Figura emblemática de
la Edad Media Hildegarda de Bingen se distinguió en la música, la medicina, la
filosofía, fue una iluminada y la iglesia católica la reconoce como santa.
Armando Enríquez
Vázquez.
A la Edad Media solemos tacharla de un periodo oscuro dentro
la historia de la humanidad, casi mil años en los que Europa Occidental vivió
bajo el yugo de las severas reglas de un catolicismo castrante y androcéntrico
que imperó en todo el quehacer humano. Siempre pensamos en esa época como de
retroceso en comparación con lo que la humanidad había logrado durante los
siglos anteriores, lo que pasaba en otros lugares del mundo y lo que sucedió en
occidente con la llegada del renacimiento. Sin embargo, existieron hombres y
mujeres que se distinguieron y que brillaron buscando conocimiento y
esparciéndolo. Entre las paredes de conventos y abadías muchos de estos
personajes se dedicaron a preservar el conocimiento humano y escribir sus
propias obras.
Entre los personajes más emblemáticos de toda la Edad Media,
y uno de los más interesantes en la historia de la humanidad se encuentra
Hildegarda de Bingen, quien a lo largo de su vida se dedicó al estudio y
divulgación de temas teológicos al describir en una serie de tres libros las
visiones divinas que tuvo desde los tres años de edad, pero también ciertos
temas médicos, creando poesía y música.
Mistíca, música, filosofa, fisióloga Hildegarda de Bingen
nació alrededor de 1098, no existe una fecha exacta para este acontecimiento
pero se sabe que ocurrió en lo que es hoy Renania-Palatinado un estado de Alemania en la localidad de Bermersheim. Hildegarda
fue la décima hija hija y sus padres de noble origen, decidieron que la
Hildegarda debería dedicarse a la vida eclesiástica, por lo que la enviaron
desde su infancia al servicio de una mujer llamada Jutta von Sponheim, hija del
Conde Esteban de Spanheim y que vivía en una celda en el monasterio benedictino
de Disibodenberg. Hildegarda fue una
niña enfermiza y que por esta razón permanecía mucho tiempo aislada. Gracias a
Jutta Hildegarda aprendió algo a lo que muy pocas mujeres tenían acceso en esa
época; Leer y escribir. A los quince años la misma Hildegarda tomó los hábitos.
A pesar de sus conocimientos en materia de música, de ser
una de las muy pocas mujeres que sabía escribir y leer, de sus observaciones en
materia de herbolaria y lapidaria, los principales eventos por la que se le
conoce son de tipo religioso y en este sentido místico debido a las visiones
que Hildegarda tuvo a lo largo de su vida.
Según cuenta la propia Hildegarda comenzó a tener visiones a
los tres años de edad cuando veía siluetas luminosas a su alrededor. Hildegarda
continuó teniendo visiones a lo largo de su vida, también desde temprana edad
se percató que estas visiones no eran comunes a los demás seres humanos, por lo
que decidió guardar el secreto de estas visones por temor a lo que dirían los
demás, únicamente compartió estas visiones con Jutta, quien a su vez las
comentó con un monje del monasterio de nombre Volmar y quien con el tiempo se
convirtió, en amigo, maestro y confidente de Hildegarda.
En 1136, Hildegarda fue electa como abadesa del convento y
en 1141 tuvo la visión que cambió su vida. En ella se le ordenó escribir todo
lo que a lo largo de su vida se le había revelado en las visiones a lo largo de
su vida. En un principio Hildegarda hizo caso omiso de la visión temiendo que
si llevaba a cabo lo que esta le ordenaba sería víctima de las burlas de los
hombres doctos de la iglesia católica. Entonces la abadesa cayó víctima de una
enfermedad, lo que ella interpretó como un castigo por su desacato. Hildegarda
acudió a Volmar y le contó tanto la visión como el asunto e interpretación de
la enfermedad, por lo que el clérigo la instó a escribir tal y como la visión
le había ordenado. Entonces Hildegarda comenzó a escribir un libro con sus
visiones, por su parte Volmar comentó el asunto con el Abad de Disibodenberg de
nombre Kuno quien no sólo autorizó a Hildegarda a escribir si no que la alentó
a hacerlo, incluso algunos años después mientras la monja estaba dedica a la
escritura, su labor llegó a oídos del Papa Eugenio III durante el sínodo de
Tréveris, quien al ver el trabajo de Hildergarda autorizó que la monja
continuara con él.
Eugenio III, quien fue el responsable de organizar la II
Cruzada, aprobó el trabajo de Hildegarda, por ser la voz del Espíritu Santo
quien dictaba la obra de la monja, esto permitió una gran libertad a Hildegarda
en su trabajo y pocas críticas. Finalmente en el libro fue publicado con el
nombre de Scivias, es una abreviación de Scito
vías Domini lo que en latín significa: Conoce los caminos del Señor. Con el
paso de los años Hildegarda escribió dos volúmenes más de sus visiones y las
explicaciones teológicas de las mismas.
Al mismo tiempo Hildegarda decidió abandonar el monasterio
de Disibodenberg para formar el propio, esto debido a otra visión. Hildegarda
formó un nuevo monasterio ante la oposición de las autoridades de
Disibodenberg, pero con la aprobación una vez más del Abad Kuno, que una vez
más apeló a las visiones de la monja. El nuevo monasterio fue establecido en
Rupertsberg cerca de la Población de Bingen y del rio Rin.
Hildegarda también escribió libros de medicina; acerca de la utilización de plantas y minerales para la
curación. Escribió más de 80 partituras para diferentes tipos de obras
litúrgicas. Entre ellas destacan el Ordo
Virtutum considerado el único drama musical del medioevo y que cuenta la
lucha de un alma humana al enfrentarse a las virtudes y al diablo, de hecho el
título de la obra en español significa de manera literal; el orden de las
virtudes, pero es conocido como Coro de
las virtudes.
La Symphonia armonie
celestium revelacionum que comprende
alrededor de 70 himnos y cantos escritos por Hildegarda.
Una vez instalada en Rupertsberg junto con veinte monjas que
la siguieron en su empresa, Hildegarda se dedicó a crear tanto un alfabeto como
una lengua desconocida, algunos expertos dicen que se trató de una variación de
una lengua romance que existía en esos tiempos en las orillas del rio Mosela y que
perduró hasta el siglo XIII. Tampoco queda claro si Hildegarda intentó obligar
a sus seguidoras a emplear esta lengua o si sólo la empleaba ella, como tampoco
quedan claras las razones por las que se dio a la tarea de crear esta lengua y
este alfabeto desconocidos, tal vez se tratara de otra de las imposiciones que
las visiones le pedían.
Hildegarda murió el 17 de septiembre de 1179 en Rupertsberg,
cuando tenía alrededor de ochenta años, crónicas de la época dicen que al
momento de morir cruzaron el cielo dos enormes arcos de luz que formaron una
cruz en el zénit del firmamento.
En
2011 el Papa Benedicto XVI le otorgó el titulo de Doctora en la Iglesia.publicado en mamaejecutiva.net el 17 de agosto de 2015
Imagen en.wikipedia.org
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