El norteamericano
nacido en Nueva Jersey dejó en nuestro país no sólo la iconografía de los
Juegos Olímpicos de 1968, el metro y el Mundial de México 70. Corporativos e
instituciones ostentan diseños de Wyman.
Armando Enríquez
Vázquez.
Hace algunos meses escribí sobre la mascota desconocida del
Campeonato Mundial de Futbol Soccer México 1970: Pico, y sobre Lance Wyman el
hombre que lo creó junto con identidad de dicho campeonato de futbol soccer.
El mundial no fue la primera experiencia de Wyman con
eventos deportivos internacionales, como tampoco lo era que estos se realizaran
en nuestro país y él resultara encargado del diseño. Wyman es famoso, entre
otras cosas, por el diseño que hizo para el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos
de 1968. Lance Wyman ha tenido a lo largo de su vida mucho que ver con nuestro
país y con diferentes campos del diseño en él.
Wyman nació en Newark en 1937. Su padre era pescador y su
abuelo era un vaquero del sur de los Estados Unidos que contaba al pequeño
Lance, historias de bandoleros. Años después durante su adolescencia Wyman
trabajó durante las vacaciones de verano de la escuela en diferentes fábricas
de la región. Lo que lo hizo sensible a los sistemas de señalización que
existían al interior de las fábricas.
Wyman estudió en el Pratt Institute diseño industrial y
comenzó a trabajar para General Motors. En 1960 se graduó. A mediados de la
década de los años sesentas y gracias a la amistad que hizo con Eduardo
Terrazas y Peter Murdoch quienes colaboraban con el arquitecto Pedro Ramírez
Vázquez en el concurso de la imagen para las Olimpiadas de 1968, Wyman llegó a
nuestro país para integrarse en el equipo. Según recuerda Wyman las
instrucciones de Ramírez Vázquez fueron muy sencillas. México no podía aceptar
en su imagen mundial al indio con sombrero dormido debajo de un cactus.
Wyman llegó a nuestro país sin saber nada de él, por lo que
lo primero que hizo fue pasarse unos días en el Museo Nacional de Antropología
tratar de absorber lo más sobre las imágenes prehíspanicas y entre algunos
diseños de grecas, su amor por el Op Art, tan de moda en esos años y el
conocimiento de los tejidos huicholes se enfrascó en crear la propuesta que
integraba los cinco aros olímpicos, con la fecha en que se desarrolló la
competencia y el nombre de nuestro país.
La propuesta de Wyman no sólo fue la ganadora, si no que a
la fecha es una de las más reconocidas y comentadas dentro de la historia del
diseño gráfico mundial. Pero el trabajo de Wyman no se limitó al logotipo de la
competencia, junto con un grupo de estudiantes y egresados de la carrera de
diseño industrial de la Universidad Iberoamericana, Wyman creó todo el sistema
de comunicación de los juegos. En 1966, no existía aún la carrera de diseño
gráfico en nuestro país. Wyman creó logos para cada evento que gracias a la
sencillez y universalidad de la iconografía ahorraban a los organizadores el
poner todos los letreros en tres idiomas; francés, inglés y español.
Ese mismo sistema de iconos fue implementado en los boletos
de los eventos deportivos. Toda una tipografía fue creada.
Además Wyman diseñó el logotipo de la paloma de la paz y
todo un grupo de iconos para los diferentes eventos de tipo cultural que se
llevaron a cabo dentro de la misma Olimpiada.
Se emitió una serie de timbres postales que representan las
diferentes disciplinas deportivas de la gesta deportiva a partir de siluetas de
atletas ejecutando su deporte sobre fondos de colores muy brillantes. Pero
además se emitieron timbres de carácter cultural, uno de los que más
enorgullece a Wyman es uno con la efigie Martin Luther King el activista de los
derechos civiles de los negros que había sido asesinado en Memphis unos meses
antes. Este fue el primer timbre que se emitió en el mundo reconociendo la
lucha del reverendo King.
En México 1968, fue también un año de descontento
estudiantil, que terminó como todos sabemos con la matanza de estudiantes en la
Plaza de las Tres Culturas, ordenadas por el gobierno federal.
En muchos de los carteles de protesta a lo largo del
movimiento, los estudiantes utilizaron el diseño de Wyman. Este hecho durante
muchos años produjo en el diseñador una serie de sentimientos encontrados. Por
un lado el hecho de que sus diseños fueran identificados con un gobierno asesino
y represor lo hacían sentirse partícipe. Pero por otra parte no dejaba de
enorgullecerlo el reconocimiento del posicionamiento de su trabajo como
identidad de los juegos a pesar del mensaje demagógico que el gobierno de Díaz
Ordaz hizo de los mismos.
En una entrevista que Wyman concedió a Emmet Byrne, el diseñador
recordó como uno de los actos más subversivos y contundentes en materia visual
del movimiento consistió en poner pintura roja en el centro de las calcomanías
de la paloma de la paz que el gobierno de Díaz Ordaz había repartido a los
comerciantes de la Ciudad de México para promover la naturaleza pacifica de los
juegos.
Casi veinte años después cuando Wyman fue invitado a dar una
conferencia a la escuela de artes plásticas de la UNAM, al final de la misma El
director de la escuela le regaló al diseñador un libro llamado La gráfica del 68. El director le
agradeció a Wyman entonces el haber creado diseños que permitieron a los
estudiantes protestar contra el sistema y el discurso oficial. Wyman dice que
en ese momento se sintió tranquilo y con ello cerró un ciclo de su vida.
Pero Wyman diseñó otro de los sistemas visuales de nuestra
ciudad que nos acompaña a diario: la iconografía de la línea uno del metro.
Wyman creo los iconos que sobreviven y con los que identificamos a las
estaciones Chapultepec, Juanacatlán, Pino Suárez, Insurgentes, Cuauhtémoc, Candelaria
de los Patos, La Merced, etc.
Wyman pensó en iconos
que dijeran al usuario sin importar si hablaba o no español el nombre de la
estación y le dijera algo del barrio o locación donde está se encontraba. Gracias a este trabajo Wyman diseñó después
el del sistema del metro en Washington, así como la señalización de las rutas
de otras ciudades y hasta de los zoológicos de Washington y de Minnesota.
En México diseñó también toda la señalización para la Nueva Central
de Abastos de la Ciudad de México. Su trabajo también lo vemos a constantemente
en diferentes empresas y organizaciones de nuestro país donde la imagen
corporativa y los diseños de los logos fueron creados por Lance Wyman. El
logotipo de la Tienda de Todo es un trabajo que muchos de nosotros podemos
recordar, Wyman lo ideo pensando en su amigo y compadre Matías Goeritz. El
chapulín que coronó muchos años el edificio donde estaba el hotel Presidente
Chapultepec enfrente del Auditorio Nacional es otro ejemplo. Pero entre los que
sobreviven están los logos del Hotel Camino Real, las pastas La Moderna,
Vanity, y uno de los que más gusta a su
autor el; de la empresa fundidora de tubería Hylsa donde el diseñador incorporó
una olla de fundición a la H del nombre de la empresa.
El museo del papalote y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey
(MARCO) también son diseño de Lance Wyman.
Actualmente el Museo Universitario de Arte Contemporáneo
(MUAC) tiene una exposición sobre el trabajo del diseñador, armada por la
curadora Pilar García, a la que vale mucho la pena acudir.
publicado en the point.com.mx el 26 de noviembre de 2014
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