lunes, 14 de septiembre de 2015

Cuadernos de doble raya.



No hay nada más que agradezcamos consumidores, viandantes y me imaginó que los clientes en primer lugar, que un mensaje claro, bien escrito, honesto y creativo.

Armando Enríquez Vázquez

Una buena frase dice mucho más que las imágenes vanguardistas de la publicidad de hoy.
Un buen copy debe ser claro. Sencillo. Contundente. Siempre recuerdo la frase con la que durante años se anunció en México Chivas Regal: Se ve caro lo es. No había más que decir. No se trataba de un asunto de calidad, ni de procesos artesanales. No. Era simple y llanamente un asunto de status. Si podías ofrecer Chivas Regal a tus convidados, entonces pertenecías a un cierto grupo social. Los comerciales no necesitaban, si mal no recuerdo, modelos exuberantes, tipos con cara de triunfadores. No. Se trataba solamente de una mano tal vez, un vaso con un whisky en las rocas, una botella de Chivas Regal como personaje principal. Nada más, nada menos. Sin imágenes pretenciosas, ni desesperadas por parecer creativas.
Una frase que decía muchas cosas.
Así de sencilla y bien construida me parece la campaña que con el regreso a clases implementó Scribe en espectaculares y paradas del transporte público. El fondo el rayado normal de un cuaderno. Los renglones azules, sobre fondo blanco que presupone el papel. Los carteles llaman la atención a la distancia y se antoja leerlos. Pero cuyos textos cierran con una frase muy clara: Hecho de ti. Porque de que otra cosa esta hecho un cuaderno, si no es de la persona que escribe en él.
Scribe es sin duda una marca que muchos de nosotros asociamos de inmediato a un pupitre, a una clase, a nuestra niñez y adolescencia. Pero en el caso de las generaciones cincuentonas, Scribe lo podemos asociar con innovación, con calidad y con aspiración. En los setenta había diferentes tipos de cuaderno Scribe, y no me refiero a la gran cantidad de diseños en la portada, eso tal vez era lo de menos, para la marca y para el consumidor. Scribe tenía una gran variedad; marcas populares y marcas Premium. Scribe era en el mundo de los cuadernos lo que Prismacolor era en el mundo de los lápices de colores. En el caso de los cuadernos había una marca Nevado. De consumo popular, Nevado, eran cuadernos muy baratos con unas pastas de una cartulina azul de muy poco gramaje, una especie de papel Revolución o Kraft, pero azul que tenía un Volcán en la portada. Scribe siempre hasta en sus productos más económicos tenía una cartulina gruesa blanca con el cuaderno que se dividía a la mitad, con logo rojo y dorado con las letras en blanco y después estaban esas maravillosas libretas de pastas duras y gruesas con llamativos diseños en colores brillantes, a final de cuenta, televisión a color, cine en tecnicolor y la psicodelia gritaba ser sinónimo de juventud y modernidad. Portadas que al final como la gris censura de los gobiernos de setenta quedaba oculta por el forro azul, o verde con el que arbitrariamente un maestro borraba los individuales gustos de cada alumno.



No es lo mismo un beso en un mensaje que en una hoja. Dice uno de los carteles y entonces uno puede pensar en muchas cosas y en una o dos personas en especial y sonreír confirmando la certeza de la frase.
Otro de estos posters dice: ¿Recuerdas a tu novia del kínder? Tu cuaderno sí.
En ambos casos debajo del logo de Scribe la frase: Hecho de ti. Porque así es, los cuadernos los hacemos nosotros y están hechos de muchas, muchísimas cosas más que los tediosos apuntes de la materia a la que los destinamos.
La publicidad de Scribe es evocadora y no apela al niño o al joven que para eso están las portadas de los cuadernos una vez llegados todos a la tienda. Scribe apela al padre y la madre que desde la primaria hasta la facultad fueron consciente o inconscientemente fieles a una marca de cuadernos, hojas de papel, libretas, blocks tamaño esquela de cuadricula chica y tamaño carta de doble raya. Con espiral, grapas o cocido en cuadernillos. Scribe es una marca que ha estado en la mochila de casi todos los mexicanos.

Me gusta mucho la publicidad de Scribe y más cuando casi envuelven edificios, como en Obrero Mundial y Amores con ella, porque cuando uno ve la publicidad de este tipo de artículos escolares, las innumerables marcas existentes hoy solo saben aludir a sus portadas o los personajes franquicia comprados por la marca para elevar sus ventas, no a la razón básica de existir que tiene el cuaderno de un niño o de un adolescente; el ser rayado, escrito, garabateado, para jugar al escritor o al dibujante, o mejor aún, que al regreso del recreo encontremos en una de la hojas las misteriosas huellas en lápiz de labio que alguna compañera dejó a manera de reto.

publicado pot thepoint.com.mx el 7 de septiembre de 2015. 

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