En sus trece años como
jugador de la NFL, Walter Payton conocido por sus compañeros como Sweetness se encargó de establecer todos
los records posibles para un corredor.
Armando Enríquez
Vázquez.
De acuerdo con la extraordinaria crónica de Dave Anderson en
el New York Times sobre el último juego de Walter Payton en la NFL y en su
vida. El gran corredor de los Osos de Chicago declaró a los periodistas tras
finalizar el juego:
Despues de todo ha
sido muy divertido. Cuando se acaba la diversión, ha llegado el momento de
retirarse. Es por eso que me es tan difícil retirarme ahora. Todavía es
divertido. Dios ha sido muy bueno conmigo. En verdad he sido bendecido.
Trece años habían pasado desde que Walter Payton había pisado
los emparrillados de la NFL por primera vez. Trece años jugando para los Osos
de Chicago. Trece años fue todo lo que le tomó para convertirse en uno de los
más grandes corredores en la historia de la NFL y sin duda el mejor de época y
algunos años más. En trece años Walter Payton rompió los records más importantes
en la categoría de corredores.
Walter Payton nació el 25 de julio de 1954 en Columbia,
Mississippi. Durante sus primeros años como preparatoriano Payton rehusó jugar
futbol americano por no competir con su hermano mayor Eddie. Walter se dedicó
entonces a tocar el tambor en la banda de la escuela. Una vez que su hermano se
graduó, el entrenador del equipo de futbol se acercó a Walter y lo invitó a
jugar. Walter aceptó con la condición de que pudiera seguir en la banda de
música. Payton jugó en la universidad de Jackson State, donde se ganó el apodo
de Sweetness pues en un entrenamiento
al evitar una tacleada, le grito al defensivo; Tu dulzura es tu perdición, refiriéndose a la falta de fuerza al
intentar taclear.
En 1975 Walter Payton fue seleccionado en la primera ronda
por los Osos de Chicago. En su primer juego no logró impresionar a nadie. Tras
ocho acarreos de bola no consiguió una sola yarda y los dos pases que atrapó le
dieron un yardaje negativo de menos dos. De hecho su primera temporada en la
NFL no resultó ser espectacular. Únicamente 679 yardas en un total de 196
acarreos. Pero 1976 fue totalmente diferente y Walter Payton le demostró a la
NFL y a la afición de Chicago de lo que era capaz al conseguir 1390 yardas. En
1977 Payton corrió para 1852 yardas.
El 20 de noviembre de 1977, en Soldier’s Field, casa de los
Osos de Chicago, jugando contra uno de sus rivales de división; los Vikingos de
Minnesota, Payton corrió para 275 yardas, rompiendo el record que O.J. Simpson había
impuesto un año antes de más yardas conseguidas en un solo partido. Walter jugó
ese día bajo un tremendo resfriado y con temperatura.
Walter Payton logró a lo largo de sus años en la NFL romper
los principales records en cuanto a lo que a carrera se refiere. El más
importante fue el número total de yardas a lo largo de su carrera. El record
había pertenecido por más de 15 años al legendario Jim Brown que corrió en las
nueve temporadas que jugó para los Brown de Cleveland 12,312 yardas. Payton
corrió a lo largo de esos trece años 16,726 yardas y hasta la fecha sólo ha
sido superado por Emmit Smith.
Empatado con Steve Van Beuren, corredor de las Águilas de
Filadelfia en la década de los cuarenta, como el corredor con más temporadas consecutivas
como líderes en número de acarreos, con cuatro.
De hecho, tras la temporada de 1975, Walter Payton logró una
racha de seis temporadas ganando más de mil yardas que se vio interrumpida por
la huelga del futbol americano profesional en 1982. A lo largo de su carrera
Payton corrió diez temporadas para más de mil yardas, sólo superado en este
aspecto también por Emmit Smith que corrió a lo largo de su carrera once
temporadas con más de mil yardas y empatado con Barry Sanders de los Leones de
Detroit y Curtis Martin de los Patriotas de Nueva Inglaterra. Sin embargo, Payton
consiguió ese record años antes que los demás.
Lo mismo sucede con el mayor número de juegos corriendo más
de cien yardas donde Payton fue el líder con setenta y siete hasta que Emmit
Smith lo superó para poner la marca actual en 78.
Durante la temporada de 1985, Walter Payton corrió nueve
encuentros para más de cien yardas.
Payton fue conocido por la dura manera en se entrenaba y lo
que le exigía a su cuerpo no sólo durante la temporada regular de la NFL, sino
en los meses en que la liga no estaba activa.
Pero el mayor anhelo de Payton no llegó hasta la temporada
de 1985, cuando finalmente los Osos llegaron al Superbowl. En su emisión número
XX jugada en el Superdome de Nueva Orleans, el equipo de Chicago apaleó al campeón
de la conferencia americana, los Patriotas de Nueva Inglaterra 46-10. A pesar
de poder lucir un anillo de campeón Payton no anotó en el juego de campeonato y
el jugador más valioso del encuentro fue el defensivo Richard Dent.
Payton es reconocido como uno de los más grandes corredores
en la historia del futbol americano profesional y sin duda lo fue, pero para
muchos de sus compañeros, su entrenador y para el mismo había muchas otras
cosas que lo enorgullecían dentro de su actuación en el emparrillado.
Una de ellas era su manera de bloquear. Payton fue un gran
bloqueador, abriendo espacios para sus compañeros e impidiendo a los contrarios
alcanzar al que acarreaba el balón. Uno de sus recuerdos favoritos, del que
presumía como una de las jugadas que más recordaba era una bloqueada con la que
impidió que una carga de los Vikingos de Minnesota atrapara a Jim Mc Mahon y le permitió lanzar
un importantísimo pase de anotación.
Ese es el tipo de jugador y de persona que era.
Declaró Jim McMahon, quarterback de los Osos y compañero de Payton durante
seis temporadas. Nada egoísta, ni protagónico.
¿Cuántas veces me salvó el pellejo, bloqueando antes de que atrapara una carga
de la defensiva enemiga? Muchas. Jamás en un teamback me dijo: dame el ovoide.
La jugada que se llamara, era la que el ejecutaba. El futbol americano ha
tenido a muy pocos como él.
Walter Payton tenía una filosofía que resumió a lo largo de
su carrera en dos frases; la primera la aprendió de su entrenador en la universidad
que le advertía sobre el único objetivo del defensivo; golpear y golpear duro y
sí el corredor había de morir en la jugada no debía hacerlo de manera fácil,
sino de la más dura. La otra era otra frase: Nadie tiene asegurado el mañana.
Finalmente en 1988 Walter Payton se retiró, sus rodillas
estaban destrozadas, pero a lo largo de su carrera solamente se perdió un juego.
Al final de su último juego. Payton permaneció en la banca sólo, por unos
minutos, mientras todos sus compañeros se retiraban al vestidor. Mientras
lloraba y rememoraba su carrera, algunos aficionados le gritaban: Un año más. Uno más.
Muchos de los que lo
conocieron lo describen también como una persona hiperactiva que no podía estar
quieta, siempre buscando cosas que hacer, aunque fuera solo caminar de una lado
a otro. Tras su retiro se dedicó a diferentes ocupaciones entre ellas a
corredor de autos pero un terrible accidente del que salió ileso lo retiro de
las pistas. Formó parte de la junta de
directores de los Osos, e incluso intentó en hacerse junto con un grupo
de inversionistas de una franquicia para la NFL en San Louis, sin éxito.
Mike Ditka alguna vez dijo que Payton era el mejor corredor
que había visto en la historia de la NFL, pero que sin duda era mucho mejor
como ser humano. Su participación voluntaria como vocero de los Osos visitando
a niños enfermos y sanos, sirviéndoles de inspiración así lo demuestra.
En 1993 Walter Payton entró al Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional.
En febrero de 1999 Walter Payton informó en una conferencia
de prensa que sufría de una rara enfermedad degenerativa del hígado, que con el
paso de los meses se complicó con un cáncer en los conductos biliares. Walter
Payton murió el primero de noviembre de 1999 a la edad de 45 años.
Mike Ditka declaró que Payton era el jugador con el que
cualquier entrenador soñaba, y que él trataba de no interponerse en su camino
ni en molestarlo.
imagenes: glogster.com
gopixpic.com
chicago.cbslocal.com
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