En México no se promueve la investigación, ni la invención. En México, no se promueve la confianza del alumno en sí mismo, como tampoco se despierta su curiosidad.
Armando Enríquez Vázquez
La vulgar realidad de la política y los políticos mediocres
y ramplones de nuestro país nos impide centrarnos en temas que realmente
impulsen el desarrollo de nuestro país, mientras los escándalos de la familia Peña
Nieto con inmobiliarias surgen cada vez que el presidente se da golpes de pecho
de honestidad. En México la educación no avanza, un diputado federal del PRI de
nombre Jericó Abramo Masso, denunció en octubre del año pasado la gran
deserción escolar que existe en México, mientras el secretario Aurelio Nuño
estaba en sus necedades administrativas y ni por la cabeza le pasaba la idea de
hablar acerca de un nuevo modelo educativo. Abramo Masso marcó una deserción
escolar del 50%. Y al parecer después la cámara olvidó el tema.
La deserción que inicia desde primaria, tiene como factor
muy importante la incorporación de los niños a la vida de trabajo y que forma
de esta manera un circulo de pobreza que no se rompe como lo constatamos a
diario en las imágenes y noticias sobre el crecimiento de pobreza en nuestro
país, se agudiza en los siguientes siglos y aquí una de las razones, que nadie
quiere aceptar, es que el sistema educativo dejo de ser atractivo. Los alumnos
no encuentran porque asistir a una escuela que poco o nada ha cambiado en
México desde el siglo XIX. Lo peor es que en sector de los jóvenes de 19 a 25
años el número de ninis sigue al alza. 7 millones de jóvenes de acuerdo con el
secretario de salud, José Narro y más del 5% de la población del país.
Los datos que la OCDE maneja sobre la educación en nuestro
país no son alentadores. Pero más allá de la importancia de crear un modelo
educativo incluyente, atractivo, donde los alumnos participen y de la calidad
suficiente para promover la curiosidad y la acción del alumno, necesitamos
empezar a promover la formación de científicos y creadores en México.
Necesitamos enseñar a los niños y jóvenes que su individualidad es lo que los
hará diferenciarse de los demás y es su fortaleza.
Las campañas de promoción de pequeñas empresas y empresarios,
no tiene sentido si la mayoría de esas empresas son franquicias o réplicas de
las mismas. En México no se promueve la investigación, ni la invención. En
México, no se promueve la confianza del alumno en sí mismo, como tampoco se
promueve la cultura que hace del fracaso una oportunidad de crecimiento.
Muchas naciones y fortunas se han forjado a partir del
esfuerzo, del caer y volver a levantarse de seres humanos que no ven en el
fracaso una condicionante de vida, si no como una etapa más.
Las cifras son claras. Durante 2014 se solicitaron, de
acuerdo con la Organización Mundial de la propiedad Intelectual (WIPO), más de
2 millones seiscientas mil patentes en el mundo, de las cuales más de 900,000
solicitó China, seguida por Estados Unidos con cerca de 578,000 y el tercer
sitio fue para Japón con más de 325, 000. China presentó en un año, de 2013 al
2014, un crecimiento de 12.5 en el número de patentes solicitadas. México se
encuentra en el lugar número 36 de la lista con 16,135 patentes solicitadas, el
problema es que más del 90% de esas patentes fueron otorgadas a personas que no
originarias de nuestro país y tienen altas posibilidades de volver a su país
con todo y sus patentes.
¿Por qué importa el número de patentes que se obtienen en un
país? Sencillamente porque son una importante entrada de divisas. Una patente
genera el bienestar de aquel a quien se le otorga y por extensión de su país
pues todo aquel que requiera utilizar el producto o procedimiento patentado
está obligado a pagar por él.
La forma de lograr patentes está directamente relacionada
con la calidad de la investigación que se desarrolle en el país, ya sea de
manera privada o pública. En México, la mayor parte de los institutos de
investigación dependen del presupuesto federal y/o del presupuesto que se
asigna a las entidades que pertenecen, ya sean Secretarias de Estado o
instituciones públicas. A veces empresas privadas financian investigaciones
científicas muy específicas lo que provee a los institutos de fondos, pero en
ocasiones la patente pertenece a la empresa que pagó la investigación.
Hoy que nuestras reservas petroleras van a la baja y que la
tecnología mundial apunta a un menor uso de energías petrolíferas, el gobierno
debería estar preocupado en desarrollar tecnología y ciencia que atraiga y
capte dinero para los mexicanos. Las políticas económicas de muchos países
europeos, España, por ejemplo, es el apoyar y promover la investigación
científica y tecnológica con el simple fin de obtener patentes.
La investigación y los derechos acerca de la propiedad de la
misma nunca se inculcan en los niños y jóvenes mexicanos. Incluso el
presupuesto asignado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) fue
recortado a lo largo de este año y desde la presentación del presupuesto anual
en 2015, lo queda clara la poca importancia que el gobierno de Enrique Peña
Nieto da a este campo.
El problema es que la educación en México sigue basándose en
el modelo colonial con la que la educación pública se inventó en Inglaterra
hace a mediados del siglo XVIII. Para el gobierno y para los sindicatos la
educación es un coto de poder donde se forman los futuros obreros de la maquila
y de las empresas de gran tamaño.
Nadie se preocupa por hacer que los niños se sientan atraídos
por formas de vida que los hagan autónomos y proactivos y no porque los
primeros obreros de la nación son toda esa masa de profesores que viven en la
forma en que su líder sindical les indica y que deberían ser los primeros en
ser curiosos y proactivos.
Claro que la escolaridad es preocupante, por ejemplo,
regresando al inicio de este texto el boletín de la cámara de diputados que
consigna la intervención del legislador priísta lo llama Yerico Abramo Masso
(PRI), y a nadie ni al mismo legislador parece importarle o nadie al interior
de la cámara leyó el boletín de prensa, por eso nuestros legisladores están
como están.
publicado en blureport.com .mx el 17 de agosto de 2016
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