Entre los escritores
que más me entusiasma leer se encuentra esta texana, que a pesar de ser
reconocida a nivel mundial como una de las más sólidas escritoras de Thrillers
aún permanece sin reconocer en su país.
Armando Enríquez
Vázquez.
Uno de los libros leídos en mí adolescencia que más me
perturbó fue Ese dulce mal. Con su personaje que sin darse cuenta cruza la
delgada línea de la obsesión y cae en la locura. Así es la literatura de Patricia
Highsmith perturbadora porque parte de los hechos más triviales y de los
sentimientos más comunes que tiene el ser humano, para cruzar líneas morales y
éticas, una literatura amoral, ambigua. Hoy
al contemplar una foto de la autora en su juventud creo que todo queda claro.
La imagen de una fascinante, atractiva y dura joven curtida
por las bromas de una madre que resentía en más de una forma haberla tenido. Una
mujer que sintió a lo largo de su vida que había sido abandonada en más de un
sentido. Una mirada cargada de un odio contenido nos llega desde la inocua
imagen, misma que podría perfilar el que muchos de aquellos que la conocieron
la calificaran como una mujer horrible. La belleza que la hizo sexualmente
atractiva a hombres y mujeres. Como uno de los personajes de sus libros.
Patricia Highsmith nació en Forth Worth, Texas el 19 de enero
de 1921, su verdadero nombre fue Mary Patricia Plangman. Su infancia y
adolescencia no fueron sencillas. Sus
padres fueron Jay Bernard Plangman y Mary Coates un par de artistas, a los que
imagino más como bohemios o hípsters contemporáneos. El embarazo no parece
haber sido del agrado de ninguno de los dos Bernard insistió en lo
inconveniente que era para él, tener un hijo en ese momento y Mary a pesar de
decir que si deseaba al bebé bebió aguarrás en un intento por abortar. Nueve
días antes del nacimiento de Patricia, la pareja se divorció. Patricia se crió
durante sus primeros años en casa de su abuela materna quién la enseñó a leer y
puso a su disposición de la niña su biblioteca. Su madre se volvió a casar
cuando Patricia tenía tres años de edad. Con Stanley Highsmith, la familia se
mudó a Nueva York, cuando Highsmith cumplió 12 años regresó por un año a Fort
Worth a casa de su abuela en lo que ella definió como el año más triste de su
vida. Ese año Highsmith conoció a su padre biológico, el encuentro fue breve, de
diez minutos cuando mucho en los que Jay Bernard se limitó a tomar la mano de
su hija en ese primer encuentro. Hubo otras reuniones pero la relación fue
siempre fría.
Highsmith estudió en Barnard College y se graduó en
filología inglesa. De 1942 a 1948 Highsmith vivió entre Nueva York y México,
como muchos jóvenes escritores norteamericanos que buscaban emociones fuertes y
exóticas que eran incapaces de encontrar en su país. En 1943 intentó cruzar por
primera vez la frontera, pero el número exagerado de libros en sus maletas y su
máquina de escribir se lo impidieron. Librado el obstáculo y habiendo enviado
un buen número de sus libros de vuelta a Nueva York, Highsmith se adentró en el
país, durante esa década la escritora viajó de manera constante a nuestro país,
se aficionó al tequila y a Taxco.
En 1950 publicó su primera novela Extraños en un tren. Que de inmediato se convirtió en un éxito
literario y rápidamente Alfred Hitchcock se interesó por los derechos de la
obra para realizar una de sus obras maestras. Highsmith, nunca se reunió con el
director de cine y según contaba ella, sólo en una ocasión habló por teléfono con
él, estando Hitchock en California y ella en Nueva York. En esa ocasión
Hitchcock se quejó del trabajo del guionista con el que contaba y al cual
despidió para contratar a Raymond Chandler, quien fue el responsable del
tratamiento final del guión. Highsmith nunca conoció a Chandler.
Su segunda novela fue publicada con seudónimo, pues sus
editores la habían etiquetado como una escritora de misterios y la novela de Highsmith
trataba de algo totalmente diferente: La relación homosexual de una mujer. El precio de la sal, publicado también
como Carol y firmado como Claire Morgan, no fue un éxito
en una sociedad de posguerra que quería ver todo de esa manera idílica e irreal
que muchas veces se vende como la sociedad americana, para colmo de males el
final del libro lejos de condenar moralista y anglicanamente a la protagonista,
le daba un final feliz.
Highsmith se mudó a vivir a Europa, Inglaterra y Francia en
un principio, finalmente se estableció en Suiza.
No sólo Extraños en un
tren fue llevada al cine, se han hecho dos versiones de su novela el Talentoso Señor Ripley, la primera
francesa, titulada a Pleno Sol y
estelarizada por Alain Delon, más tarde se hizo una versión norteamericana que
conservó el título de la novela y que estelarizó Matt Damon en el papel de Tom
Ripley. De la serie de cinco novelas estelarizadas por el personaje, el
director alemán Wim Wenders tomó la tercera El
juego de Ripley, para crear el clásico del cine El Amigo Americano, en la que Dennis Hopper interpreta a Tom
Ripley. Otras de sus obras han sido adaptadas al cine con menor o mayor grado
de éxito y conforme avanza el siglo XXI, más norteamericanos voltean a ver su
obra y comienzan a valorarla. No sólo su bisexualidad la enfrentaba a la
puritana sociedad norteamericana, también su postura política en contra del
Estado de Israel y a favor de la causa palestina, pueblo al que los israelitas
han tratado de la misma manera en que fueron tratados por los Nazis. Highsmith
tenía prohibido a sus editores publicar sus libros en Israel. Y a la pregunta
expresa de que si creía que eso era importante para los israelíes, ella
contestó que no creía que lo fuera, es más talvez ni siquiera la conocían en
Israel, pero más allá de cualquier consideración acerca del reconocimiento o el
dinero, ella estaba contenta de ser fiel a sus ideas, de oponerse a las
barbaries que los israelíes han cometido en medio oriente.
Highsmith nunca tuvo una relación duradera, mucho menos
hijos. Mi imaginación funciona mucho
mejor si no tengo que hablar con la gente. Declaró en alguna ocasión y entre
sus obsesiones, su trabajo y su alcoholismo se convirtió en una mujer que
gustaba y apreciaba como muchos otros su soledad. Gustaba de sus animales y se
dice que alguna vez llegó a una cena con una col en un saco y algunas decenas
de caracoles que ella misma criaba y los presentó a los comensales como su
compañía para la noche.
Debe existir una
chica, en espera de ese beso en la oscuridad. De una promesa susurrada, los
cisnes en el lago, el sol en el parque. Un trabajo para ella y otro para él. La
bandera ondeando libre y con energía infinitamente. La eterna historia del
joven apuesto que conoce a la hermosa chica, la búsqueda y captura de ese amor
puro y amoroso, que puede ser lo mejor, pero yo no lo veo así. Nunca lo haré.
Simplemente no creo que deba ser así.
Declaró en otra ocasión.
Los personajes de Highsmith como ella misma declaró son
hombres y mujeres que se sienten desplazados por el siglo XX. Graham Greene
elogiaba la obra de la escritora y aunque ella confesó que había platicado con
el escritor y hasta tenía su teléfono no eran grandes amigos o mucho menos.
El 4 de febrero de 1995 víctima de varias enfermedades
Patricia Highsmith murió en Locarno, Suiza. Sus extraordinarias novelas y
narraciones cortas la sobreviven.
publicado el 24 de agosto de 2015.
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