En México de la impunidad, el acoso sexual es más que común en todos los ámbitos y niveles socioeconómicos de lo que queremos reconocer.
Armando Enríquez Vázquez
“En este mundo todo
tiene que ver con el sexo, excepto el sexo. El sexo tiene que ver con el
poder”. Irónicamente esta frase la dice Frank Underwood el personaje que
interpretó hasta hace unas semanas Kevin Spacey en la serie de Netflix House of Cards. El actor lo ha perdido
todo gracias a las acusaciones de acoso sexual que se han dado a conocer
recientemente. Incluso las escenas que ya había filmado para la más reciente
película de Ridley Scott y que serán grabadas de nuevo con otro actor. Así de
grave deberían de ser el acoso sexual y la pederastia.
Pero el caso de Spacey no es sino uno más en los muchos que
se han revelado en el más reciente escándalo sexual en el mundo del
entretenimiento de Estados Unidos y que inició con las acusaciones al productor
Harvey Weinstein. Un verdadero depredador sexual y sin duda un criminal.
En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo diferentes
personajes del espectáculo y la política en Estados Unidos ven sus carreras
derrumbarse en el fango tras acusaciones de acoso sexual, insinuaciones y en
algunos caos violación incluso. Uno más de los capítulos de la doble moral que
existe en Estados Unidos, señalan muchos, que sin duda tiene como presidente a
un acosador sexual.
¿En Estados Unidos? Como siempre nos gusta ver la paja en el
ojo ajeno y no la viga en el propio. ¿Acaso se nos olvidaron ya casos como los
de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre o Mario Marín el gober-precioso que nunca
fueron investigados por las autoridades, mucho menos indiciados por los delitos
en los que fueron exhibidos por diferentes medios de comunicación? ¿Se nos
olvidan ya los testimonios de edecanes supuestamente acosadas sexualmente en la
Cámara de diputados en 2014? ¿Ya olvidamos al funesto Padre Maciel otro
peligroso depredador sexual amparado en y por la iglesia católica? ¿y no
queremos enterarnos de la lista de prostitución de actrices de Televisa, cuando
cada día surge una nueva actriz que confirma la existencia de esta ignominioso
catalogo?
En una sociedad global que desde hace más de dos décadas
quiere obligar a los ciudadanos a comportarse de manera políticamente correcta,
es de sorprender que aquellos que debían estar a la cabeza de esa cruzada sean
los que están cayendo como moscas por su doble moral y su apetito sexual. ¿o
tal vez no? Porque desde el gran poder, el pequeño o el imaginario poder se
intenta obligar a otros, en su mayoría mujeres a ceder a los deseos sexuales de
estos personajes.
La mayoría de hombres y mujeres, porque también las hay, que
han sido acusados de acoso y otro tipo de conductas sexuales criminales, han
ejercido esta coerción en contra de personas en una escala jerárquica menor o
de clara vulnerabilidad. En uno de los más recientes eventos de denuncia de
acoso en este nuestro país de la impunidad, alumnas de diversas instituciones
de educación superior en Nuevo León incluido el Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey decidieron denunciar a través de Facebook,
twitter y un blog el acoso y los abusos sexuales al interior de estas
instituciones, el Tec de Monterrey de acuerdo a versiones de diferentes estudiantes
amenazó a los becarios conminándolos a retirar sus comentarios si no querían
perder sus becas, el blog desapareció misteriosamente y las instituciones
neolonesas intentan acallar el problema ignorándolo.
Es válido preguntarse también, en estos tiempos de odio y
fácil forma de publicar, ¿cuántos de estos casos son únicamente un tipo de
difamación revanchista por parte de los denunciantes? Hay quienes argumentan,
no sin razón, la prontitud con la que ciertos medios ávidos de audiencias se
prestan a publicar este tipo de acusaciones sin antes confirmar y verificar las
fuentes. Aunque en la gran mayoría de los casos los acusados no han desmentido
a sus acusadores y muchos como el ex presidente George Bush padre han pedido
disculpas por su forma de actuar. Tampoco se trata de minimizar un problema que
es real y es la madre de otro tipo de conductas como la agresión física, como
la que se dice que ha ejercido en diferentes ocasiones el actor Dustin Hoffman
en contra de compañeras actrices, como Meryl Streep, abofeteándolas en el set,
el machismo, la misoginia y el feminicidio.
En México de la impunidad, el acoso sexual es más que común
en todos los ámbitos y niveles socioeconómicos de lo que queremos reconocer.
Ahora deberíamos exigir a la PGR (Ah se me olvidó que la PGR no tiene
independencia, ni tiene titular) que se investigue la supuesta lista de
prostitución de actrices y actores que creó Televisa, porque estamos hablando
de la posibilidad de que una empresa de comunicación, la que fue la más
importante de México, promovió desde sus directivos la trata de personas y tal
vez presionó a las actrices con el veto de trabajo. Pero no sólo es Televisa son
políticos, funcionarios, órganos de gobierno, empresas y particulares. Es aquel
que en el transporte público pellizca o toca a una mujer.
El acoso y el abuso están fuertemente relacionados con
educación machista que se tiene en casi todo el mundo. La forma de ver, aunque el
discurso parece del siglo pasado sigue siendo válido, a las mujeres como un
objeto de deseo, más que como un ser humano, como moneda de cambio para
negocios y favores. La forma de menospreciar su actuar y su conocimiento.
La batalla contra el acoso sexual se encuentra en un punto importante
al poner en la mira y hacer pagar, aunque sea llevando a la ruina moral y a
veces económica a quienes la ejercieron. Sin embargo, en México el camino
parece ser sinuoso lleno de personajes siniestros, protegidos por el poder y
desde el poder, que han hecho de nuestro país uno donde la trata de personas es
uno de los mayores delitos, incluso en el caso de Tlaxcala un orgullo estatal y
con el cual debemos intentar acabar todos. Porque lo políticamente no correcto
no es algo de etiqueta y comportamiento, no es ni debería ser el nuevo Manual
de Carreño, de hecho, no debería de existir pues detrás de su áureo resplandor
se esconden las atrocidades, desigualdades y discriminaciones más abyectas.
publicado en blureport.com.mx el 21 de noviembre de 2017
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