers ganaron el juego 21 a 17. Aunque, el propio Lombardi alguna vez lo puso de una manera, tal vez, más heroica: “Nos la jugamos y ganamos”. Lombardi y los Packers llegaron de esta manera al Superbowl II.
Tras esa gloriosa temporada Lombardi aceptó el puesto de Director General de los Packers y en su lugar a Phil Bengston, quién con una temporada de 6-7-1 demostró que los zapatos de Lombardi no fáciles de llenar. En 1969, Se despidió de Green Bay, el trabajo de escritorio no iba con él y los Washington Redskins le ofrecieron ser el gerente general y entrenador. Los Redskins llevaban catorce temporadas con números perdedores. Lombardi llegó para cambiar eso. La temporada de 1969 fue ganadora 7-5-2, entre las cosas que hizo Lombardi en Washington fue descubrir que el corredor Larry Brown era sordo de un oído, cosa que no habían descubierto sus padres, maestros, ni entrenadores anteriores , con la ayuda de una aparato para oír, Brown tuvo una exitosa carrera en la NFL. Si los Redskins pudieron haber tenido una gran temporada en 1970 y si hubieran llegado a los fabulosos números de los Packers nunca lo sabremos. En el verano de 1970 Lombardi comenzó a sentirse mal y tras un examen médico le fue detectado cáncer de colon. El cáncer fue muy agresivo y diez semanas después de diagnosticado Lombardi murió. El 3 de Septiembre de 1970.
Los funerales de Vincent Lombardi se Llevaron a cabo en la Catedral de San Patricio en Nueva York, jugadores a los que entrenó, amigos y fanáticos, llenaron la iglesia. El entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, mandó un telegrama de condolencias a la familia firmado “El pueblo”. Una semana después de su muerte el trofeo que se otorga al ganador del Superbowl fue nombrado Vince Lombardi y al año siguiente se le introdujo al salón de la fama del futbol americano en Canton, Ohio.
Una de las grandes aportaciones de Lombardi al Futbol Americano fue el bloqueo de zona, en el que los jugadores de la línea ofensiva bloquean como unidad, en lugar de hacerlo individualmente, como se acostumbraba en la época. El corredor entonces corre por el hueco creado por la línea. Lombardi le llamaba “correr hacía la luz”.
Lombardi creía en el esfuerzo personal pero fundamentalmente en el trabajo en equipo. Meses antes de morir y tras la victoria de los Jets de Nueva York, en el tercer Superbowl, se dice que una noche Lombardi se despertó gritando: “¡Joe Namath, nunca serás mejor que el futbol americano! ¡Recuérdalo!” y es que a pesar de reconocer las grandes cualidades del quarterbak neoyorkino, y la superioridad de los jets, Lombardi no aprobó nunca su manera de comportarse y convertirse en estrella del juego promocionándose sólo él, Namath inició el star system en la NFL.
El record de Lombardi como entrenador es 96-34-6, uno de los más impresionantes en la historia del futbol americano en cuanto a porcentaje de juegos ganados, pero el gran líder es recordado, también, por la motivación a sus jugadores, su persistencia, no rendirse jamás ante las adversidades, por lograr equipos ganadores. “Mientras más duro trabajes, será más difícil rendirte”.
Publicado por thepoint.com.mx 9 de Septiembre de 2010
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