No cabe duda; en
materia de su propaganda el gobierno federal en más de una ocasión se dispara
en el pie por no hacer bien la tarea.
Armando Enríquez
Vázquez.
Existen mensajes que nos hacen detener nuestras actividades
para verlos o escucharlos, por lo atractivo o por lo repulsivo que resultan,
hoy que el universo de la radio y la televisión se encuentra repleto de
información política o relacionada con actos y obra de gobierno eso es algo que
pocas veces sucede.
Pero la primera vez que escuché la propaganda del gobierno
federal acerca de la reforma educativa que inicia con un coro de niños
repitiendo la lección, frené en seco lo que estaba haciendo para poner atención
y tratar de averiguar que era lo que el gobierno intentaba promover. Lo curioso
y realmente importante, es que no sólo fue mi mente turbia y perversa la que
malinterpretó el texto propagandístico, varias personas a las que he preguntado
han aceptado que también entendieron algo diferente.
La pieza de propaganda comienza como ya dije con unos niños
repitiendo la lección de la maestra: “Existen tres tipos de punto” dicen a
coro, el problema es que nadie, ni el director del spot, ni el representante de
la SEP, ni quien estaba a cargo de grabar el audio se cercioró antes poner la
propaganda al aire que el punto sonara como punto y no como puto.
En el mejor de los casos una mente con humor negro puede
esperar tras la oración que se explique una novedosa clasificación de la
palabra o de los homosexuales, sí la propaganda turquesa, (brazo político de
los maestros) es sinónimo de pésimo gusto y su saludo de ¡Eeeeeeeeeh… puto! A
Trump, porque la SEP habría de cambiar el tono de la propaganda política pensé
en primera instancia. Y sí para comentaristas deportivos y la federación
mexicana de futbol, la palabra no es un insulto, sino una forma cordial y
pachanguera que tenemos los mexicanos para convivir, que es lo que está
pensando explicar el gobierno federal, pensé inmediatamente después cuando
escuché por segunda vez esta pesimamente ejecutada pieza de promoción de la
SEP.
Hace ya muchos años me enseñaron que en materia de
publicidad y comunicación no es lo mismo “apretar
teclas” que “oprimir botones”.
¿Cómo es posible, entonces que a un publicista o a un encargado de la misma de
una dependencia federal se le ocurra jugar con la palabra puntos, existiendo
tres millones de palabras capaces de cubrir la presentación de su idea, sin
arriesgarse a que todos escuchemos algo que en principio puede parecer
homofóbico para algunos, y para otros, vulgar y de mal gusto?
Lo que es peor esta propaganda es utilizada de manera
indiferente en radio y televisión y mientras que la pantalla la imagen puede
lograr que se minimice la atención del audio, en radio esto es imposible y
denota la falta de creatividad tanto de las agencias de publicidad que trabajan
para el gobierno y de los encargados de las áreas de comunicación de las
dependencias que parecen no entender las diferencias de los medios o prefieren
embolsarse algunos millones de pesos en lugar de gastarlos en dos ejecuciones
diferentes para dos medios diferentes.
Pero como si la estulticia de los mal llamados creativos del
gobierno no fuera suficiente, o tal vez porque son los mismos, los encargados
de la promoción del Teletón acaban de lanzar su campaña 2017 con un spot que
inicia con el siguiente texto: “Cuando Enrique se pone de pie, todo México…”
que quisieron hacer una adulación al presidente o decirnos que el presidente es
un hombre de capacidades diferentes al que debemos aplaudirle con la misma
condescendencia que los ejecutivos, productores y conductores tratan a los
niños y sus familiares durante la transmisión anual de su Teletón. Enrique es
el nombre del presidente con menos aprobación en la historia, es el nombre de
un hombre al que se le ha acusado de corrupto de asesino, porque los encargados
de la publicidad del Teletón no fueron capaces de ver esto, y podría el niño
del comercial llamarse de cualquier otra manera.
Mas que provocar empatía el comercial escuchado en radio
provoca un rechazo de manera inmediato.
Me
sorprende qué sí un villamelón, como yo, puede descubrir estas brutalidades, ¿cómo
los tiburones de la publicidad no pueden percibirlas? Y lo peor ¿Cómo puede
alguien pagar por ellas? ¿O será como en otras áreas de gobierno que esto
último es irrelevante porque lo pagamos tu y yo?publicado el 25 de julio de 2017 en the point.com.mx
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