La noche del 15 de junio de 1955 el juez Curtis Chillingworth y su esposa fueron secuestrados y nunca más fueron vistos. Un podcast extraordinario cuenta la historia.
Armando Enríquez
Vázquez
El periodismo de investigación combinado con diferentes
formas narrativas que lo acercan al arte sobre todo cuando de crímenes de
historias de la nota roja se trata es algo que los norteamericanos saben hacer
muy bien desde el maravilloso libro de Truman Capote A Sangre Fría. Ya
sea a manera de novela, de documentales siniestros como Bowling for
Columbine de Michael Moore o Abducted in Plain Sight producido por
Netflix y dirigido por Skye Borgman, la forma narrativa en que los
autores/periodistas o investigadores llevan a cabo sus trabajos para atraer a
las audiencias toma diferentes vueltas.
También es cierto que los sitios de internet, programas de
radio, televisión, canales de Youtube y podcast acerca de crímenes y criminales
son uno de los mayores lugares comunes en la actualidad, la necesidad de las
actuales generaciones por escuchar historias que rayan en lo gore, se aleja
totalmente de la premisa inicial del esencial Amor y Occidente de Denis de
Rougemont que inicia diciendo: ¿Caballeros os gustaría escuchar un cuento de
amor y de muerte?... Hoy han cambiado los parámetros y nos contentamos, nos
emocionamos solamente con la historia de la muerte, la adición amorosa en sólo
otro, entre muchos, ingrediente para sazonar las historias de psicópatas,
asesinos seriales y otros pervertidos que han podido hacerse de un lugar, a
fuerza de un elogio a la violencia, en la historia al menos de las paginas
rojas de los siglos XIX, XX y XXI.
En ese estilo descriptivo, descarnado que decide escoger un
acto criminal para hablar de una sociedad que se descompone y que como
consecuencia en el tiempo tiene las masacres y tiroteos cotidianos, Jonathan
Paine y John Maass, junto con dos casas productoras llamadas Texas Crew
Productions y Nighthouse Films, decidieron hacer un trabajo extraordinario
acerca de uno de los asesinatos más importantes en Florida y uno de los más
impactantes en la historia de Estados Unidos. El podcast lleva el nombre de la
víctima: Chillingworth. Ambos investigadores son amigos desde la
infancia y crecieron en la zona donde se cometió el crimen y han oído hablar
del este caso que es muy importante en la historia del estado y de la nación
americana porque se trata del asesinato de un juez estatal. Para fortuna de
ellos en sus investigaciones buscando a los sobrevivientes de la historia,
llegaron a su mano una serie de cintas con interrogatorios y materiales
grabados de audio de personas confidentes de la policía que ayudaron a capturar
a los asesinos.
La noche del 15 de junio de 1955 un juez llamado Curtis
Chillingworth y su esposa fueron secuestrados por dos hombres armados y nunca
más fueron vistos. Sus cadáveres jamás han sido recuperados y el matrimonio
murió de una manera terrible al estilo de los cuentos de mafia, con un peso
fueron lanzados al Océano Atlántico.
La policía en un Estado del sur infiltrado por la mafia,
llevó a cabo una pobre labor en la casa del Juez, porque las actividades y
decisiones de Chillingworth iban en contra del crimen organizado, era además un
juez que no era racista, en una zona altamente racista a mitad del siglo XX en
Estados Unidos, un país que continúa siendo racista. Pero curiosamente el
crimen no fue llevado a cabo por la mafia, ni por los cuerpos policiacos que se
enriquecían con las actividades del crimen organizado. El motivo si estuvo
fundamentado por la corrupción, pero sobre todo por la ambición y los delirios
de grandeza de otro Juez de un circuito menor llamado Joe Peel.
La trama compleja es magistralmente desarrollada de una
manera impecable creando el retrato de tres personajes criminales de una manera
que no deja de recordar el libro de Capote, pero sin la obvia cercanía entre
los autores y los criminales. Joe Peel, Floyd Holzapfel y Bobby Lincoln están
retratados para contar a partir de su historia personal, una historia social de
la posguerra y los personajes alrededor de los mismos, el fiscal y el detective
a cargo de llevar a cabo la investigación y la estrategia parta descubrir a los
asesinos es impecable. En trece capítulos se cuenta la historia de los cinco
años posteriores al asesinato y como finalmente se resolvió el caso.
La historia, la construcción de la investigación y la
producción para construir un muy atractivo podcast documental como pocas veces
he escuchado. 13 capítulos de la historia del asesinato de Chillingworth son
solo el pretexto para dibujar una viñeta muy reveladora de Florida en los años
cincuenta. Así como las consecuencias sociales que el caso Chillingworth
también tuvo en materia derechos humanos y raciales en un país que aun es
incapaz de verse al espejo y reconocer su racismo.
La reconstrucción a través de las cintas de los
interrogatorios y de los micrófonos escondidos en el cuarto del hotel donde
Floyd Holzapfel terminó por confesar sus actividades criminales y el asesinato
del Juez Chillingworth y su esposa crean la tensión necesaria para que se
puedan escuchar los 13 episodios con duración promedio de 25 minutos. Música, apuntes
dramáticos a partir del sonido, narración a dos voces que se refuerzan por el
material de las cintas originales, hacen de Chillingworth un trabajo muy
detallado e interesante, demostrando como siempre la capacidad de los
materiales de audio que pueden ser más atractivos que las realistas imágenes a
las que estamos acostumbrados.
Chillingworth recupera lo mejor del reportaje de
investigación y el formato de radionovela para entregar un podcast
extremadamente atractivo en todos los sentidos.
Chillingworth pretende ser la primera entrega de una
serie de los autores que se llama Worst of Men.
imagen: Texas Crew Productions
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