Lo único seguro es que nada es
seguro. Las señales de transmisión de radio y televisión no son la excepción y
basten estos ejemplos.
Armando Enríquez Vázquez
Thanksgiving o día de acción de
gracias, es sin duda la fecha más familiar para el pueblo norteamericano, así
que no es difícil imaginar la reacción de aquellos que tras celebrar la cena
familiar o durante la misma prendieron la señal de CNN para ver el programa del
famoso Chef Anthony Bourdains, Parts
Unknown, y se encontraron, no sin cierta ironía con otras partes
desconocidas muy diferentes y perturbadoras, pues de alguna forma la señal fue
sustituida a lo largo de media hora por hardcore porno transgénero. Esto sucedió
según se pudo leer en diferentes portales de internet en la señal de cable de
la cadena RCN en el área de Boston a las once de la noche hora local.
De acuerdo con información de
diferentes medios norteamericanos, la cadena informativa aceptó el error en un
principio con un tuit y después negó todo, incluso borró el tuit previo del que
existen copias digitales. El actor transgénero protagonista de la cinta en su
cuenta de twitter agradeció a la empresa de noticias por la media hora de
transmisión gratuita. Pero ahora tanto CNN como RCN dicen que no existen
pruebas de que esto haya sucedido, de que todo se trata de una nota falsa
originada en las redes sociales y que se trata de una farsa. Siendo una noche
en la que casi todos los americanos estaban cenando pavo, es muy probable que
la audiencia haya sido casi nula y a nadie parece importarle realmente el
asunto. Ninguna instancia de gobierno norteamericano se ha manifestado al
respecto, como tampoco lo han hecho los grupos de la derecha radical a quienes
les encanta entrometerse y santiguarse en este tipo de escándalos mediáticos,
pero que están felices con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El suceso además más allá de lo
anecdótico, de lo verídico o no, me recordó historias similares que han
sucedido en nuestro país. Por ejemplo, en una televisora pública del sureste
del país en los años ochenta los niños de la región despertaron y mientras
desayunaban descubrieron una de las formas en las que divierten hombres y
mujeres cuando no llevan puestas ningún tipo de ropa. Claro que en el México de
los años ochenta hubo consecuencias contundentes; todos los responsables del
canal fueron despedidos y lo que alguno de los integrantes de la directiva de
aquel canal comentaba era que la aventura de crear un canal cultural regional
terminó a manera de coito interruptus. La causa fue que uno de los operadores
del master de transmisión no se fijó y mandó al aire la señal de una de las
caseteras que ocupaba para pasar el tiempo mientras trabajaba.
La transmisión de las señales de los
canales de televisión, de las estaciones de radio, incluso de los portales de
internet no son infalibles, ni están blindados de manera cien por ciento
segura. Lo que lleva a la segunda reflexión y sobre todo a la campaña de
desprestigio que de las redes sociales, a veces con razón, quieren hacer los
medios tradicionales de comunicación. El problema es cuando muchas veces
también son la fuente primaria de su información, sin ir más lejos todos los Lords y ladies, así como todos los actos
delictivos en diferentes ciudades y que los medios recuperan y venden como
información propia.
En el pasado también, supimos de grupos armados y subersivos
que se apoderaron de diferentes estaciones a nivel nacional y regional para transmitir
mensajes de todo tipo en diferentes empresas radiofónicas, recuerdo que gente
de partidaria del EZLN en los noventa transmitió desde las cabinas de MVS.
Tristemente, también existen los que desde el interior de una empresa esparcen falsa información, al inicio de la primera Guerra del Golfo Pérsico, la corresponsal israelí de Televisa, Erika Vexler, no dudo en afirmar que el Estado de Israel había iniciado un ataque nuclear en contra de los países árabes vecinos. La irresponsabilidad le costó la titularidad de su corresponsalía en la empresa de avenida Chapultepec. O como en el caso de Yuridia Sierra en Imagen Radio que irresponsable e ingenuamente abrió el micrófono y la cabina de transmisión a un desconocido que para sorpresa de todos se puso a hablar pestes del dueño de la estación Olegario Vázquez hace ya algunos años.
Más allá de la censura oficial y la autocensura, más allá de la libertad de expresión y su defensa, entre pifias e ingenuidades, esta lleno de otras muchas fallas de origen.
Publicado en roastbrief.com.mx el 28 de noviembre de 2016
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