Hay una gran
diferencia entre los mexicanos que construyen patria y los políticos que la
desmantelan
Armando Enríquez
Vázquez.
El fin de semana inició con la noticia el viernes de la
muerte de Lorenzo Servitje, fundador de una de las mayores trasnacionales
mexicanas; grupo Bimbo.
En México a veces olvidamos que la grandeza de México no está,
en Los Pinos, ni en San Lázaro y mucho menos en la Avenida José María Pino
Suárez donde se encuentra la sede del poder judicial de nuestro país. No, la
grandeza mexicana está en sus habitantes y en muchos de esos empresarios que
apostaron su dinero en México y contribuyeron con sus ideas y talento a la
creación de una planta industrial, creando empresas que son ejemplo nacional y
mundial a pesar de las duras reglamentaciones nacionales y de los corruptos
funcionarios de todos los niveles que llegan y se van cada seis años imponiendo
reglas y papeleos que más bien parecen estar hechos para evitar el crecimiento
del país.
Ojo, no quiero decir que todos los empresarios nacionales sean
honestos mexicanos, ni solidarios con sus trabajadores. Es claro que existen
deleznables, mal llamados empresarios, que aún creen que estamos en la primera
etapa de la revolución industrial y explotan a sus trabajadores exponiéndolos a
las peores y más inseguras condiciones de trabajo o haciendo trampas para
evitar generar cualquier responsabilidad con ellos, como hay especuladores
mezquinos que se hacen de medios de comunicación pensando que son la forma de
ejercer presión en los gobernantes para lograr sus avariciosas metas. Empresario
arrogantes y corruptos que siempre amenazan a los trabajadores con la
cantaleta: ¡Afuera hay miles que quieren
tu trabajo!, esos empresarios que se llenan de amargados capataces que se
enorgullecen en ejercer su pequeño poder durante 8 horas para salir a su casa a
ser unos verdaderos don nadie, son los que se han encargado de hundir a muchas
empresas y su productividad, son los que abren y cierran empresas siempre
ganando ante los ojos complacientes de las Secretaría del Trabajo, de Hacienda
y del Seguro Social.
Pero hablemos de ese otro grupo de empresarios,
responsables, orgullosos de sus empresas, de sus trabajadores y del país que
contagian ese espíritu a sus trabajadores, incluso aunque suene extraño Emilio
Azcarraga Milmo, el famosos Tigre, logró
crear un orgullo muy especial entre los trabajadores de Televisa del siglo pasado que su hijo y sus vicepresidentes no han
logrado mantener.
Hoy esos empresarios mexicanos se enfrentan a un gobierno
malinchista que, desde la llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos, se ha
empeñado en acabar con las empresas mexicanas como ICA en favor de consorcios
mafiosos extranjeros como OHL.
Y si en la muerte de Lorenzo Servitje debemos celebrar a los
verdaderos empresarios y emprendedores mexicanos, así como recordar a otros
grandes como Lorenzo Zambrano, Bernardo Quintana Arrioja, Esteban Pérez
Fernández, Luis A. Dondé y muchos otros que fundaro y forjaron empresas enormes
o pequeñas que son parte importante de la historia de México. También debemos
evitar que los políticos de este país continúen con cínicos actos celebrándose a
sí mismos y su corrupción, lo que viene a colación porque la semana terminó con
otro triste ritual funerario. La supuesta conmemoración de los cien años de
nuestra Constitución. Una constitución que es violada constantemente y sobre
todo por esos políticos que el domingo se reunieron a honrarla.
La ley máxima que rige a los mexicanos resulta en muchos
casos obsoleta y en otros algo tan diferente a lo que los constituyentes de
1917 imaginaron gracias a la voracidad de esos políticos que desde Los Pinos
han instruido a su recua de diputados y senadores a lo largo de décadas a
modificar a modo de cada uno de estos gobernantes la ley, con tal de llevar a
cabo sus caprichos, olvidando como siempre a los mexicanos, que resulta difícil
reconocer el texto y el espíritu social original.
Estoy de acuerdo que, en el tiempo y la evolución de las
sociedades, las leyes cambian y evolucionan también, sin embargo, en el caso de
nuestra Constitución esta ha sido manoseada y vejada por una serie de
oportunistas y avariciosos políticos.
Nada que celebrar acerca de una constitución modificada,
donde las últimas modificaciones, son traiciones mayores a México, que patéticamente,
en su momento, celebraron desde curules y escaños miembros del partido oficial
y de oposición que unidos atentaron en contra de la nación y cuyo único fin es
llenar los bolsillos de Enrique Peña Nieto y sus compinches, miembros de esa
partidocracia que a la hora de enriquecerse no reconoce colores, ni ideologías.
Peña Nieto, ha trabajado en sus más de cuatro años de
gobierno en aniquilar a los empresarios mexicanos, a excepción de su amigo el
constructor Armando Hinojosa Cantú, amigo y al parecer prestanombres del
presidente. Ha trabajado en vender México al mejor postor y en exprimir a los
mexicanos a como dé lugar. Jamás ha actuado en contra de ese nuevo PRI que está
lleno de ladrones y asesinos. Jamás ha actuado en contra de los intereses
extranjeros y sea doblegado en más de una ocasión ante intereses espurios de
extranjeros.
Peña
Nieto ha violado todos los días de su gobierno la Constitución de nuestro país.
¿Entonces que celebró el domingo? ¿ofició una misa de cuerpo presente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario