Bajo el servicio de
cuatro diferentes reyes Tudor se extiende la sombra de una pintora de la que
poco se sabe y cuyo talento debe haber sido enorme.
Armando Enríquez
Vázquez.
Poco sabemos de Levina Teerlinc, su obra se perdió en la
noche de los tiempos y existen algunas miniaturas que se le atribuyen, pero sin
estar cien por ciento seguros de que ella sea la autora, ya que Levina Teerlinc
jamás firmo una de sus obras. Sin embargo, la importancia e influencia que dejó
en el mundo de los miniaturistas de la Inglaterra de los Tudor fue más que trascendental.
Curiosamente una de las formas en que sabemos de su existencia y de su importancia
es porque sabemos cuál fue el salario asignado a Levina por los reyes Tudor.
Levina nació en Brujas entre 1510 y 1520. Levina fue la
mayor de cinco hijas. Su padre y su abuelo fueron maestros pintores, dedicados
a ilustrar manuscritos. Simón Bening, con el tiempo y la llegada de la imprenta
que abarató su trabajo, optó como muchos de sus contemporáneos por dedicarse a
las miniaturas, arte que compartía muchas similitudes con su otra especialidad
y fue seguramente quien enseñó a su hija mayor, como lo imponían las
costumbres, su oficio, aunque este como muchos de los hechos en la vida de
Levina no es un hecho verificable, a diferencia del hecho que tras casarse en
1545 con un inglés de nombre George Teerlinc de Blackenberge, Levina se mudó a
Inglaterra.
Algunas de las crónicas la ponen de manera directa en la
corte de Enrique VIII, otras dicen que Levina fue presentada al monarca por Catalina
Parr, la última de las seis esposas del monarca inglés. El arte de Levina
parece haber sido muy bien apreciado por Enrique VIII, que la nombró pintora de
la corte. En poco menos de dos años la corte inglesa había perdido a sus dos
pintores oficiales; en 1543 a Hans Holbein, el joven y al año siguiente en 1544
a Lukas Horenbout.
Levina no sólo fue nombrada por Enrique VIII, lo que era un
honor para ella por ser una mujer en un mundo de hombres, sino que el salario
que se le asignó fue mayor al de sus antecesores. Levinia fue una pintora
importante, y su mayor destreza estaba en las miniaturas. En esos años las
miniaturas se utilizaban de diferentes formas, para llevar la imagen del ser
amado, sobre todo si este era un amor prohibido, escondido entre las ropas. Para
presentar ante los soberanos y otros miembros de la realeza a los miembros de
otras nobles familias de otros países, por ejemplo, a las princesas y mujeres
casaderas a los candidatos a desposarlas. Levina se cree fue la primera artista
en representar en las miniaturas escenas grupales y presentar a más de un
personaje en ellas. Además, Levina utilizó por primera vez un formato oval en
una miniatura, algo que pronto copiarían otros miniaturistas. Hasta ese momento
las miniaturas se llevaban a cabo en formatos cuadrados o rectangulares. Se
sabe que año tras año, en el primer día del nuevo año Levina le regaló a Isabel
I una pintura.
Se cree que Levina escribió un tratado acerca del arte de
las miniaturas, como también se cree que puede haber trabajado además en el
diseño y la creación de piezas de joyería y sellos reales para la corona. A la
muerte de Enrique VIII, Levina fue confirmada en su puesto como pintora real en
su momento por los tres hijos que lo sustituyeron; Eduardo VI, María I e Isabel
I.
Se cree también que fue Levina la que instruyó a Nicholas
Hilliard quien tras su muerte la sustituiría en la corte. En 1566, Levina
obtuvo el grado de súbdita inglesa, que de alguna forma es como adquirir una
nacionalidad hoy en día.
Desafortunadamente no existe una obra que se pueda asegurar
que sea de ella y aunque se le han atribuida algunas, no existe certeza de que
así sea.
Levina Teerlinc murió el 23 de junio de 1576.
publicado en mamaejecutiva.net el 18 de abril de 2016
imagen insht.es
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