Barnes and Noble la
última gran cadena de librerías, allende el Bravo, comienza a cerrar locales y
el servicio postal de los Estados Unidos, en contra de su lema se toma un día
de descanso.
Armando Enríquez Vázquez
Siempre nostálgicos los seres humanos. Alguna vez vimos
lejano el día en que los libros desaparecerían. Bradbury en su maravillosa
novela Farenheit 451, volvió a los
bomberos una especie de policía encargada de quemar los libros. Pero eso no fue
necesario en realidad, tampoco resultó tan drástico, los libros han
evolucionado y se han mudado a formatos que son más comunes a los lectores de
las jóvenes generaciones. Qué como muchas de sus necesidades de
entretenimiento, información y cultura los descargan de Internet.
Barnes and Noble el último gigante que vende libros
fisicamente en los Estados Unidos, está cerrando librerías pues la competencia
en Internet lo está poniendo fuera de combate y prefiere enfocar sus nuevos
esfuerzos de ventas en el comercio en línea, donde va perdiendo la batalla
desde hace muchos años frente a Amazon.com.
Mejores precios y un stock virtual que es casi insuperable. Libros impresos y
libros virtuales.
Las cosas cambian y tal como en la película que lleva ese
nombre podríamos parafrasear la fábula de la hormiga y la cigarra. La hormiga,
como todos sabemos, trabajó todo el verano y acumuló comida y bienes para el
invierno, mientras la cigarra se la pasó disfrutando de la vida. Llegado el
invierno, la hormiga disfrutaba del fruto de su trabajo mientras la cigarra se
congelaba de frio y pasaba hambre, así que la cigarra llamó un día a la puerta
de la hormiga y cuando esta abrió, la cigarra se la comió. Barnes and Noble,
fundada en 1873 no hizo la tarea y como muchos creyó que los libros impresos
eran para siempre, peor creyó que las librerías perdurarían toda la vida. Hoy
tal vez sea demasiado tarde para recuperarse.
Los americanos siempre pensando en el dinero, arguyen que el
cierre de librerías beneficiará a Barnes and Noble, ahorrándole las rentas de los
locales comerciales. Lo cual sinceramente es un triste consuelo, pues alguna
vez la venta de libros le permitió pagar esas rentas por caras que fueran.
Algunos ven en el cierre del gigante una oportunidad para pequeñas librerías,
para que aprovechen la parte de mercado que aún gusta de ir a una librería y
que aun existe. Porque en los libros como en la comida a todos nos gustan los
tacos pero no es lo mismo el de chicharrón prensado que el de langosta, no es
lo mismo comerlo parado que sentado.
Otra empresa que ha resentido el crecimiento de Internet es
el servicio postal de todo el mundo, hoy los carteros cuando llegamos a verlos
andan en motocicleta pero sus mochilas parecen sobres. Nos traen solo, estados
de cuenta y cada día menos, pues muchas ya se pueden consultar de manera
electrónica, ya ni el sobre de papel
Manila, del Selecciones que nos hacía ganadores de un sorteo a plazos.
En Estados Unidos, el servicio Postal ha anunciado que a
partir de Agosto de este año dejará de trabajar los sábados. El modelo de
trabajo de seis días a la semana no es ya redituable para el servicio postal y
es que en los últimos 5 años el movimiento anual de piezas postales en Estados
Unidos ha decrecido de más de doscientas mil piezas en 2007 a menos de ciento
sesenta mil en 2012, y las ganancias han caído en más de un 13% en el mismo
periodo.
Los subsidios del gobierno americano para mantener la planta
del servicio postal han aumentado y en un país con una deuda económica del
tamaño de la que tienen los Estados Unidos, los contribuyentes no están
dispuestos a solventar esos gastos o al menos así lo creen dos de cada tres
norteamericanos de acuerdo a encuestas realizadas por las empresas Gallup y
Rasmussen.
Con el paso de los años a lo mejor también al servicio
postal le convendrá deshacerse de los locales, por si pagan rentas.
¿Qué tan sano se encuentra nuestro sistema postal? Las pocas
oficinas postales que me encuentro en mis andares languidecen como un pueblo
fantasma y sólo les hace falta un perro viejo, flaco y pulguiento a la entrada.
Muchas veces, tienen una vieja libreta donde uno firma por los paquetes que
recibe. No conocen las computadoras y por lo mismo probablemente sean los
únicos que siguen enviando cartas.
La verdad es que tanto la venta al menudeo, como el correo
son dos de los estilos de vida a los que estábamos acostumbrados, que están en
vías de extinción junto con los periódicos, ciertas revistas impresas, la
televisión abierta y las estaciones de radio. En nuestro país los usuarios de
Internet somos aun una minoría, pero esta minoría crece a pasos agigantados y por
ser la capa de mayor poder adquisitivo, exigiremos consciente o
inconscientemente que estos cambios se lleven a cabo.
Publicado en blureport.com. mx el 16 de Enero de 2013
Imagen: miragebookmark.ch
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