sábado, 8 de febrero de 2014

María Sabina, la chamana oaxaqueña.





La más reconocida Chamana mexicana del siglo XX, fue una mujer de una gran sencillez y que aprendió la sabiduría milenaria de sus antepasados. Icono de la contracultura de los años sesenta y setenta del siglo pasado.

Armando Enríquez Vázquez.

María Sabina Magdalena García, mejor conocida simplemente como María Sabina nació en Huautla de Jiménez en Oaxaca el 22 de julio de 1894, indígena de la etnia mazateca llegó a ser conocida por su gente como Chjota Chjine, que quiere decir la que sabe. Su fama mundial llegó a más de medio siglo después, cuando en mayo de 1957 el banquero y etnomicólogo norteamericano Robert Gordon Wasson publicó un artículo titulado En busca del hongo mágico, en la revista Life acerca de su experiencia al comer hongos alucinógenos en la sierra mazateca y de cómo conoció a la chamana mazateca más reconocida por los miembros de su su comunidad, una verdadera mujer  sabia; María Sabina.
Robert Gordon Wasson llegó a Huautla en 1955 preguntando por alguien que le pudiera hablar sobre los hongos. De acuerdo con un artículo escrito por Ramón Méndez Estrada y publicado en febrero de 1986 en el periódico El Nacional, La llave que utilizó el americano para llegar hasta la Chamana fue decir el nombre sagrado en mazateco de los hongos a la autoridad local.
Entonces Wasson fue llevado ante la chamana que gozaba ya de una gran fama en la región mazateca por sus curaciones milagrosas, y aquella misma noche María Sabina le dio a Wasson y a su esposa “los honguitos”, esos que desde tiempos ancestrales eran respetados y venerados en la región de la alta montaña oaxaqueña.  La historia de la relación de la mujer y los hongos se remontaba a la infancia de la indígena. María Sabina quedó huérfana de padre a los tres años de edad. Su madre viuda y con dos hijas, regresó a la casa paterna, ahí desde pequeñas María Sabina y su hermana menor María Ana, se dedicaban a cuidar a los pocos animales de la casa, lo que incluía en ocasiones salir a pastorear a las cabras que tenía la familia. Miserables como, desde siempre, la mayoría de los pueblos indígenas de nuestro país, María Sabina y su hermana salían a la montaña con las cabras y alguna vez la niña se topó con los hongos, mismos que arrancó y comió para matar el hambre.  Desde ese día inicio la relación entre María Sabina y  Los niños santos, que era una de las maneras en las que la Chamana se refería a los hongos. Las hermanas consumían los hongos para saciar el hambre, pero también “cantar” en las montañas oaxaqueñas. Los abuelos y bisabuelos de María Sabina eran chamanes también y de ellos aprendió el oficio.
De acuerdo con los usos y costumbres de la etnia, María Sabina fue cedida en matrimonio cuando tenía 14 años de edad. Su primer marido un hombre llamado Serapio Martínez. El matrimonio no duró mucho tiempo ya que Serapio murió, dejando a María Sabina con dos hijas. Ya viuda, un día mientras realizaba la faena en el campo María Sabina tuvo la visión de que su hermana moría, regresó a Huautla y encontró a María Ana muy enferma y los curanderos se declararon incapaces de curarla. Entonces María Sabina tomo 30 pares de hongos, que era una cantidad muy superior a la cantidad que utilizaban habitualmente otros chamanes. La experiencia duró tres días al cabo de los cuales no sólo María Ana se curó, si no que María Sabina aseguró haber sido instruida por los seres superiores que incluso le dieron un libro que contenía la sabiduría necesaria para curar. La fama de María comenzó a crecer en la pequeña comunidad mazateca. Pero su vida como curandera se vio interrumpida por un segundo matrimonio, durante el cual concibió 7 hijos. Las reglas para oficiar ceremonias con hongos requieren una cierto número de días de abstinencia sexual previos por parte del chamán, por lo que durante esos años María Sabina no ejerció. Viuda de nuevo, la mazateca, retomó su misión como curandera. Fue por entonces que apareció el banquero norteamericana y su mujer de origen ruso; Valentina Pavlovna. Tras la publicación del artículo, en el que Wasson violó una serie de acuerdos que había hecho con María Sabina al publicar una fotografía de la chamana en pleno trance y revelar su nombre, la pequeña comunidad de Huautla de Jiménez comenzó a padecer una peregrinación de personas de todas partes del mundo para tener una experiencia con los honguitos y con la famosa María Sabina. El número de gente creció en la siguiente década cuando la contracultura y el movimiento hippie estuvieron de moda en el mundo.
Las leyendas dicen que entre los visitantes de María Sabina se encontraron personajes musicales como Los Beatles, que también en ese viaje mistico y mágico que habían emprendido en esos años habían visitado al maharishi en la India. Se dice que fueron John Lennon y George Harrison los que llegaron hasta Huautla. Y tiempo después regresó Lennon, supuestamente, acompañado de Yoko Ono,  en esa ocasión Lennon, durante la experiencia con los hongos, presenció su muerte y así se lo confesó supuestamente a María Sabina. Las leyendas ponen en Huautla también, a los Rolling Stones, Bob Dylan, Bob Marley. Tom Leary, quién fundó una religión que tenía como su principal sacramento el consumo de LSD. Del mundo de la farándula nacional personajes tan diversos como Irma Serrano, Rigo Tovar y la India María, incluso hay quienes ponen en esta lista improbable de visitantes de María Sabina a Walt Disney y que con una mayor imaginación que la del animador, argumentan que como resultado del viaje a Huautla Disney decidió hacer la película Fantasía. Lo cual es imposible porque la película es anterior a la publicación del artículo de Wasson.  Pero al parecer son puras leyendas y no existen elementos que hagan alguna de estas historias realmente comprobable. Entre los intelectuales que hablan o sí documentaron su visita María Sabina se encuentran: Fernando Benítez, que documentó su experiencia en su libro sobre los hongos alucinógenos, Carlos Monsiváis, José Agustín
Lo cierto es que la llegada de oleadas de personas a la comunidad oaxaqueña trajeron consigo un par de problemas, el primero fue que los hongos comenzaron a comercializarse y obviamente al  Gobierno de la República encabezado por Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverria, su sanguinario secretario de gobernación y futuro presidente de nuestro país, esto les causaba cierto escozor en sus glándulas represivas. Entonces en el verano de 1969 el ejército y las fuerzas federales tomaron Huautla y expulsaron a los joven del lugar, incluso María Sabina fue encarcelada acusada de vender marihuana, que era una mentira tan grande como una casa ya que la chamana nunca trabajó con la planta de Cannabis, pero nunca llegó a estar en la cárcel y en cuanto llegó a la comisaría fue liberada ante su protesta ante el presidente municipal de Huautla por la tontería de los argumentos con la que pretendían inculparla. El otro fue una tremenda animadversión por parte de los otros chamanes de la comunidad en contra de María Sabina, a la que acusaban de haber traicionado a los hongos y las tradiciones mazatecas, creían que además María Sabina había hecho mucho dinero con esto, por lo que quemaron su casa. Lo cierto es que ella nunca cobró por sus servicios como chamana, pero la enojaba que muchos de los visitantes la buscaran para “encontrar a Dios”, cuando la función de los hongos para ella era muy clara; eran curativos y nada más. Algunos de sus hijos murieron asesinados, y hay quienes creen que fue parte de esa venganza por haber revelado los secretos de los hongos. En la parte final de la década de los setenta María Sabina fue una más de las víctimas de la ambición de la familia López Portillo, pues la hermana del entonces presidente Margarita, como directora de las instituciones encargadas del cine nacional financió un documental sobre la chamana, sin pagarle nunca nada y sólo abusando y prometiéndole las perlas de la virgen a la indígena mazateca.
Al final de su vida María Sabina se acusaba de ser la responsable de que los hongos hubieran perdido mucho de su poder, y también decía que todas esas enfermedades que había curado se habían manifestado en su cuerpo y la achacaban a ahora a ella. Así se lo dijo a Méndez Estrada unos catorce meses antes de morir.
María Sabina murió a los 91 años de edad el 23 de noviembre, en la pobreza más absoluta. Al año siguiente en 1986 murió Robert Gordon Wasson a los 88 años de edad.

Publicado en thepinkpoint.com.mx el 31 de enero de 2014
Imagen: igpolar.com

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