En menos de una década el negocio de la televisión ha cambiado de manera radical, pero también lo ha hecho el negocio de la transmisión deportiva.
Armando Enríquez Vázquez
Hace seis o siete años leí un artículo de un joven escritor
argentino en el que declaraba que el ya no veía televisión, a excepción de los
90 minutos a la semana en los que jugaba el River Plate. Los deportes parecían
ser el único tipo de espectáculo a salvo de la revolución en cuanto a
distribución de contenidos a través de los medios clásicos y sin embargo, a
todos contenidos que se transmitían por televisión abierta o de paga les ha
llegado su hora.
En menos de una década el negocio de la televisión ha
cambiado de manera radical, pero también lo ha hecho el negocio de la
transmisión deportiva. A finales del mes de abril, ESPN en Estados Unidos anunció
el despido del 10% de sus trabajadores. El recorte se dio a todos los niveles
de la empresa, a diferencia de próximo anterior en octubre de 2015, cuando la
cadena despidió a 300 trabajadores, la gran mayoría de técnicos y gente que no
aparecía frente a las cámaras. La decisión de ESPN se debe principalmente a la
baja en las suscripciones a la cadena deportiva; 10 millones de cancelaciones
en seis años aunado a los contratos por miles de millones de dólares que se han
establecido con las diferentes ligas deportivas profesionales; con NFL firmaron
en 2011 una extensión de contrato por ocho años, por 15.2 mmdd y otro con la
NBA por nueve años 12 mmdd, lo que aunado a la perdida de suscriptores, son los
dos principales motivos para las pérdidas económicas de la empresa.
A mediados de 1978, Bill Rasmussen junto con su hijo, Scott,
fundó la mayor empresa de información y eventos deportivos. Un año después en
septiembre de 1979, ESPN comenzó transmisiones. Rasmussen, fue el visionario
que pensó en una cadena que transmitiera 24 horas deportes e información
deportiva y la hizo viable. ESPN es sin duda un referente en la televisión de
paga y una de las puntas de lanza en el negocio de la televisión segmentada. El
gigante de la televisión deportiva fue adquirido en 1984 por la cadena ABC, la
cual a su vez fue comprada por Disney con todo y ESPN en 1995.
Para algunos especialistas la única manera en que Disney
puede salvar a ESPN de su futura bancarrota, es comprar Netflix y subir el
canal a la plataforma y creando nuevas formas de contenidos que atraigan a las
audiencias más jóvenes. Lo que quiera decir esta hipótesis, que creo, un poco
fantasiosa el día de hoy. La realidad es que en la continua evolución de los
medios y las plataformas ESPN tiene que encontrar un camino más real.
Pero ESPN no es la única empresa de contenidos deportivos
que está sufriendo el embate de los usuarios de Internet, de acuerdo con la
cadena inglesa SKY, las audiencias en 2017 de la Liga Premier cayeron en un 13%
en un año.
Los retos a futuro no son sólo para ESPN, sino para todo el
mercado de la información deportiva. La manera en que Claro Sports ha cubierto
Juegos Olímpicos tanto de invierno Sochi 2014 y los de verano efectuados en Río,
el año pasado. Las transmisiones de la empresa permitieron que el espectador
decidiera la competencia a ver, mostrando de manera clara la superioridad de
las plataformas de Internet, frente a las rígidas y limitadas características
de la televisión tradicional. Esto aumento el número de personas que instaló la
aplicación de Claro Sports en sus teléfonos el año pasado y la empresa de
contenidos deportivos pudo atraer publicidad, contrario a lo que pensaban y
deseaban los directivos de empresas como Televisa y TV Azteca.
A principios del año, Claro Sports anunció una alianza
estratégica con el diario español Marca, de esta manera Claro Sports intenta convertirse
la principal plataforma de contenidos deportivos en América Latina.
Claro Sports transmite los partidos del León y del Pachuca,
así como los del equipo de Zacatecas de la liga de ascenso, sin que en su caso
Televisa, ni otros medios se atrevan a criticar las mismas, como lo hicieron en
el caso de ChivasTV.
El que las propias ligas se hagan cargo de la transmisión de
sus partidos, es para empresas como ESPN, un nuevo reto. Hace poco escribí
acerca del interés de la Liga Española de Futbol por ser transmitida a través
de Netflix, con las repercusiones que esto representa para sus distribuidores a
través de televisión de paga, y demuestra que este tipo de movimiento y
búsqueda de nuevas plataformas para llegar a las audiencias globales, no es
exclusivo de los deportes profesionales de Estados Unidos. Lo cierto es que las
generaciones más jóvenes prefieren sus contenidos, de cualquier tipo, en línea
y con el menor costo posible, de preferencia de manera gratuita, es aquí donde
las empresas y plataformas deben crear e inventar los nuevos modelos de
negocio, porque otra cosa que es importante tomar en cuenta es que a los
usuarios de Internet no hay nada que les moleste más que la publicidad como la
conocemos.
Para Charley Noonie, CEO de MobiTV, empresa dedicada a
asesorar a los canales de paga de televisión a migrar a Internet, en un
artículo para la revista WIRED, las empresas dedicadas a los contenidos
deportivos están obligadas a crear contenidos alternos al evento deportivo en
sí, ya sea antes, después o durante el encuentro.
El camino no es fácil. Los retos que enfrentan los medios
tradicionales son muchos, y se encuentran arraigados sobretodo, en el profundo
cambio de hábitos de las audiencias, más que en el poder adquisitivo de los
grandes corporativos. El más importante de todos; generar la plataforma y
contenidos que sus futuras audiencias estén dispuestos a seguir. Los eventos
deportivos siempre tendrán audiencias, y, tal vez, encontrarán distribuidores
más directos y con mayor ganancia para las ligas, pero el análisis y los
columnistas deberán tener espacios que el espectador no sienta sesgados o parte
de las mismas ligas.
publicado el 8 de mayo de 2017 en roastbrief.com.mx
imagen: DeathtoStock.com
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