Medios y gobierno
quieren manipular como lo hicieron en antaño a la opinión poniendo a las
manifestaciones ciudadanas y a los criminales saqueos a la misma altura.
Armando Enríquez
Vázquez
Existe una gran diferencia entre las protestas y los saqueos,
como también existe una gran diferencia entre la forma infantil y ridícula que
desde los medios más serviles de la sociedad se intentan asociar ambos
fenómenos y hacer a un lado la realidad.
Las protestas en su mayoría son de carácter ciudadano, organizadas
por miembros de la sociedad civil o desde agrupaciones e incluso algunos
partidos políticos, por más que esto le duela a un hombre como Enrique Peña
Nieto que parece nunca ha entendido el significado de la democracia. Tal vez,
esto se deba a qué como plagio en su tesis, difícilmente se enteró de lo que
estudió a manera de licenciatura.
Los saqueos por otro lado surgen en un sentido de la violencia
y la afrenta diaria a la que ciertos sectores, los más desprotegidos, están expuestos
a diario, esto no lo justifica, pero lo explica. Sin embargo, hay otra parte de
estos saqueos que parecen estar coordinados y pagados desde grupos, incluidos
partidos políticos, interesados en sembrar el caos y el pánico entre los mexicanos,
lo cual resulta muy grave, en específico, si como declaró la presidenta del
PRD, Alejandra Barrales, esta coordinación viene desde el PRI, porque entonces
estamos una vez más frente al terrorismo de Estado del que tanto le gusta hacer
uso a ese partido político.
Y de no ser así, más allá de la necesaria investigación, es
imprescindible que se aclare quién está detrás de los saqueos y deslindar
responsabilidades. Porque si para un gobierno que se sabe rechazado no queda
claro quién es quién entre manifestantes y saqueadores, convenientemente la represión
queda a discreción de las autoridades.
Irresponsable y de manera tendenciosa para los canales de televisión
abierta, estaciones de radio y periódicos parece estar claro que no hay diferencia
entre ambos fenómenos, incluso al privilegiar la información acerca de los
saqueos los medios están ayudando a difundir y crear ese pánico y que la
Secretaria de Gobernación intenta frenar y por lo tanto, la dependencia a
través de RTC, debe poner un alto a estos agoreros de la tragedia, y no se
trata de hablar, ni de promover la censura, sino todo lo contrario de promover
un clima de tranquilidad entre ese círculo, cada día menor, de personas que aun
da credibilidad a ciegas a esos medios.
Los mexicanos poco a poco estamos descubriendo que la
democracia no se limita a un día y a tachar una boleta con un nombre o el
logotipo de un partido político, a lo largo de casi cien años esa ha sido la
falacia en la que los miembros de la partidocracia han ejercido su tiranía. No,
la democracia se ejerce diciendo lo que nos parece y lo que no de nuestros
gobernantes, haciéndoles ver que estamos al tanto no sólo de lo que hacen, sino
de lo que dice y como lo dicen, y cuando las cosas no nos parecen estamos en
todo nuestro derecho de manifestarnos. De gritar a los cuatro vientos nuestro
desacuerdo con medidas autocráticas.
La disidencia está prohibida en los regímenes totalitarios
de izquierda y de derecha. No en la democracia. La forma dictatorial en la que
reaccionó la Secretaria de Comunicaciones y Transportes al rescindir permisos a
transportistas, no encuentra paralelo ante la cobarde actitud de la misma
Secretaría que a lo largo de cuatro años siempre ha reculado frente a maestros
y otros grupos que también han bloqueado las vías federales de comunicación.
Hoy debemos pedirle al subsecretario René Juárez, quien prometió
dar con los incitadores cibernéticos a los saqueos que nos informe si son
personas independientes o miembros de partidos o asociaciones sociales,
teniendo la mente abierta a también encontrar entre esos incitadores a miembros
de su partido, que buscan ganancia en río revuelto.
Ante las protestas y la posibilidad de que estas continúen, debemos
tener paciencia y entendimiento de que la lucha de los manifestantes, no es mezquina,
ni tiene como objetivo llevarse dos pantallas de video a su casa o una
lavadora, si no que el gobierno explique lo que tiene que explicar de manera
lógica y no de la forma rupestre en la que se maneja Peña Nieto y todos aquellos
que desde el interior del PRI o de los partidos de oposición guardan ese
silencio cómplice, con el que desde curules, escaños, secretarías y gubernaturas
han promovido un saqueo más dañino y ofensivo a la Nación que ese que inunda
hoy las pantallas de televisión y las portadas de ciertos diarios.
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