Investigadores del
Hospital General de Massachusetts, han dado a conocer la producción de riñones
en laboratorio que parecen funcionar en las ratas a las que se les han
implantado.
Armando Enríquez Vázquez
La bioingeniería llegó para quedarse y no es nada más en el
caso de la investigación de los diferentes genomas y las formas de modificarlo
para buscar características específicas en los seres humanos o de otras
especies, ahora también está atacando problemas más comunes que enfrentamos los
hombres comunes y corrientes. Tan sólo en los Estados Unidos más de cien mil
personas se encuentran en la lista de espera para la donación de un riñón y más
de cuatrocientos mil viven con riñones en estado terminal. En México las cifras
hablan de siete mil quinientas personas esperando un riñón para que le sea
trasplantado. Sin embargo el número de pacientes cuya vida depende de diálisis
es de alrededor de ciento veinte mil.
Un equipo de investigadores encabezado por el doctor Harald
C. Ott del Hospital General de Massachusetts, publicó un artículo en la revista
online Nature Medicine, en el que dan
a conocer la creación de riñones funcionales en laboratorio gracias a técnicas
de bioingeniería. A pesar de que el estudio se ha llevado ahora con ratas, Ott
espera que el desarrollo de pueda llevarse al campo de la medicina humana de
trasplantes, pues los riñones creados hasta ahora son cien por ciento
compatibles al momento de ser implantados y además funcionan tanto en el
laboratorio como en el sujeto en el que se han trasplantado. Gracias a la
técnica utilizada en su creación los riñones tienen la forma correcta de un
riñón. A partir del riñón de una rata muerta, al que se le han quitado la mayor
parte de las células, por medio de un detergente enzimático, exceptuando las llamadas
células de la matriz extracelular las cuales se cree son las que dan la forma y
funciones a los tejidos del cuerpo. Así como el colágeno y otras sustancias
asociadas a estas células de la matriz y sus funciones. Después este riñón se
volvió a poblar con células humanas y
de rata, logrando que se formara un nuevo órgano funcional.
Esto da una gran esperanza a las largas listas de espera de
pacientes que necesitan un riñón y de los cuales menos de una cuarta parte
pueden ser atendidos. Si los resultados que han obtenido el Doctor Ott y su
equipo se pueden aplicar en humanos, estaremos hablando de un gran avance
médico.
El equipo del Doctor Ott, conocido como The Ott Lab, tiene
como misión crear a partir de técnicas de bioingeniería órganos para trasplantar;
corazones, pulmones, tráquea y riñones y de esta forma resolver uno de los
principales problemas de salud de nuestros días. Procedimientos similares ya
han sido intentados con éxito. En 2008, se crearon corazones de ratas
utilizando la misma técnica que el equipo de Ott. La responsable fue la doctora
Doris Taylor de la Universidad de Minnesota, quien en su momento dijo estar
trabajando también con riñones, hígados, pulmones, tejido muscular y cerebros,
estos últimos con poco éxito. Ese mismo año en Junio, el primer trasplante de
tráquea se llevó a cabo de manera exitosa en España. La operación corrió a cargo
del doctor Paolo Macchiarini, el mimo cirujano que en 2011 implantó una tráquea
totalmente sintética a un hombre, en Suecia. Anteriormente, en 2006, un grupo de investigadores comandados por el
doctor Anthony Atala, de la Universidad de Wake Forrest en Carolina del Norte,
Estados Unidos, había anunciado el éxito en trasplantes de vejigas creadas en
el laboratorio. Atala reaccionó ante el anuncio de Ott, hablando acerca de
bioimpresoras 3D que harán el trabajo aun más sencillo. Las bioimpresoras en 3D
permiten el crear tejidos y órganos sintéticos a partir de material orgánico.
Otro de los grandes avances médicos.
Ott cree que en cinco años la técnica estará lista para ser
utilizada en humanos. Esperemos que en esta ocasión la ética de ciertos médicos
y los intereses comerciales de los laboratorios médicos no se interpongan en el
progreso de la ciencia.
Imagen:bbc.co.uk
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