Dentro de toda
historia patria existen personajes ortodoxos, otros herejes y que ellos que por
buscar la congruencia entre su alma y su actuar son borrados de la fotografía
oficial.
Armando Enríquez Vázquez
La historia escriben los ganadores. La primera vez que
escuché acerca de Huber Matos fue hacía finales de los 70 o principios de los
ochenta, en aquella época creía en las utopías, esas que son sueño de unos y
pesadillas de otros, como dijo Bioy Casares.
Su historia me llamó mucho la atención, pero lo que más me
llamó la atención en ese entonces fue la maquinación, en una época donde no
existía photoshop, ni tecnología digital, para borrar a la persona del
comandante Huber Matos de todas las fotografías de la revolución y su nombre de
la historia nacional.
La Revolución Cubana se convirtió con el correr de los años
en la toma del poder por parte de una figura patriarcal, de esas que tanto
abundan en la historia del siglo pasado en América Latina, que terminó por
creer que sus medios justificaban el fin y acabando con todos aquellos que
alzaban la voz en beneficio de la mayoría.
Ayer, a la edad de 95 años, en la ciudad de Miami murió el
comandante Huber Matos, exiliado y a pesar de lo que le hubiera gustado a Fidel
sin haber sido una figura clave de oposición, de esa contrarevolución mezquina
y de ladridos que sale de la península norteamericana, tras treinta años de haber
sido liberado de la prisión.
Huber Matos cómo miles de cubanos en la segunda mitad de los
años cincuenta del siglo pasado estaba harto del autoritarismo de Fulgencio
Batista, sangriento dictador militar que gobernaba la isla y la vendía a los
Estados Unidos. Matos nació en Yara, Cuba el 26 de Noviembre de 1918. La
familia de Matos tenía una propiedad que se dedicaba al cultivo del arroz.
Matos se convirtió en maestro rural y se unió al Partido Ortodoxo, opuesto a Batista y del que Fidel castro era ya
un líder reconocido. A diferencia de los hermanos Castro, llegado el momento
Matos se exilió en Costa Rica, no en México. Pero nunca perdió contacto con los
líderes de la resistencia, se reunió con Fidel, el Ché Guevara y Camilo
Cienfuegos en la Sierra Maestra en 1958, llevando consigo armas, municiones y
tropa para deponer a batista. Fidel le otorgó el grado de Comandante y le
asignó el mando de la novena columna de los rebeldes que había sido nombrada en
honor de Tony Guiteras, uno de los más importantes políticos cubanos de ideas
socialistas de inicios del siglo XX y asesinado en 1935.
Con el triunfo de la Revolución Cubana, Matos entró en La
Habana junto con Fidel, el Ché, y Camilo Cienfuegos, esta sería una de las
fotografías que el gobierno de Castro haría retocar para desaparecer la
presencia de Matos en la historiografía de de la Isla. En un principio Matos fue nombrado Comandante
en Jefe de la provincia de Camagüey, ya en julio de 1959 siete meses después de
la entrada a La Habana, Matos habló en contra de Fidel y denunció el cariz
comunista que estaba tomando la revolución. Matos se reunió con Castro a
finales de ese mes y le presentó su renuncia, la que Fidel rechazó y según
Matos culpó a su hermano Raúl y al Ché de ser los responsables de las
desviaciones marxistas.
En Octubre de ese mismo año Matos renunció por segunda vez,
haciendo clara su preocupación, una vez más, por la adopción del sistema
comunista por parte de los nuevos líderes cubanos. Castro entonces mandó a
Camilo Cienfuegos a detener a Matos. Tras ser aprendido por uno de sus
compañeros guerrilleros, Matos fue juzgado y condenado a veinte años de prisión
por traidor. A pesar de que las voces de Raúl Castro y el Ché Guevara pedían
que fuera ejecutado. Fidel se negó a convertirlo en un mártir, al menos esas
fueron sus palabras y aunque ciertas, no dejo de encontrar un aire de cierto
cargo de conciencia al juzgar a uno de sus hombres más leales durante los
tiempos de la lucha.
Veinte años pasó Matos en la Isla de la Juventud, en el
Presidio Modelo, donde había estado preso el mismo Fidel Castro en 1953 tras el
asalto al cuartel Moncada. Veinte años de los cuales dieciséis los pasó Matos
en aislamiento total. Sólo, siendo amenazado y torturado por sus celadores.
Pensando como muchos otros presos políticos y de conciencia en el mundo que
jamás volvería a ser libre. Finalmente tras cumplir toda su condena fue libera
el 21 de Octubre de 1979.
Cuba era ya en ese momento propiedad de los hermanos Castro
y su oligarquía. Cienfuegos murió en un accidente aéreo tras el arresto de
Matos, algunos dicen que Fidel se deshizo de él para acusar a Matos de
conspiración, otros culpan a Matos y la contra revolución dirigida por los
Estados Unidos desde Miami. El Ché abandonó la isla para morir tratando de
imponer su sueño bolivariano en Bolivia.
Tras su liberación Matos se reunió en Costa Rica con su
mujer y sus hijos y más tarde se trasladó a Miami. Escribió un libro de
memorias titulado Cómo llegó la noche.
Al final el temor de Matos se convirtió en realidad y Fidel
Castro está más cerca de Stalin que de Lenin.
La ingratitud, la avaricia y soberbia de los hermanos
Castro, nunca podrán ser justificadas, por más bien que la población cubana
haya recibido tras los años de las dictaduras militares y la depredación de
Estados Unidos. La revolución cubana no se hizo solamente desde el Granma, y no la hicieron únicamente los
dictadores actuales de la Isla, por más que hayan intentado borrar a Matos y
otros revolucionarios de las fotos y de la historia oficial.
Publicado en blureport.com.mx el 28 de febrero de 2014
Imagenes: en.wikipedia.org
diariolasamericas.com
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