En la derrota del
ejército Nazi en el frente ruso, los francotiradores fueron un factor determinante,
entre esta fuerza soviética había más de 2000 mujeres.
Armando Enríquez
Vázquez.
Para enfrentar los sitios de las ciudades rusas y las primeras
ofensivas por parte del ejército alemán durante la II Guerra Mundial, el ejército
de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas capacitó francotiradores para acabar con el
enemigo. Dentro del cuerpo de
francotiradores del ejército soviético llegaron a haber más de dos mil mujeres,
entre ellas se encontraba Ludmila Pavliechenko, que nació en el pueblo de Bila
Tserkva, a unos 80 Kilómetros de Kiev en Ucrania, entonces parte de la Unión
Soviética, el 12 de julio de 1916. Su padre era un obrero y su madre maestra.
Cuando tenía catorce años su familia se mudó a
Kiev en donde la adolescente se hizo miembro del voluntariado del
ejército, la armada y la aviación soviéticas. Ahí se dedicó a la práctica de
tiro mientras trabajaba como obrera en la armería de la ciudad. Pero continuó
al mismo tiempo sus estudios y se inscribió en la Universidad de Kiev para
convertirse en historiadora, especializándose en la historia de Bohdan
Jmelnytsky, un cosaco que en el siglo XVII encabezó una rebelión en contra de
la nobleza Polaco-Lituana que gobernaba en busca de la creación de un estado
independiente. Los Ucranianos consideran el padre de la patria a Jmelnytsky.
Tras la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941,
Ludmila que contaba con 24 años fue una de las primeras mujeres en enlistarse
en el ejército de manera voluntaria, se le dio la oportunidad de optar por
convertirse en enfermera a lo que ella se negó aludiendo el haber sido una de
las primeras mujeres en presentarse de manera voluntaria y tener ganas de
defender a su patria por medio de las armas, cosa que pudo demostrar al poco
tiempo. Fue, entonces, asignada a la
infantería y por sus talentos rápidamente paso a ser un efectivo de la 25 División
de rifleros. En el frente de Odessa, Pavlichenko mató a más de 180 soldados
alemanes y para 1941 contaba con 309 enemigos muertos entre ellos 36
francotiradores enemigos, por lo que fue nombrada como teniente del ejército
soviético. Vale la pena decir que es la mujer francotiradora con más enemigos
muertos en la historia.
Sin embargo su primer día en el frente no fue fácil y la
joven ucraniana, según contó en alguna ocasión, se encontraba muerta de miedo
frente al enemigo. Junto a ella un joven soldado se preparaba para disparar
cuando una bala alemana acabó con su vida. La visión de su compañero muerto
impulsó a Ludmila a llevar a cabo el deseo de vengar la afrenta y defender a su
país, más tarde ese mismo día cobró a su primera víctima.
Con el tiempo la fama de Ludmila alcanzó a los oídos de las
fuerzas alemanas que en un principio le ofrecían a través de altavoces
chocolate y el trato de una oficial Nazi sí cambiaba de bando, con el tiempo
las ofertas se transformaron en amenazas que juraban partirla en tantos pedazos
como soldados alemanes ella había eliminado.
Ludmila fue herida en 1942 y tras un mes de recuperación
pasó a ser una embajadora de la causa
soviética por lo que el gobierno de su país la envió de viaje primero a Estados
Unidos, donde se entrevistó con el entonces presidente Franklin D. Roosevelt,
convirtiéndose de esta forma en el primer ciudadano de la Unión Soviética en
ser recibido en la Casa Blanca. Unos días después fue invitada por la esposa
Roosevelt a recorrer los Estados Unidos contando a los norteamericanos su
experiencia en el frente de guerra. A lo largo de esta gira Pavlichenko quedó
sorprendida de la estupidez y falta de seriedad de la mayoría de los
periodistas americanos y sus preguntas que incluyeron joyas como la de sí a las
mujeres soviéticas se les permitía utilizar maquillaje en el campo de batalla o
la aseveración que su uniforme la hacía ver gorda, o que su falda era demasiado
larga en comparación con aquellas que usaban las mujeres en Estados Unidos.
Ludmila respondió alguna vez a una pregunta de la revista Time: “Es muy sencillo ver que para las mujeres estadounidenses lo
importante es saber si llevan prendas interiores de seda debajo del uniforme.
Lo que significa el uniforme aun lo tienen que aprender.” Tras la gira en los
Estados Unidos Ludmila viajó a Canadá y finalmente a Inglaterra.
A su regresó fue nombrada Mayor del Ejército y se le
concedió el titulo de Héroe de la Unión Soviética, así como la estrella de oro.
Entonces se dedicó a entrenar y supervisar a nuevas generaciones de
francotiradores. Al finalizar la guerra regresó a Kiev y continuó con sus
estudios de historiadora, profesión a la que se dedicó hasta su muerte en 1974
a la edad de 58 años. Tras la guerra el gobierno de la Unión Soviética rindió homenaje
a Ludmila emitiendo dos diferentes estampillas postales con su imagen.
De las 2000 mujeres que compusieron las fuerzas de
francotiradores de la Unión Soviética más de quinientas sobrevivieron a la II
Guerra Mundial. Incluso, la Azerbayana Ziba Ganiyeva que nació en 1923 aún vive.
En 1943, se enlistó la más joven de las francotiradoras soviéticas Claudia
Kalugina que contaba con tan sólo 17 al momento de hacerlo.
publicado en thepinkpoint.com.mx el 27 de diciembre de 2013
imagen: todayifounit.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario