La perfecta paz de los suburbios no invitan a imaginar nada sórdido. Pero esa paz es sólo aparente. El infierno no está muy lejos de la superficie de esta comunidad aséptica.
Armando Enríquez
Vázquez.
Las series del norte de Europa nunca dejan de sorprenderme.
Esta producción estrenó su primera temporada en 2014 y este año estrenó su
tercera temporada en la televisión holandesa. La primera temporada es una
verdadera joya.
Nuevos Vecinos (Nieuwe
Buren) comienza como esta de moda con un asesinato, la fórmula es la de
siempre; los espectadores no sabemos quien muere, ni quien es el asesino y es a
lo largo de los diez capítulos que se va armando la trama de la serie. Además
del crimen tenemos otros elementos para hacer una mezcla de interesantes líneas
argumentales: Un policía corrupto, una mujer ansiosa por tener un hijo, casada
con un hombre infértil, un vecino voyeur, unos vecinos swingers, un niño con un
defecto congénito, narcotraficantes y una familia protestante muy religiosa.
La premisa; en Holanda como en muchos países las parejas
jóvenes que quieren salir del centro de la ciudades para ir a vivir a suburbios
que permitan una mejor convivencia familiar y un mejor ambiente para criar a
sus hijos. Eso es lo que buscan Eva, una maestra de primaria, y Peter,
periodista crítico de música contemporánea, al comprar una casa en casa en uno
de estos suburbios. Eva esta embarazada y quiere tener a su hija en el mejor
ambiente posible. La relación entre Eva y Peter lleva 8 años y como un pareja
moderna no se han casado, ella ansiaba tener un hijo, el problema es que Peter
es estéril, por lo cual deciden recurrir a un donante de esperma para lograr la
concepción. Eva tiene relaciones sexuales con el donante, pues por su pasado
profundamente religioso no puede aceptar la idea de un embarazo in vitro, ya demasiados problemas ha
tenido con su padre, un pastor protestatente, por vivir con un hombre con el
que se niega a casarse y a pesar de creer que ha roto con toda el pasado e imposición
familiar, existen cosas que Eva no ha superado. Para Peter la decisión de Eva
no ha sido fácil de aceptar, pero trata de sobrellevarla y vivir el embarazo
con cierto grado de emoción.
La llegada a la nueva casa los pone en contacto con otra
pareja joven, Rebeca una energética instructora de ejercicios y Steef un
policía de narcóticos que tienen un joven hijo llamado Sem. Rebeca y Steef
parecen la pareja perfecta, jóvenes, atractivos enamorados el uno del otro. Rebeca
y Steef son swingers.
Hay otra pareja en la pequeña cuadra, se trata de un par de
viejos; Lilly, discapacitada tras una caída y Jasper, un contador retirado,
obsesionado primero por la belleza de Rebeca, después por la vida sexual de
Rebeca y Steef a los que espía con un telescopio desde la ventana de su estudio
ubicado en la planta alta de la casa y al cual Lilly no puede acceder.
Finalmente, con destruir la imagen de Rebeca en la comunidad.
Eva tiene a su bebé, la cual muere sorpresivamente unas
semanas después, lo que la hunde en una profunda depresión y lo mismo sucede en
menor grado con Peter quien no encuentra la manera de sacar a Eva de la
depresión. Los padres de Eva acuden al funeral de la pequeña únicamente para
manifestar desprecio por su hija y la forma de vida que ha escogido llevar. La
amistad entre Eva, Peter, Steef y Rebeca se va haciendo más estrecha. Cuando
Rebeca sugiere pasar un fin de semana en una cabaña para llevar a cabo un
intercambio de parejas y distraer a la pareja doliente, lo cierto es que Rebeca
y Eva ocultan un plan para conseguir que Eva quede embarazada de Steef. La idea
es agujerar el condón que utilicen durante su relación. Lo único que no saben
Rebeca, ni Eva es que Steef es portador del gene de una enfermedad genética
degenerativa. Por eso Steef se oponía a tener hijos, hasta que Rebeca le puso
una trampa similar a la que le propone a Eva.
Sem es un niño sano, no así Daan que es el hijo mayor de
Steef y del cual Rebeca no sabe de su existencia. Steef intentará obligar a Eva
a abortar, lo mismo que Peter, pero no por las mismas razones, Jaspers ira más
allá del voyerismo y se hará de una llave de la casa de Steef y Rebeca para
pasar del voyerismo al fetichismo. Mientras Steef se ve envuelto en un robo de
estupefacientes y es amenazado por el narcotraficante local.
La perfecta paz de los suburbios reflejada en lo pulcro de
la fotografía, la belleza y luminosidad de los escenarios naturales y urbanos,
no invitan a imaginar nada sórdido. Pero esa paz es sólo aparente. El infierno no
está muy lejos de la superficie de esta comunidad aséptica y llena de
personajes con delirios de grandeza, que ven sacudida su superflua manera de
mirar al otro, de juzgarlo, al mismo tiempo que esconden los secretos de sus
vidas mezquinas. Sólo en estos suburbios de la vida moderna y civilizada de
Europa se pueden fraguar crímenes tan absurdos y radicales como el que sucede
en Nuevos Vecinos.
La tensión se va construyendo capítulo a capítulo. Una
repetitiva edición a la entrada de cada capítulo nos recuerda que lo peor esta
por venir, que al final del camino lo único que hay es muerte y un tremendo
juicio sobre el egoísmo, el amor loco e irracional y la fría pero contundente
lógica con la que se construye la desgracia final.
La serie esta basada en una novela muy exitosa con el mismo
título de la escritora holandesa Saskia Noort publicada en 2006. La forma
narrativa de la serie, los personajes y las actuaciones hacen que esta sea una
de serie realmente extraordinaria. El giro de tuerca final de la primera
temporada si no resulta del todo sorpresivo si es brillante y nos habla también
de la intolerancia que vivimos en el mundo occidental en esta época. Los cabos
sueltos y las dudas acerca de ¿Quién?, ¿cómo? y ¿por qué? Se mantienen al
llegar los créditos finales de la primera temporada.
Existen otras dos temporadas de la serie. La más reciente se
estrenó en 2018. Estoy a su búsqueda
publicado en roastbrief el 24 de septiembre de 2018
imagen: RTL
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