Vienen las elecciones
y un gran número de oportunistas y políticos chaqueteros buscan una candidatura
independiente.
Armando
Enríquez Vazquez.
De acuerdo con el corte de caja del INE al 31 de octubre los
aspirantes a una candidatura independiente a la presidencia de México en 2018
han recabado tan sólo 252 mil firmas en total entre todos. Algo que habla del
pensar de los mexicanos.
Odiamos a los partidos políticos y a sus políticos, pero no
confiamos en los independientes tampoco.
Es cierto que la caballada independiente es muy pobre, tan
pobre que en el asunto de la recolección de firmas Margarita Zavala solo ha
conseguido el 5% de las firmas necesarias y eso que cuenta con un año de
encuestas, más de dos en campaña y todo un aparato salinista y calderonista para
recabar dichas firmas, o tal vez sea por
eso, porque esa ambición, parece no tener límites, ni fronteras ideológicas y
por eso decidió renunciar a la militancia de toda una vida, como quien cambia
de camisa, de rebozo en su caso y a los mexicanos eso no nos gusta.
Pero Margarita no es la única con ambición de poder, pues
entre los 48 hay de todo, políticos corruptos, políticos no tan corruptos,
políticos ingenuos, miembros de la sociedad civil, víctimas del sexenio, la
gran mayoría de ellos desconocidos para los mexicanos y lo que es peor, no
conocemos el plan de gobierno de ninguno, ni quien los va a acompañar en el
gobierno en caso de que ganen.
Muchos de estos candidatos, la gran mayoría, no habrán de
lograr el número de firmas requerido. Aun así, el gasto que ya hacemos los
mexicanos en una democracia más que fallida aumentará, así sea uno o dos
aquellos que logren recabar el casi millón de firmas. La supuesta democracia
mexicana tiene uno de los costos de voto más altos del mundo, y ahora tendremos
que pagar la campaña de algunos de estos personajes que no nos queda claro
porque quieren ser presidente, ni como ejercerían el poder de ser presidente y
mucho menos porque tenemos que pagar su campaña.
Hoy cuando cuestionamos el financiamiento de partidos
políticos y la cantidad de dinero que gastamos los mexicanos en los zánganos
que son nuestros legisladores y esos bandidos que nos gobiernan, debemos de la
misma manera cuestionar a todos estos candidatos. En teoría, y sólo en teoría
los partidos son instituciones legales y reconocidas, los independientes de
alguna manera no lo son. Debemos recordar y cuidarnos de aquellos fraudes
disfrazados de ejercicio democrático que en su momento han resultado ser muchos
minipartidos de efímera vida, que sin embargo han representado grandes fortunas
para sus fundadores a costa del dinero de todos nosotros, debemos asegurarnos
qué esto no se repita en los candidatos independientes. No hay que entregar
nuestra firma sin antes saber bien a bien que es lo que buscan estos llamados
independientes, pues en muchos casos únicamente buscan nuestro dinero, que de
manera directa pasa de nuestros bolsillos a los suyos.
Y en caso de que estemos seguros de las buenas intenciones
de un independiente, su amor por México y sus ganas de cambiar el corrupto
sistema político mexicano, antes de firmar a su favor exijamos que nos hagan
saber su plan de gobierno y quienes son aquellos probos mexicanos que servirán
con ellos en su gobierno para lograr el cambio. Hay que recordar que de buenas
intenciones está cubierto el camino al infierno.
Debemos escuchar las propuestas al menos de aquellos que
tienen posibilidad de recolectar las más 800,000 firmas necesarias para el
registro. Aunque el panorama debe ser poco alentador para la mayoría de estos
aspirantes a la presidencia.
Debemos exigir expongan las razones por las que han decidido
intentar ser candidatos a la presidencia, así también nos daremos cuenta sí se
trata de candidatos pagados por intereses afines a que el PRI permanezca en el
poder, si sólo los mueve el ego, o si realmente tienen interés en sacar
adelante el país. Saber que los llama a pretender ser candidatos no basta, también
tenemos que exigir conocer que nos ofrecen a los mexicanos para poner al país
en marcha. A pesar de la visión retrograda de Andrés Manuel López Obrador, su
propuesta es cada día más definida, y sus alianzas políticas que no conocen el
pudor y da lo mismo que trabaje de la mano de gente relacionada al crimen
organizado como el delegado de Tlahúac, sus supuestos nexos con los Abarca, con
Lino Korrodi, con el suegro de Emilio Azcárraga Jean, incluso con el mismo
Carlos Salinas como señala Raymundo Riva Palacio en sus columnas, nos dan una
idea del tipo de gobierno que podemos esperar de alguien que tiene tal sed de
poder.
Son 48 candidatos de los que no sabemos casi nada acerca de
porque han decidido entrar en la carrera presidencial. Algunos de ellos no han
conseguido una sola firma y quienes llevan la delantera en la recolección de acuerdo
con el INE son Margarita Zavala, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y María
de Jesús Patricio. Ninguno llega aún a las 50,000 firmas. Lo que habla de la
desconfianza que los independientes dan a la ciudadanía, pero por otro lado no
debemos menospreciar los obstáculos que el servil INE les ha puesto y que va
desde el número de firmas a recopilar hasta la inservible aplicación que
generaron para impedir la recopilación de firmas. Aunado a las campañas en su
contra que desde los medios pagados por la publicidad del Estado se les hace.
Margarita Zavala, que encabeza la recolección de estas
firmas, una mujer caprichosa como lo muestran sus actos y un poco zafia como lo
muestran los videos subidos a últimas fechas en redes sociales, cuyo objetivo
junto otros calderonistas, incluyendo a su marido Felipe Calderón, es solamente
restar votos a la oposición para que gane el PRI, de la misma manera que lo han
hecho con las dos candidaturas de Josefina Vázquez Mota en 2012 y 2017.
Fingir que vivimos en una democracia con el INE
y la reforma electoral es igual a la ficción de vivir en un estado de derecho,
cuando ninguna de las instituciones que ejecutan las leyes tiene titular.
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