La historia de una
espía otomana que en fiestas de Washington cautivaba a militares y funcionarios
para comunicar sus secretos a la embajada alemana sugestionó a los americanos.
Armando Enríquez
Vázquez
El 31 de marzo de 1918, el New York Times, anunciaba la
muerte de una mujer conocida como Madame Storch en la prisión de la Isla de
Ellis donde se mantenía tanto a los migrantes que querían entrar a Estados
Unidos, como aquellos a los que se iba a deportar. Madame Storch pertenecía a
estos últimos. Se le había detenido unos días antes bajo cargos de espionaje a
favor de Alemania y no podía ser juzgada en Estados Unidos por ese crimen
debido a que no existía ninguna legislación para proceder en contra de una
mujer espía en el vecino país en ese momento.
La historia de Despina Davidovitch Storch que era su nombre
completo, fascinó a los norteamericanos que sintieron por un momento que el
enemigo en forma de mujer estaba en casa, y los diarios tanto neoyorquinos como
de Washington vendieron la historia de la mujer durante semanas y meses por
venir. El Washington Times publicó un reportaje de once partes los domingos
para contar la historia de la joven.
Se cree que Despina Davidovitch nació en Estambul en 1895,
hija de un búlgaro y una alemana, Despina Storch aprendió diferentes idiomas y
a la edad de 17 años se casó por primera vez, según algunas fuentes con un
militar francés de apellido Storch, pero esto no está del todo claro, otras
fuentes casan a Despina en 1915 con un oficial inglés de apellido Hasketh,
ambos apellidos fueron usados por Despina como alias. De ser cierto el
matrimonio con el militar inglés, este duro muy poco porque existen registros
de que durante ese año Despina viajó a todo lujo por las principales ciudades europeas,
a finales de 1915 fue detenida a petición del gobierno francés, en Madrid, pero
misteriosamente fue rápidamente liberada y junto con el hombre con el que fue
detenida, un supuesto Barón de Beville, partió a toda velocidad a Barcelona desde
donde se embarcaron rumbo a La Habana. Después de una estancia breve en Cuba
Despina Storch llegó a Estados Unidos y se estableció primero en Washington
donde se convirtió en una socialité de fama, dilapidando dinero y codeándose
con lo mejor de la sociedad en banquetes y fiestas, sobre todo con militares y
diplomáticos, aunque su primer contacto en la capital de Estados Unidos fue visitar
directamente al embajador de Alemania. Poco después se trasladó a Nueva York y
se instaló en el Waldorf Astoria, por alrededor de un año.
En 1917 y tras la entrada de Estados Unidos a la I Guerra
Mundial, Despina se cambió de hotel al Biltmore, otro lujoso hotel inaugurado
en 1913. Donde se registró bajo el seudónimo de Madame Nexie, acompañada por el
inseparable Barón de Beville y dos personajes más. Una mujer cuarentona que se
hacía llamar Elizabeth Charlotte Nix y un supuesto Conde francés. La cantidad
de dinero que Storch gastaba fue lo primero que llamó la atención de las
autoridades de Estados Unidos en especial del Departamento de Justicia. Las
pesquisas de los agentes norteamericanos resultaron infructuosas y a pesar de
tener muy bien ubicada a Elizabeth Charlotte como una de las piezas clave en el
espionaje alemán en Estados Unidos y saber que el dinero que Storch gastaba,
provenía de la embajada alemana, Storch era lo suficientemente cauta e
inteligente para dejar claro su juego. Los encargados de la investigación
desesperados por el fracaso de su operación de vigilancia sobre la joven se vieron
en la necesidad de infiltrar a una persona dentro de la vida cotidiana de
Storch, para lo que recurrieron a un millonario neoyorquino que aceptó ayudar
al departamento de justicia. W.H. Vanderpoel resultó un hombre igual de
seductor que la mujer a la que iba a espiar. Vanderpoel se hizo presentar ante
el Baron Beville y esta a su vez lo presentó con Storch. La cazadora resultó
cazada. La simpatía, gallardía y sobretodo el dinero de Vanderpoel pronto
envolvieron a Storch que sin darse cuenta confesó ante él algunas minucias que
hicieron que los agentes del Departamento de Justicia pusieran en marcha las órdenes
de arresto para Storch, para Beville y sus dos amigos.
Ella por su parte debe haberse dado cuenta de que algo no
cuadraba con su nuevo amigo y de pronto se dispuso a partir con rumbo a La
Habana para tomar unas merecidas “vacaciones”. Vanderpoel puso a los agentes de
Estados Unidos en alerta sobre esta situación y Storch junto con el Barón
fueron arrestados en Key West en Florida justo antes de embarcarse rumbo a
Cuba. Los agentes norteamericanos también detuvieron a Elizabeth Charlotte Nix
y al Conde de Clairmont, los otros dos espías.
De regreso en Nueva York Storch fue comunicada de su
arresto, trasladada a la Isla Ellis puerto de entrada y salida de Estados
Unidos y a pesar de que las leyes de Estados Unidos no contemplaban la
existencia de mujeres espías, Despina fue interrogada en vano. Nada salió de su
boca, no así del cateo a su habitación donde se descubrieron documentos
encriptados, el código para enviar mensajes y muchas otras cosas que la
incriminaban. La falta de leyes en Estados Unidos para su conducta obligó a los
americanos a buscar deportar a Despina Storch a Francia. La noticia de su
deportación a Francia ensombreció en carácter de la joven espía.
Pocos días antes de que se llevara a cabo la deportación
Despina Davidovitch murió en su celda. La versión oficial dice que la mató una
neumonía contraída en la prisión, otra versión dice que la joven murió
envenenada, incluso se ha manejado la teoría de que se suicidó con una capsula
de cianuro.
En un ataúd blanco Despina Davidovitch Storch, la espía que
puso de cabeza a la inteligencia norteamericana, que se paseó recopilando
secretos por las principales capitales del mundo, fue enterrada el 1º de abril
de 1918 en el cementerio de Mount Olivet en Queens Nueva York. Tenía solo 23
años. Ningún sacerdote ortodoxo griego quiso oficiar una misa y junto al
féretro con un ramo de flores se encontraba el Barón de Beville, a quien se le
permitió asistir a la ceremonia antes de ser deportado.
publicado en mamaejecutiva.net el 11 de junio de 2018
imagen; wikipedia.org
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