Un negocio nuevo o posibilidades para nuevos espacios de transmisión se propone en el modelo de la televisión digital y la multiprogramación.
Armando Enríquez
Vázquez
Más allá de la vergonzosa actuación del IFT (Instituto
Federal de Telecomunicaciones) y de la mayoría de sus comisionados al entregar
de manera servil la multiprogramación al duopolio de la televisión sin
obligarlos a ninguna contraprestación y permitiéndoles además la posibilidad de
rentar esos espacios de su frecuencia, ¿Cuáles son las implicaciones reales de
la multiprogramación?
El hecho de poder ocupar la frecuencia por donde se transmite
un canal analógico para transmitir tres en el sistema digital, presenta en
teoría oportunidades a los canales.
La primera y más obvia es la posibilidad de triplicar la
competencia a las nuevas cadenas de televisión abierta, lo cual es una verdad a
medias, por que las nuevas cadenas podrán operar también la multiprogramación
producto de su inversión en la compra de las concesiones para dichas cadenas.
Pero se encuentran en desventaja por una lado por el posicionamiento con el que
ya cuentan los canales de Televisa o TV Azteca y porque la producción de estas
dos empresas es tan grande que pueden sin problema alguno generar canales con
contenidos totalmente diferentes,
Actualmente la multiprogramación se utiliza de diferentes
formas por los concesionarios de los espacios radioeléctricos de los mexicanos,
por lo general utilizan estos canales para retransmitir de manera diferida su
programación.
Por su parte los canales del estado en general utilizan la
señal primaria para sus transmisiones nacionales, mientras que los otros
canales los utilizan para tener una señal internacional.
Gracias a la decisión del IFT, las cosas pueden seguir
igual. Claro que en la mente de cualquier empresario el tener más señales
representa en teoría el poder comercializar más el tiempo aire y por lo tanto
el obtener más ganancias, sí además la ley y la instancia regulatoria no los
obliga a pagar ninguna contraprestación en efectivo o en especie el negocio es
redondo.
¿Si el negocio es tan perfecto, por qué tendrían que rentar
los nuevos canales? Una es porque es la manera más sencilla y redituable de
obtener dinero por estas frecuencias sin desgastar su imagen ofreciendo lo
mismo pero con dos o tres horas de diferencia. Dos porque de esta manera las
empresas televisoras evitan producir programación para esos canales extra.
Si la publicidad está migrando a la televisión de paga y al
Internet, ¿Qué interés puede representar para cualquiera de los canales de
televisión abierta producir nuevos contenidos cuando cada día los anunciantes
son menos, lo mismo que la inversión publicitaria? Eso sin contar que la puesta
en marcha de dos nuevas cadenas nacionales de televisión abierta representará
competidores que se espera obtengan entre un 7 y 15% del pastel publicitario al
menos en los primeros dos años de existencia.
Si las señales pueden ser rentadas, o sea subarrendadas por
las televisoras, entonces la ganancia para Televisa o Azteca es inmediata y los
problemas de la comercialización son para los arrendadores. Ahora bien, ¿Quién
va a querer rentar uno de esos canales, con los problemas que ya tiene la
televisión abierta con la competencia de la televisión de paga e internet? ¿O
acaso será que esas señales se renten por completo a cadenas comerciales que se
anuncien 24 horas al día? ¿Quién va a ver señales con esas características, si
como ejemplo tenemos el fracaso y los muy bajos ratings de Forotv, donde no se
anuncia nadie porque nadie lo ve?
La incapacidad de los directivos de Televisa y Azteca para
lograr contenidos en las madrugadas y la manera en que se han conformado en
vender esos espacios a empresas de televentas o religiones patito es un claro
ejemplo de oportunidades de negocio que no han sabido resolver de manera
satisfactoria.
Más allá de los poderes fácticos que mandan en el IFT, la
verdad es que el llamado regalo que
este Instituto otorgó al duopolio; la dichosa multiprogramación, puede
convertirse en una verdadero dolor de cabeza.
publicado en roastbrief el 23 de febrero de 2015
imagen: deathtoStock
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