martes, 31 de julio de 2018

Viteslava Kapralova la estrella fugaz de la música checoslovaca.




Viteslava Kapralova fue sin duda la más talentosa compositora checoeslovaca del siglo, su obra y su persona permanecieron desconocidas por décadas.

Armando Enríquez Vázquez

El 16 de junio de 1940 Paris fue declarada ciudad franca, esa era la manera del derrotado gobierno francés de evitar la destrucción de la capital francesa por bombardeos de la Alemania Nazi. Miles de personas iniciaban el éxodo huyendo del totalitarismo alemán y en el hospital de St. Eloi en Montpellier al sur de Francia, la música y compositora Checoslovaca Viteslava Kapralova moría víctima de tuberculosis. Tenía tan sólo 25 años.
Viteslava Kapralova nacio en Brno el 24 de enero de 1915, que es hoy la segunda ciudad en importancia de la República Checa. Hija de un importante pianista y compositor checo discípulo de Leos Janacek, de nombre Vaclav Kapral y de una cantante de música clásica Viteslava Uhlirova. El matrimonio tenía una pequeña escuela de música en la ciudad. Uhlirova enseñó a su hija a tocar el piano cuando esta tenía tan sólo cinco años y la guio junto con Vaclav a través de la composición. Vitesleva estrenó su primera composición a la edad de nueve años y a los quince fue admitida en el Conservatorio de Brno donde estudió composición y dirección de orquesta, dos líneas de estudio que eran reservadas en especial para los hombres. Su padre que había sido su mentor y profesor parece haber entrado en dudas y mientras por un lado no dejaba de alabar los logros de Viteslava, por otro intentaba proteger a la adolescente de cualquier fracaso en las áreas que ella estudiaba y la instó en su momento a estudiar únicamente piano para heredarle su escuela y a sus alumnos, algo a lo que Viteslava no accedió y continuó con sus estudios musicales en composición y dirección.
De 1935 a 1937 continuó sus estudios, ahora en el conservatorio de Praga. Cuando terminó su instrucción en Praga se convirtió en la primera mujer en conducir la Orquesta Filarmónica de Checoeslovaquia, entre los asistentes al concierto se encontraba el compositor checó Bohuslav Matinú quien residía en Francia y había regresado a su patria para estrenar su más reciente obra Julieta, acerca de un hombre que persigue a su mujer ideal y al reconocer que jamás la habrá de encontrar en la vida decide encontrarse con ella en la tierra de los sueños.  Interesado por la joven y por su obra Martinú se entrevistó con ella y platicó con ella la idea de ir a estudiar a Paris. Viteslava desconocía el francés, pero sabía alemán lo que la inclinaba a pensar en continuar sus estudios en Viena al lado del compositor Felix von Wiengartner. Martinú logró convencerla y regresó a Paris con ella. Martinú casado y 25 años mayor que Viteslava comenzó una relación pasional con la joven, después viaja con ella a Londres y Viteslava Kapralova se convierte en la primera mujer en conducir a la Orquesta Sinfónica de la BBC el 17 de junio de 1938 en el Queen’s Hall, la orquesta interpretó la Sinfonieta Militar de Kapralova. Ese año Kapralova regresó a Praga.
La fuerza y la modernidad de su música y la poética de sus canciones, Kapralova intentó dedicarse en sus años de adolescencia a la poesía, queda demostrada en cada una de ellas, de hecho una de sus últimas composiciones fue una canción que escribió cuando Checoeslovaquia cayó bajo la invasión Nazi. La influencia de otros músicos contemporáneos como Bartok, Schoenberg, Stravinsky, Prokofiev a los que conoció en París hizo que su obra llamara la atención entre la comunidad musical europea. La relación entre Martinú y Kapralova fue apasionada, cartas que Martinú envió a Kapralova y algunas composiciones que realizaron al mismo tiempo lo demuestran, el músico no sólo habló de divorciarse, sino que juntos tenían planes de ir a Estados Unidos donde Kapralova pensaba entrar en Julliard, así se lo comunicó a sus padres a través de cartas, pero la invasión Nazi de Checoslovaquia cambió esos planes. Desde Paris Martinú le pidió a Viteslava que regresara a Paris para vivir juntos.
Martinú terminó regresando con su esposa. En 1939, de vuelta en Paris, Viteslava se volvió muy cercana a otro checo; el escritor Jiri Mucha, hijo del celebre pintor y cartelista de art noveau Alfonso Mucha, famoso entre muchos otros trabajos por sus posters para Möet & Chandon. Viteslava y Jiri se casaron en Paris el 23 de abril de 1940. A Viteslava se le había diagnosticado a finales de 1939 tuberculosis y unos días después de la boda sufrió un fuerte ataque de la enfermedad.
Jiri la llevó a Montpellier y la internó, allí permaneció hasta su muerte. Se dice que Martinú visitó su tumba antes de viajar a Estados Unidos.
Al finalizar la II Guerra Mundial, un grupo de amigos se encargaron de repatriar los restos Kapralova a Checoslovaquia.  Veinticinco años fueron suficientes para que esta extraordinaria música compusiera 50 obras, entre las que resaltan sus canciones. En una de las primeras canciones escritas por Kapralova se escucha el verso:
“Un día me preguntaras,
¿Por qué no te pregunto si me amas?
Mi silencio te dice que eres todo para mí;
Tierra, aire y luz.”
Viteslava Kapralova y su obra permanecieron en el olvido hasta que en 1997 la canadiense Karla Hartl descubre a la compositora a través de las memorias de Martinú y recupera la historia y la obra de Kapralova. En 1998 fundó una organización llamada The Kapralova Society con base en Toronto que se ha dedicado a difundir la vida y a grabar la obra de la Checoeslovaca y de otras mujeres compositoras y directoras de orquesta.



Publicado en mamaejecutiva.net el 23 de julio de 2018
Imagen: wikipedia.org

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