jueves, 3 de mayo de 2012

Europa y el espejismo de la medicina amarga.

Los países del sur de Europa y el mismo Banco Central Europeo comienzan a preguntarse si el camino de la austeridad y las restricciones es el correcto. La derrota de Sarkozy en la primera vuelta electoral y la caída del gobierno holandés parecen dejar sola a Angela Merkel ante la embestida de nuevas miradas al problema europeo.
Armando Enríquez Vázquez
Grecia, Irlanda, España, Italia y Portugal los países donde la crisis económica ha mostrado que la política de austeridad y recortes de Merkel y Sarkozy, llamada ya por algunos “Merkozy”, no está funcionando. Lejos de ver la luz al final del túnel, estos países llevan más de un año hundiéndose más en sus crisis económicas. La receta de austeridad es similar a aquella tan popular en los gobiernos de América Latina en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, auspiciadas por esos organismos internacionales encargados de hacernos creer que la economía es la base de toda sociedad, medidas draconianas que sumieron a varias generaciones de latinoamericanos en la desesperanza y que sin embargo no tienen nada que ver con el crecimiento posterior de Brasil o México.
No son sólo los países del sur, que a lo largo de meses han sido señalados como los focos rojos de la economía europea los que preocupan, son países como Inglaterra, que acaba de anunciar una nueva recesión de su economía, una cosa que no sucedía desde hace más de treinta años, los que realmente pudieran cambiar el panorama europeo hoy dominado por la canciller alemana.  Holanda una de las economías más sólidas en Europa, también, ha comenzado a mostrar signo de debilitamiento al grado que la reina Beatriz ha convocado a elecciones extraordinarios para el mes de septiembre y el primer ministro Mark Rutte habrá de enfrentar a dos muy poderosos enemigos tanto de la extrema derecha como de los socialistas. De esta manera Angela Merkel podría perder a dos de sus más importantes aliados en menos de cuatro meses; Sarkozy y Rutte.  La canciller alemana podría tener que enfrentar al socialismo europeo. También Bélgica, Hungría, la Republica Checa enfrentan fuertes problemas financieros. Hollande, el político francés, ha manifestado en uno de sus primeros discursos tras su triunfo en la primera ronda de las elecciones galas, que la recesión en Europa podría traer como consecuencia el regreso del populismo. Un populismo similar al vivido por el viejo continente en los años treinta del siglo pasado, que acabó con el surgimiento de los partidos que dieron pie a la II Guerra Mundial.

   
Europa y el espejismo de la medicina amarga.









La realidad supera los discursos de Hollande, pues la respuesta absurda de Nicolás Sarkozy no se hizo esperar y en la desesperación por ganar que lo ha llevado a buscar la alianza con el xenófobo y eterno candidato de la ultraderecha francesa Le Penn, declaró: “Es un orgullo ser llamado un fascista por un socialista”.
Cuando los portugueses salen a manifestarse en contra de las medidas de austeridad tomadas por el gobierno, los militares sobrevivientes de la Revolución de los Claveles, que en 1974 derrocó a la dictadura en aquel país, se manifiestan del lado de la gente. El presidente de Banco Central Europeo, Mario Draghi, se manifiesta por una política de crecimiento y no una de recortes. También el gobierno italiano a través de Giorgio Napolitano que ha declarado que mencionar crecimiento no es suficiente que hacen  falta los hechos, el ex primer ministro Romano Prodi ha exigido a Mario Monti un giro radical en la política económica italiana. La crisis y el grito de “ahí viene el lobo” tienen más un año y un año cumplen en mayo, también, el movimiento de los indignados y volverán a ocupar la Puerta del Sol.
Parece que los gobiernos no quieren entender que las recetas amargas no funcionan, anteponen los intereses de un grupo al de la sociedad misma, al de sus gobernados, al de sus electores.
Europa podría al enfrentarse una vez más a ella misma, ser su más despiadada enemiga. Acabar con el sueño de la unidad y segmentarse de nuevo. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. ¿A la Unión Europea, acaso no le bastaría con mirar al norte a Reikiavik para ver cómo solucionar sus problemas?
El pueblo de Islandia desafió hace cuatro años al gobierno, a los bancos y a los organismos internacionales, hoy son el país más sólido y estable de Europa. La medicina no siempre debe ser amarga, pero si justa.


Publicado blureport.com.mx el 3 de mayo de 2012.


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