En la lucha por
romper las barreras de género en diferentes actividades humanas, también
existió un grupo de mujeres que saltó al encordado con el fin de luchar como el
mejor.
Armando Enríquez
Vázquez.
En la historia deportiva nacional, los dos grandes deportes
que cautivaron a los mexicanos del siglo XX, fueron sin duda el futbol soccer y
la lucha libre. La afición mexicana adora estas dos actividades y sigue de
manera incondicional a su equipo favorito y a la máscara que más le place, sea
técnica o ruda. Ambas actividades desde sus inicios estuvieron relacionadas con
atletas hombres, pero la presencia de las mujeres en ambas disciplinas fue
creciendo conforme avanzó el siglo y si bien es hasta ahora que el futbol
mexicano se atreve a crear una liga profesional para mujeres, con una promoción
similar a la que goza el futbol masculino, esta evolución se dio desde hace más
de ochenta años en la lucha libre y paso a pasito fue logrando un espacio
estelar para las mujeres luchadoras en nuestro país.
La historia de la lucha femenil mexicana inicia en 1935, la
llegada al ring de una luchadora de nombre Natalia Vázquez de quien, salvó su
rápido pasó por los cuadriláteros, poco o nada se sabe. Pero con ella inició la
historia de las mujeres que rompieron la supremacía de los hombres sobre la
lona.
Entre las más destacadas se encuentra Irma González,
conocida también por una temporada como la Novia del Santo, y a quien el famoso
luchador no sólo le permitió utilizar el sobrenombre, sino le autorizó el uso
de una máscara plateada como la que él portaba. De acuerdo con el blog La Cavernaria, Irma González, luchó con
este sobrenombre únicamente por siete meses, ya que próxima a casarse el novio
le prohibió dedicarse a la lucha libre. Irma, amante de su disciplina, pensó en
como continuar luchando y la respuesta que encontró fue ocultando su rostro
tras la máscara. Se dice que Irma González es la única persona no familiar del
legendario luchador a la que se la ha permitido usar la máscara plateada.
Pero la carrera de Irma González no inicia, ni termina en
esos meses que luchó bajo el nombre de La
Novia del Santo. Irma comenzó a los trece años cuando acompañando a su papá
y a un amigo de él, que era promotor de luchas, una de las luchadoras no se
presentó a la función así que el promotor preguntó al padre de la niña y este a
su vez a ella, sí que quería subir al encordado. Irma aceptó la propuesta y le
encontró el gusto a esta disciplina. Entre sus maestros se estuvieron Gori
Guerrero, Raúl Romero, Jorge Rojas y el Tarzán López. Todos luchadores
destacados dentro de la historia del deporte en México.
Irma González nació en Cuernavaca, Morelos el 20 de agosto
de 1936. Hija de una familia circense, Irma aprendió de su padre los trucos de
un acróbata, trapecista y contorsionista, que más tarde le ayudaron en su
quehacer como luchadora. Una vez que subió al ring, Irma encontró su vocación.
En aquellos días no solamente la presencia de las luchadoras molestaba a
sectores machistas del público y a muchos de los luchadores profesionales,
quienes siempre invitaban a las luchadoras a regresar a la cocina de sus
hogares y dedicarse a esas cosas que los machos no saben hacer y creen que son
exclusividad de las mujeres, también existían funcionarios públicos que se
oponían a ellas. En la Ciudad de México, el 1º de julio de 1954, las
autoridades en materia de espectáculos, la comisión capitalina de box y lucha y
el entonces Regente del Distrito Federal Ernesto Peralta Uruchurtu prohibieron
a las mujeres presentarse en espectáculos de lucha libre en la capital del
país. Este veto no impidió a Irma y otras mujeres luchadoras llevar a cabo sus
encuentros en otras regiones del país, incluso Irma viajó al extranjero y
enfrentó a luchadoras en Japón. Enfrentó a la legendaria Jaguar Yokota. También
viajó y luchó en Australia. Debutó de manera oficial y profesional en 1955, el
20 de agosto, día de su cumpleaños 19, en la ciudad de Puebla.
El 25 de mayo de 1980
en el Toreo de Cuatro Caminos, Irma se convirtió en campeona del mundo de la
UWA al derrotar a la norteamericana Vicky Williams. Irma González fue tres
veces campeona nacional, en dos ocasiones consiguió el título mundial de la
UWA, obtuvo también el campeonato mundial de lucha libre de la federación de
Indonesia. Sus llaves más conocidas fueron la Gory especial y la Romero
especial, la primera la aprendió de su mentor y creador; Gory Guerrero,
mientras que la segunda que es muy utilizada en la lucha femenil, fue creada
por el luchador méxico-americano Rito Romero.
Más tarde haría dueto con su hija Irma Aguilar, la gente las
conocía como las Irmas. Esa pareja con su hija la llevó a ganar el campeonato
nacional de lucha en parejas.
Durante este siglo Irma González se ha dedicado a entrenar a
diferentes jóvenes luchadores tanto mujeres como hombres. El veto a las
luchadoras en la Ciudad de México terminó en diciembre de 1986. En 2016 al
conmemorarse 30 años del fin de la prohibición Irma González cantó “Sí nos
dejan” y estuvo acompañada de otras glorias de la lucha femenil en México como
Tania La Guerrillera, Lola González, Selene, Vicky Carranza, Irma Aguilar y
otras.
publicado en mamaejecutiva.net el 19 de junio de 2017
imagenes esto.com.mx
bajolascapuchasmx.blogspot.mx
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