Maestra, periodista, ideóloga y coronela de la Revolución;
Dolores Jiménez y Muro lucho por la causa feminista desde todas las
trincheras que le fue posible.
Armando Enríquez Vázquez
Dolores Jiménez y Muro nació en Aguascalientes en 1848 dicen algunos,
otros que en 1850. Lo cierto es que desde niña Dolores creció educada
en la tradición republicana liberal. Su padre fue funcionario del
gobierno de San Luis Potosí e inculcó a Dolores estos ideales que la
joven plasmó en poemas de carácter cívico durante su adolescencia. Cómo
adolescente fue testigo de la intervención francesa y fiel seguidora
como su padre, Jesús Jiménez, de los valores e ideales de Benito Juárez.
Su padre fue quien la impulsó como buen liberal a estudiar, escribir y
forjar su propia mente. Dolores trabajo como profesora y escribiendo
como periodista, conoció la miseria del campo y más tarde la urbana por
lo que creía ver la semilla de la revolución germinar. Su ideología se
identificaba con las ideas socialistas que llegaban de Europa. Dolores
trabajó como maestra y escribió en revistas de la época como “La
esmeralda” y “La sombra de Zaragoza.”
Dirigió también “La revista potosina”, y colaboró en el “Diario del
Hogar” y en “La mujer mexicana.” En 1883 fallecen sus padres. Dolores
continúa con su lucha por la igualdad de la mujer.
En 1909 se hace miembro del club político femenil, “Amigas del
pueblo” que apoyaban la candidatura de Madero. En 1910 funda el club
anti reeleccionista “Hijas de Cuauhtémoc” a los sesenta años de edad. En
Septiembre de ese año, al margen de las celebraciones del Centenario de
la Independencia y aprovechando la presencia de diplomáticos
extranjeros y la prensa, encabezó una protesta en la Ciudad de México en
la glorieta de Colón, detenida por la policía Dolores fue llevada a la
cárcel de Belén donde el trato que recibió es más severo que el de sus
jóvenes compañeras, Dolores permanece aislada e incomunicada, incluso de
su propia defensa.
La consigna en esa manifestación era: "Es tiempo de que las mujeres
mexicanas reconozcan que sus derechos y obligaciones van más allá del
hogar." Una Vez liberada Dolores arremete con mayor fuerza en contra del
régimen de Porfirio Díaz. A la salida del General Díaz, Dolores Jiménez
es parte importante en la redacción del plan de Tacubaya, escrito
junto con otros intelectuales, en la sierra de Guerrero, que reconocía a
Madero como presidente de la República y exigía al presidente interino
Francisco León de la Barra la instauración del coahuilense en la
presidencia de manera inmediata, además de pedir la devolución de las
tierras a los campesinos y un amento salarial. Francisco León de la
Barra la manda encarcelar de nuevo. Una vez liberada Dolores Jiménez y
Muro, gracias a una huelga de hambre, es invitada por el General
Emiliano Zapata a formar parte de sus fuerzas. Con los zapatistas
Jiménez y Muro conoce a jóvenes, la mayoría treinta o más años menores
que ella, hombres y mujeres que son los ideólogos del Caudillo del Sur,
entre ellos a Antonio Diaz Soto y Gama. Es autora del prologo al Plan de
Ayala y Emiliano Zapata le confiere el grado militar de Coronela. Sus
contribuciones a la causa zapatista a través de la publicación de
diversos artículos acerca de la jornada laboral de 9 horas, los derechos
de la mujeres y de los pueblos indígenas en la revista “Regeneración y
Concordia”, hacen que Zapata la ascienda a Generala Brigadier. Muerto
Madero, Victoriano Huerta la encarcela por más de un año por dirigir la
revista “La Voz de Juárez”. Siempre fiel al zapatismo, resiente el
asesinato de Emiliano Zapata y regresa a una vida civil donde trabaja
para la Secretaria de educación hasta su muerte en Octubre de 1925, en
la Ciudad de México.
Dolores Jiménez y Muro no se casó nunca, ni se le conoció relación
sentimental alguna. En una carta escrita en la cárcel en 1914 escribió: "...huérfana
de padre y madre desde muy joven; viviendo siempre de mi trabajo, y,
desde hace tiempo también, sola en el mundo, no existe otra influencia
para mí que la de mi criterio y la de mi conciencia, no aspirando a nada
material ni arredrándome nada tampoco, si no es obrar torcidamente, lo
cual está en mi mano evitar."
Dolores Jiménez y Muro a 66 o 64 años se veía fiel a sus ideales y a si misma únicamente.
Publicado en thepinkpoint.com.mx el 6 de Junio de 2012
Fotografia cortesía de Emujeres.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario