Inicia la carrera por la presidencia del país con tres candidatos proclives a la opacidad y otros a los que les será imposible competir en la realidad.
Armando Enríquez Vázquez
Ya están listos los principales actores del circo a tres
pistas que veremos a lo largo de la primera mitad del año entrante. El Mesías
por Morena, el Ungido por el PRI y el Autoproclamado por el PAN. Debemos estar
pendientes porque los problemas del país serán minimizados, olvidados y las
soluciones serán tan sencilla como esos quince minutos en los Vicente Fox aseguró
que iba a arreglar el conflicto armado de Chiapas, un asunto que creció de tal
manera que hoy el EZLN pudiera tener a su primera candidata a la presidencia.
La lucha por la presidencia será como lo ha sido en los últimos años un asunto
de chismes y periodicazos que poco abonan a la discusión de la agenda, los
problemas y los retos nacionales.
Lo único que nos debe quedar claro a los ciudadanos
mexicanos es que entre las propuestas militarizantes del PRI, los golpes de
pecho y los gritos de ¡Mea culpa! de
Anaya y la República del Amor, donde
criminales de cuello blanco de la burocracia de este país, así como
narcotraficantes y criminales organizados habrán de encontrar el Perdón del Mesías Tabasqueño y por lo
tanto seguir disfrutando del Cielo en la Tierra que les permitirá López Obrador,
nada absolutamente nada se hace por México o por sus ciudadanos.
En ocho meses México tendrá un nuevo presidente y son
nuestra obligación y responsabilidad elegir al menos malo de los que aparezcan
en la boleta, porque me queda claro que ninguno será el mejor. Es obvio que
José Antonio Meade Kuribreña es el candidato de la mafia del poder llamada por
López Obrador PRIAN. Mientras en su pista circense se encuentran la mafia del
poder de MorenaPRD. En ambas pistas se encuentran grupos aliados del crimen
organizado y Anaya esta formando una nueva alianza de poder mafioso entre PAN
PRD y MC.
Los grandes perdedores del circo, los patéticos payasos del
mismo son aquellos panistas ubicuos que encabeza Felipe Calderón y que se hacen
llamar los rebeldes del PAN, los aliados del PRI o los Locos del Ritmo, malos
perdedores que intentan a como de lugar recuperar espacios de poder apoyando la
patética candidatura “independiente” de Margarita Zavala, una mujer que sólo ha
demostrado a lo largo de los años de su precampaña su ignorancia e
intolerancia, algo que no necesita México pero que también es el lenguaje más
usado por el otro extremo de la contienda. Andrés Manuel López Obrador desde
sus días como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ha utilizado el lenguaje
del odio separando siempre a los ciudadanos entre “pirrurris”, “riquillos” con
gran desprecio, pero aliándose para satisfacer su ambición a los
“archirriquillos” del país como Alfonso Romo, o uniendo a su campaña a
personajes tan oscuros en el manejo de dinero como Lino Korrodi.
El fuego amigo dentro del PAN que habrá de enfrentar Ricardo
Anaya, viene de Calderón y sus esbirros, los senadores Javier Lozano, Ernesto
Cordero y Roberto Gil Zuarth verdaderos traidores, como Fox y Calderón, a los
mexicanos y al PAN y aliados bufonescos de la caricatura que tienen por
candidata “independiente”.
Del discurso de Meade, lo único que me llama la atención es
la promesa de convertir a México en potencia mundial, y llama la atención
porque en el momento en que más sufrimos de ataques del esquizofrénico gobierno
de Donald Trump, la respuesta en sentido contrario y directo al discurso del
intolerante presidente norteameriocano, es buena y totalmente distinta, al
menos en el discurso, al servil Enrique Peña Nieto y su secretario Videgaray.
México necesita mostrar que nos vale no ser aliados de Estados Unidos porque en
el mundo ancho y ajeno de la globalización es más importante ser aliado de
China, de la Unión Europea o de Latinoamérica que de Estados Unidos.
En el circo de las elecciones también habrá pequeñas pistas
que tal vez ofrezcan una visión diferente sobre el país, sobre nuestros
compatriotas y sobre las injusticias y desigualdades que a lo largo de este
siglo han promovido los actos de gobierno del PAN, del PRI y del PRD.
Tal es el caso de María de Jesús Patricio Martínez, la mujer
de origen nahua que el EZLN ha propuesto para la presidencia del país y que
representa la voz de aquellos que en muchas situaciones hemos decidido ignorar
y que los diferentes gobiernos federales han decidido hacer invisibles y sólo
utilizarlos para el discurso de tolerancia e integración de todos los grupos de
mexicanos que existen a lo largo de nuestro territorio nacional. Conocida como Marichuy, la médica tradicional,
originaria de Jalisco, se encuentra recolectando firmas para obtener una
candidatura independiente a la presidencia. Al menos intenta que volteemos a
ver al otro México que no responde a las tradiciones judeocristianas y que está
ahí.
Hay muchos otros que buscan una candidatura independiente,
pero a la fecha el primero que parece que la conseguirá es el actual gobernador
de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El
Bronco” y en segundo lugar aparece la candidata de Felipe Calderón.
Los candidatos de los partidos con registro han tomado ya su
lugar en la pista circense que les corresponde en espera de que se prendan las
luces de manera oficial para iniciar a golpear a sus contrincantes políticos. Para
los ciudadanos la elección no será fácil, la pobreza de propuestas de los
candidatos mostrada hasta el momento, hace de López Obrador, el más propositivo,
claro que lleva 18 años en campaña lo que le da clara ventaja frente a los
otros, pero también lo vuelve más vulnerable, porque ha lo largo de casi dos
décadas ha demostrado la facilidad con la que cambia de aliados y de enemigos,
ha demostrado también su intolerancia e intransigencia a quienes considera
opositores y su falta de transparencia.
Algo similar sucede con Meade cuyos amarres políticos lo han
mantenido en los puestos importantes a lo largo de dos sexenios de partidos
distintos. Pero eso también lo muestra como un político hábil, que sabe salir
en la foto, que no se mueve mucho. Lo que no nos dice nada absolutamente nada
de él como posible director de los destinos de los mexicanos. Tiene el perfil
de muchos priístas que fueron candidatos presidenciales y una vez llegados a la
silla mostraron sus peores apetitos. De Anaya, lo único que sabemos es que a
pesar de la oligarquía al interior del PAN dirigida por Felipe Calderón supo
crear las condiciones para aliarse con partidos de Izquierda y crear un frente
que lo hace competitivo y mejor posicionado que Margarita Zavala o Rafael
Moreno Valle, quienes al igual que Anaya iniciaron su precampaña hace muchos años,
pero demostraron ser menos inteligentes y mucho menos creativos en la formación
de sus bases y aliados políticos. Me queda claro que a ninguno de los tres le
alcanza solamente con el PAN o la caricatura de ese partido que hicieron
Vicente Fox y Felipe Calderón.
Pero al final y si México es la democracia que presume ser,
todo se reduce a por quien votaremos los millones de ciudadanos y de que manera
estamos dispuestos a defender esa mal llamada democracia en la que vivimos para
impedir otro sexenio de robos, secuestros, impunidades y opacidad, como los que
hemos vivido en los años de este siglo. Cuestionemos a los candidatos, seamos
parte del debate y seamos lo necesariamente tercos y tenaces para obligarlos a
hablar de lo que nos interesa a nosotros, no de lo que ellos quieren hacernos
creer que es importante.
publicado en blureport.com.mx el 12 de diciembre de 2017
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