El hallazgo del cuerpo de dos infantes en Alaska es clave para que los científicos, entre ellos un mexicano, muestren que no todos los habitantes de Beringia pertenecían a un sólo grupo como se creía.
Armando Enríquez Vázquez
Hay historias que nos atraen por encima de otras, historias
que hablan de nosotros como raza, historias de nuestra especie, ese homínido surgido
en África que literalmente conquistó el mundo, acabando con cualquiera otra
especie de homínido que habitara La Tierra en ese momento.
Sabemos que el Homo sapiens
acabó al menos con otra cinco especies para demostrar su supremacía y desde el
momento en que acabamos con la primera especie de homínido hace cerca de cien
mil años nos convertimos en el más temible y efectivo de los depredadores que
hayan pisado el planeta.
Paso a paso, los Homo
sapiens llegamos a todos los rincones del planeta, poblando con el paso de
los milenios todos los continentes, durante las glaciaciones, gracias o a pesar
de ellas los seres humanos pudieron pasar en su peregrinar del noreste de Asia
al noroeste de América.
La existencia de un puente natural de tierra que desapareció
al terminar la última glaciación que unía a los continentes a la altura del
Estrecho de Bering permitió que los grupos de humanos poblaran América. Esta
tierra se conoce con el nombre de Beringia.
En 2015, un grupo de investigadores demostraron que las
poblaciones que dieron origen a todos los grupos nativos del continente
americano cruzaron Beringia hace unos quince mil años, el mapa genómico de los
habitantes de América puede ser rastreado a este grupo que cruzó lo que hoy es
el mar de Bering y se dividió en dos grandes grupos que poblaron el continente.
Pero además se elaboró la teoría que estos grupos humanos quedaron aislados del
resto de los grupos asiáticos dando como resultado el surgimiento de los grupos
de seres humanos característicos de América con un mapa genético diferenciado
de los habitantes de Asia.
El reciente estudio de los restos de una niña que no vivió
más de 12 semanas y cuyos restos fueron encontrados en lugar cercano al rio
Tanana, en Alaska y conocido entre los arqueólogos como Upward Sun River han
demostrado que existió otro grupo humano anterior que cruzó a América y vivió
en Beringia del que no se sabía nada y cuyo mapa genómico es diferente al del
grupo que finalmente se adentro en las tierras de lo que hoy son Alaska y
Canadá para colonizar el continente.
El esqueleto bautizado como Pequeño Amanecer es uno de dos
pequeños infantes que fueron enterrados en el lugar hace más de 15,000 años, lo
que también ha obligado a los científicos revaluar la antigüedad de la
presencia de grupos humanos en América y hablar de que los primeros cruces se
llevaron a cabo hace unos 20,000 años.
Dónde y cuándo surge la población fundacional de los
habitantes de América aun es un misterio pues el amplio puente que era Beringia
quedó bajo las aguas del mar al terminar la última glaciación. El
descubrimiento del sitio de Upward Sun River, otro dato que se ha obtenido de
este sitio arqueológico es que es el lugar más antiguo en el que se puede
confirmar el consumo humano de salmón, ha obligado a los investigadores a
replantearse cuestiones elementales acerca de la migración de la especie
humana.
Dentro del grupo de investigadores se encuentra
el mexicano José Víctor Moreno Mayar, quien es parte del grupo de
investigadores del centro de Geo Genética de la Universidad de Copenhague y que
ha escrito diferente artículos científicos acerca de la antropología genética,
el más reciente publicado por la revista Nature el pasado 3 de enero en el que
junto con los investigadores con los que trabaja en Upward Sun River, pone de
manifiesto sus hallazgos y la relevancia de los mismos en tratar de explicar la
manera en que el continente americano se fue poblando y quienes fueron estos
pobladores.publicado en blureport.com.mx el 19 de enero de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario