El discurso de Steven Spielberg en contra de las plataformas de Internet no sólo es retrógrado, es hipócrita, racista y clasista como las acciones del cineasta nos han demostrado
Armando Enríquez
Vázquez
No cabe duda que en la pasada entrega de ese premio político
que pretende ser a la creatividad llamado Oscar hubo un gran ganador y un
perdedor que no sabe perder. Hollywood no sabe perder y si pierde arrebata.
Netflix y Amazon fueron los ganadores de la noche y quien
ganó la estatuilla dorada de “un hombre desnudo” como dijo alguna vez al
ganarlo el gran Dustin Hoffman, fueron los estudios quienes no permitieron a la
creatividad y originalidad ganar y prefirieron otorgarle la estatuilla a la
versión 2.0 de “Driving Miss Daisy”.
Horas después de la ceremonia, Netflix anunció el estreno para finales de año,
temporada fuerte para aspirar a la estatuilla de Hollywood, de la próxima
película de Martín Scorsese llamada “The Irishman”
con un elenco espectacular: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci y Harvey
Keitel. Una fina manera de dar bofetada con guante blanco a la industria llena
de personajes tan acabados en su narrativa capaces de solo producir cintas
superhéroes y remakes que les aseguren la taquilla. Lo que demuestra que uno de los verdaderamente grandes de Hollywood en las últimas décadas conoce y sabe que las cosas están cambiando para no dar vuelta atrás.
Steven Spielberg quien en su momento encaró a las grandes
productoras y revolucionó la industria con sus exitosos melodramas y maestría
para contar historias triviales al fundar un nuevo estudio que pensaba derrocar
a los grandes como Disney y se ha quedado en un buen estudio productor de
cintas, tronó contra la plataforma de Netflix y por extensión en contra de
Amazon, que también compitió en los premios Oscar este año con la otra gran
película “La Favorita.”
El director de “Tiburón” y en su momento chico maravilla del
cine norteamericano, hoy uno de los más importantes y legendarios personajes de
la industria hollywoodense y uno de los gobernadores de la Academia de Cine en
Estados Unidos piensa lanzar una campaña en contra de los servicios de
streaming para que no sean incluidos en los premios de dicho organismo. El
cineasta septuagenario parece haber perdido su espíritu emprendedor para
convertirse en todo aquello contra lo que luchó hace cuarenta años.
Netflix no tardó en responder al viejo director de cine con
un tweet “Amamos el cine. Aquí otras
cosas que amamos. Acceso a la gente que no puede pagar una entrada al cine o en
cuyas localidades no existe un cine. Permitir a todos en cualquier parte del
mundo disfrutar los estrenos al mismo tiempo. Dar a los cineastas mas formas
para compartir su talento. Estos puntos no se excluyen entre sí.”
Ninguno de los estudios hubiera producido “Roma”, “La Favorita” o “La Balada de Buster
Scruggs”, sin duda la más menosprecida de las tres, pero una película de
enorme talento y extraordinarias historias. Las tres con nominaciones y tanto “Roma” como “La Favorita” ganadoras de premios en diferentes categorías. Lo que
más debe molestar a Spielberg es que “Roma”
producida por Netflix ganó mejor dirección, mejor fotografía, además del premio
a la mejor película extranjera. “La Favorita”
por su parte se llevó la estatuilla por la mejor actuación femenina, aunque
estaba nominada en las categorías de dirección y fotografía que ganó “Roma”. La irrupción de las grandes
productoras de Internet a los premios de academia mostró la fuerza de una nueva
industria mundial. La absurda respuesta de los estudios al nominar una mediocre
cinta de superhéroes, por más taquillera que haya sido, como Pantera Negra,
únicamente por poner el tema de raza en en pantalla es ridículo, sobre todo
porque estaba la extraordinaria cinta “El
Infiltrado del KKKlan” de Spike Lee quien, desgraciadamente, ofende las
buenas y racistas manera de los estudios y de Spielberg por su activismo
afroamericano.
Hollywood es en los tiempos de inclusión actual cada día más
discriminante. Las pugnas al interior de la Academia son claras, la más obvia y
patética fue el no poder resolver la falta de conductor para su ceremonia
principal, así como la ausencia de muchos de los grandes del medio. Muchas de
las grandes películas producidas por estadounidenses en las últimas décadas
surgen en circuitos ajenos al de la Academia, como en el Festival Sundance o el
Tribeca en Nueva York y en empresas productoras modestas, distintas a las
grandes productoras. Hoy, Hollywood, sus productoras y directores quieren
alejar de sus consideraciones al futuro de la industria y probablemente, en un
principio terminen lográndolo. No por mucho tiempo, afortunadamente, porque uno
de los grandes protagonistas de la cinematografía está por mudarse en buena
medida a Internet. La inminente llegada del servicio de streaming de Disney
debe poner en su lugar a Spielberg y los que lo sigan en su idea de vetar a los
servicios de streaming de los premios de la industria cinematográfica de
Estados Unidos. Una industria que como muchas otras esta en un proceso de
evolución que nadie puede detener.
Con el paso de las semanas cuando se presentó la plataforma de
Apple para distribuir contenidos propios se presentó a Steven Spielberg como
uno de los autores que trabajará para Apple, incluso se sabe que el cineasta
está abocado a la creación de una serie de monstruos entre otras cosas, como si
el norteamericano quisiera demostrar algo en contra del “amo de los monstruos en
el mundo” Guillermo del Toro. Spielberg, es claro, no sabe perder, no sabe
evolucionar y no quiere que nadie más lo haga.
Una primera versión de este texto se publicó el 11 de marzo de 2019 en roastbrief.com.mx
imagen: wikimedia.en.org
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