En los tiempos de la prohibición del alcohol en Estados
Unidos la lucha encabezada por Elliot Ness, tenía también un grupo de agentes
femeninas, Daisy Simpson era una de ellas.
Armando Enríquez
Vázquez
Una mujer de alrededor de 30 años, camina por las calles de
San Francisco, de pronto se desmaya justo afuera de lo que se sospechaba era un
bar. Era los años de la prohibición en Estados Unidos. Después de una rápida
mirada entre los cuidaban la entrada del escondido local, deciden acercarse a
la muchacha con un vaso de whisky para reanimarla, al hacerlo sin sospecharlo
se han condenado y han delatado sin quererlo al local y su dueño; la joven en
la acera es una de las muy pocas agentes que trabajaban para el Departamento
del Tesoro de Estados Unidos combatiendo el consumo de alcohol y a las redes de
crimen organizado que lo fabricaban, distribuían y vendían, algo similar a lo
que sucede hoy con las drogas. Su nombre Daisy Simpson, su vida fue un ejemplo
entre los agentes que lucharon contra los que violaban la Ley Volstead, que
prohibió el consumo, la producción y el transporte de bebidas alcohólicas en
Estados Unidos.
Su identificación oficial muestra a una mujer que parece una
puritana, con una mirada apacible y ropas negras sencillas, con esa apariencia
Simpson podía engañar a cualquiera, pero su afición a disfrazarse, caracterizarse
para llevar a cabo sus misiones, era una de sus características y junto con trucos
como el descrito al inicio del texto hicieron que la prensa pusiera el lente y
las plumas en ella.
Daisy Simpson nació en Dayton, Washington en 1890. Durante
su juventud vivió de manera desenfrenada, ligada a delincuentes locales, consumiendo
grandes cantidades de alcohol, así como drogas. Poco a poco el desenfrenó fue
desapareciendo y cuando inició la I Guerra Mundial Simpson se unió a los grupos
de la policía de San Francisco que promovían “una moral correcta”. Su entusiasmo
la llevó en 1921 a llenar una solicitud de empleo con el Departamento del Tesoro
para atrapar a los traficantes de alcohol.
Su objetivo no eran los peces grandes, eran los pequeños aprendices
de gangster, los delincuentes casi comunes que traficaban con pequeñas
cantidades de alcohol. Su trabajó no se limitó a la ciudad de San Francisco, y
llevó a cabo misiones en el centro de Estados Unidos en ciudades como Chicago y
Milwaukee, así como en el este de aquel país en Baltimore y la mismísima urbe
de hierro; Nueva York. Incluso en el estado de California su área de trabajo no
se limitó a la San Francisco; Simpson trabajo en el Valle de Napa donde logró
un gran número de arrestos. La forma de actuar de la joven no se diferenciaba
de la de sus compañeros hombres en el sentido de hacer lo necesario para llevar
a los criminales ante los tribunales, pero además aprovechaba sus cualidades
histriónicas para disfrazarse y engañar a los delincuentes. A diferencia de los
arrestos efectuados por los hombres, los jueces en más de una ocasión rechazaron
las acciones de Simpson y soltaron a los acusados.
Simpson se retiró en 1925. Existen dos versiones; la primera
es que enfermó gravemente y tuvo que ser hospitalizada, parece una versión
oficial y como librando al gobierno de cualquier acción que hoy en día parecería
machista y políticamente incorrecta, pues la otra versión asegura que cuando en
1925 el gobierno norteamericano prohibió la existencia de mujeres agentes,
Daisy se rehusó a sentarse detrás de un escritorio o a trabajar como
secretaria.
Al año siguiente Daisy volvió a los titulares de los diarios,
esta vez la detenida fue ella. En El Paso, Texas Simpson fue apresada por posesión
de drogas una vez en prisión y sin el dinero para pagar la fianza, se disparó
en el estómago con una pistola que logró introducir en la celda.
A pesar de que los pronósticos médicos no eran los mejores,
pues la herida se infectó. Daisy Simpson sobrevivió y por segunda vez se alejó
de los vicios. Fue absuelta por el jurado de los cargos que se le imponían. Como
cuento de princesas, se casó, tuvo hijos y fue feliz por el resto de su vida
que terminó el 12 de noviembre de 1940.
imagen: prologue.blog,archives.gov
No hay comentarios:
Publicar un comentario