Más allá de la energía solar, eólica, oceánica que son desde hace ya
muchos años una realidad, la obsesión por conseguir nuevas fuentes de
energía las ideas no termina y se vuelve más personal.
Armando Enríquez Vázquez
En el caso de los que nos quieren vender como las nuevas formas de producción de energía, los diez países con la mayor capacidad de producción de energía eléctrica a partir del viento en 2010 eran China, Estados Unidos, Alemania, España, India, Italia, Francia, Inglaterra, Canadá y Dinamarca, mientras que en materia de energía solar el año pasado Alemania encabeza la lista de países productores seguido por España, Japón, Estados Unidos, Italia, La República Checa, Bélgica, China, que curiosamente es el productor número uno de paneles solares en el mundo, más del noventa por ciento de los mismos se van en exportación, finalmente la lista de los diez países productores de energía solar cierra con Francia e India.
Lo que me llama la atención es no ver a un solo país latinoamericano en ambas listas, a pesar de los grandes territorios de México, Brasil, Argentina o Chile, preferimos hacer las cosas todavía a la antigua. México en ese sentido debería aprovechar su posición geográfica privilegiada ya que está considerado potencialmente el tercer país del mundo que podría generar energía solar.
Pero más allá de la generación masiva, esta la generación de energía eléctrica para uso personal o del hogar. Obsesos por no desperdiciar ni un solo movimiento del cuerpo o las más extrañas fuentes posibles para generar energía eléctrica han desarrollado algunos de los siguientes productos.
Uno de los más interesantes desarrollos desde mi punto de vista está en recuperar la energía que nuestro cuerpo produce y utilizarla, para ello la compañía Perpetua creó TEG wear, un generador termoeléctrico de una pulgada cuadrada capaz de convertir el calor del cuerpo en energía eléctrica, aunque la empresa ha anunciado que los productos TEG wear, no estarán a la venta hasta el año que entra, se vislumbran ya las aplicaciones; desde cargar gadgets que lleva uno consigo como el teléfono celular, hasta mantener la carga de los marcapasos y aparatos que monitoreen signos vitales de pacientes o de soldados en misiones secretas.
Epiphany onE Puck, es un aparato sobre el que uno pone su taza de café caliente y con la energía generada por el calor puede recargar la batería de su celular, al voltear el gadget, puede poner uno una bebida fría y también recargar el celular.
Otra de las ideas que ya tienen prototipo y comienza a intentar venderse es el Soccket, un balón de futbol soccer que guarda la energía que produce al ser pateado, al rodar y al final del partido o sesión de entrenamiento puede llevarse a casa y gracias a un LED que se le adapta servir como lámpara o conectarse a otros aparatos eléctricos que se puedan alimentar con la energía guardad en el Soccket.
Recuerdo al gran Edward G. Robinson, en Soylent Green, pedaleando en la bicicleta para generar la electricidad que necesita el foco de la casa. En la visión trágica de la película el mundo futuro para los pobres era así, generar su propia electricidad. En la verdadera visión trágica del futuro la generación personal de energía surgirá de la moda.
Publicado en blureport.com.mx el 3 de Mayo de 2013
Imagenes: nexpected.com
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