Así inició el año para los medios en México, después de cuatro meses poco ha cambiado este panorama incluso ha empeorado para muchos de ellos.
Armando Enríquez
Vázquez
Este año inició con un hecho que hace tan sólo un par de
años nadie hubiera imaginado: Televisa sin un Azcárraga al frente. Pero los
retos del 2018 en la industria de las comunicaciones no son sólo para la
empresa que durante los últimos años ha estado en verdadera caída libre en
cuanto a publicidad, audiencias y sobretodo contenidos y su estrategia para
afrontar la competencia global, algo que en la politizada y minúscula mente de
los vicepresidentes de la empresa jamás fue contemplada en la ecuación de
mantener una Televisa poderosa, prepotente y lame botas del sistema. En los
primeros meses del año Televisa ha vendido empresas que no le son prioritarias,
acabado con la importancia de su patética plataforma de Internet llamada Blim y
sin embargo nada parece detener la caída de la empresa.
Los retos del 2018 tal vez sean más claros una vez pasadas
las elecciones pues entonces el grifo de la inversión publicitaria en medios
habrá de cerrarse, tal vez de manera importante. Acabando con la bonanza a la
que el gobierno de Enrique Peña Nieto acostumbró a ciertos medios leales. ¿Cómo
atacaran medios como Televisa, Azteca TV, la casi inexistente Imagen TV el
mantener audiencias?
Además de acuerdo con el ordenamiento de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, la inversión en gastos publicitarios de los gobiernos
locales y federal deberá ser regulada, dada la exorbitante suma de dinero que
el gobierno de Peña Nieto y sus gobernadores, así como las mismas cámaras y
otros organismos del gobierno como las mismas cámaras de legisladores han
gastado en el sexenio de la corrupción, lo que pega de lleno en los bolsillos
de los empresarios de medios. Aunque como buenos y tramposos políticos los
legisladores priístas se preparan para aprobar la llamada ley chayote que legaliza
todos los chanchuyos que han institucionalizado y la dan vida a medios como El
Universal. Haciendo de a un lado al poder judicial y alas organizaciones
ciudadanas PRI y Morena piensan aprobar una ley a modo.
El nacimiento de las señales regionales de Milenio y
Radiocentro no podría darse en peor momento, cuando el número de televidentes
va a la baja. Los diarios también enfrentarán de manera más radical la baja en
consumidores de sus versiones impresas. Hace un par de semanas la rotativa del
diario más importante en lengua española El
País, se detuvieron para siempre. Nunca más el diario español será impreso
en las instalaciones del periódico y de la versión impresa se hace cargo ya una
empresa proveedora. No hay futuro en las versiones impresas de los diarios lo
que se traduce en despidos de trabajadores obreros de las empresas
informativas. En México diarios como El
Universal llevan décadas mintiendo acerca de su tiraje y de su número de
lectores intentando mantener a los anunciantes, ni que decir de Excélsior, un diario que se regala a
cientos de establecimientos del país y a las diez de la mañana se ofrece en los
vagones del metro a mitad de su precio, haciendo una competencia desleal a
quienes desde sus puestos de periódicos o establecimientos lo venden en el
precio estipulado en la primera plana.
Lo mismo sucederá con ciertas estaciones y cadenas
radiofónicas como Radio Fórmula donde desde finales de 2012 han dedicado
espacios de información pagada hora tras hora al Partido Verde y al gobierno
del estado de Chiapas y a pesar de tener una de las campañas más interesantes y
una propuesta muy creativa y diversa para atraer a las audiencias jóvenes, no
puede competir con Internet.
El gobierno del Bronco, gobernador independiente de Nuevo
León, ha demostrado de manera clara, lo que el gobierno anterior del priísta
Rodrigo Medina de la Cruz representaba para las arcas de Multimedios y Televisa
de la región por lo que sobretodo la primera se ha vuelto un medio sumamente
critico del gobernador independiente, lo malo es que no lo hace desde el
periodismo, sino desde el despecho de quien ha perdido miles de millones de
pesos en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón.
Los anunciantes, los publicistas y las agencias de medios
estarán a partir de 2018 mucho más pendientes a los comportamientos reales de
las audiencias, del número verdadero de lectores y radioescuchas para poder
posicionar a sus clientes en el medio correcto. Hoy más que nunca las mismas
agencias de medición de audiencias tendrán que demostrar la valía de sus
servicios y no entregar cifras maquilladas a los anunciantes como se sospecha
que algunas de ellas hacen. Hoy son las agencias y los mercadólogos quienes
impondrán las condiciones a empresas como Televisa, que en los años dorados del
monopolio y el totalitarismo impuesto por Emilio Azcárraga abusó de los
anunciantes. Hoy es cuando la mercadotecnia tendrá que tomar el timón en
materia de comercialización de los medios, poniendo a cada uno en el lugar que
les corresponde y orientando a los publicistas en el tipo de mensaje que deben
dar a los consumidores si se quieren obtener resultados óptimos. Los estrategas
serán los mercadólogos y todos los demás si no son necios o arrogantes
marcharan al ritmo que estos impongan.
Es innegable que los cambios que han sufrido los medios en
los últimos años no tienen por qué detenerse al menos en los próximos cinco.
Todo está definiéndose, reacomodándose y modificándose a pasos agigantados.
Es por eso qué los retos que enfrentaran los mediocres
medios mexicanos en el 2018 pueden coinvertirse en la puntilla para que muchos
de ellos continúen con la política de recortes sin entender que los principales
recortes se deben dar a nivel de sus directivos. El caso más claro de esto es
ImagenTV que desde hace años ha resuelto la incapacidad de sus directores no
sólo recortando personal, si no cerrando espacios como Cadena3 o acabando con
modelos de negocio que eran exitosos, pero no políticamente correctos, y por
políticamente quiero decir que no complacían a políticos mexicanos, como en el
caso de radioactivo.
Es probable que a finales de 2018 enfrentemos
una nueva realidad, un nuevo balance en los poderes fácticos que representan
los medios, la inversión publicitaria tanto del gobierno como de la iniciativa privada
se modificará, no sólo por los cambios políticos de la nación, si no por el
avance de las nuevas tecnologías y su transformación en los nuevos medios de
comunicación e información. Entonces, es probable que la desaparición por medio
de la fragmentación y/o desaparición completa de Televisa ya no será el sueño
de muchos y la pesadilla de otros, si no un capítulo cerrado en la historia de
los medios nacionales de comunicación.Esta es una versión actualizada del texto aparecido en roastbrief.com.mx el 29 de diciembre de 2017
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