A los mexicanos el tema de la conquista es algo que nos conflictúa. Se trata de algo que no sabemos como asumir y al parecer nunca nos ponemos de acuerdo y hasta nos molesta tocar el tema.
Armando Enríquez
Vázquez
La tradición por las telenovelas y mocudramas históricos que
en la televisión mexicana inició Televisa en la década de los sesenta con La
Tormenta, una historia sobre Juárez, y Los Caudillos acerca de la
Independencia. Fueron largas telenovelas de excelente factura y bien escritas
que marcaron una época importante en la televisión mexicana, por la entrada de
la historia en las salas de las casas de la clase media mexicana. Tristemente
después con el avasallamiento de Emilio Azcárraga Milmo a Luis Echeverria y más
tarde al PRI, Televisa produjo otras telenovelas históricas en los ochenta y
noventa que, a diferencia de las primeras, resultaron intrascendentes,
pretenciosas y como todo lo que se produjo en la empresa bajo su dirección:
oficialista y mediocre.
En 2018, bajo la vicepresidencia del colombiano Isaac Lee en
Televisa, en alianza con Amazon Prime y ya bajo el formato de series y
miniseries, se logró contar de manera digna, la historia desde Palacio Nacional
con sus intrigas y ambiciones, de los sucesos que desembocaron en la matanza de
Tlatelolco en 1968. La extraordinaria miniserie Un Extraño Enemigo disfraza
y ficcionaliza un poco la historia sobre todo a uno de los protagonistas
históricos, que gracias a la magistral personificación de Daniel Giménez Cacho,
es fácil descubrir que se trata Fernando Gutiérrez Barrios, el siniestro
político mexicano que estuvo detrás de la inteligencia mexicana en la década de
los sesenta y setenta y más tarde sería Secretario de Gobernación y Gobernador
del estado de Veracruz.
Este año le tocó su turno a TV Azteca, de la mano de History
Channel y Amazon Prime, que nunca había contado una ficción histórica y menos
de la magnitud y las implicaciones de la historia de la Conquista. Hernán
es, en el mejor sentido de la palabra, una serie ambiciosa que no exagera en
sus recursos de producción, basada más en una buena pluma para contar la
historia.
A los mexicanos el tema de la conquista es algo que nos
conflictúa. Se trata de algo que no sabemos como asumir, el mismo presidente
pretende que los españoles se disculpen por la conquista, sin darse cuenta que
ese brutal encuentro entre dos civilizaciones dio como resultado nuestra patria
y lo que somos todos los mexicanos con nuestros rencores y actitudes. La
fundación de una nación mestiza, católica o al menos cristiana que nada o muy
poco tiene que ver con los habitantes originales de la gran urbe que ocupaba el
lago del Valle del Anáhuac llamada Tenochtitlan, ni con los españoles que
llegaron para habitarla y en un gran número de casos quedarse a vivir en esta
nueva tierra.
Abordar el tema, sin importar quien produce, implica
enfrentar ojos críticos en ambos extremos de la historia y llenos de prejuicios
que ven lo que quieren ver y omiten lo que no quieren ver. La serie como dije
antes me parece muy bien escrita, en general bien actuada, no existen grandilocuencias,
ni estridencias en esta primera entrega de 8 episodios que nos cuentan desde la
llegada de Pánfilo Narváez hasta la historia hasta la Noche Triste, con sus
flashbacks a la infancia y adolescencia de Cortés y de algunos de sus soldados
como Bernal, en la segunda temporada que espero que haya, quiero ver algo esos
flashbacks acerca de Cuauhtémoc y otros personajes mexicas.
A pesar que la serie parece sobria y solemne, no existe una
recreación de las grandes matanzas de los españoles que emulen a las series y
películas norteamericanas con su rebuscado sentido de la violencia. La
violencia de Hernán resulta igual o más contundente que la violencia
escenificada a partir de efectos de computadora. La recreación por computadora
es la ciudad de Tenochtitlan y del templo mayor que resultan impactantes y
ayudan a darnos una idea del tamaño de la gran metrópoli azteca a la que
llegaron los españoles.
La historia es por de más conocida y como en el caso de
muchas novelas históricas, lo que importa se encuentra en la visión particular
que desde el siglo XXI, tienen los creadores sobre los hechos y los
protagonistas. La representación de Cortes es la de un hombre común y corriente
físicamente, no es el galán que podrían haber puesto unos productores
norteamericanos racistas, tampoco es la aberración sifilítica de Diego Rivera,
quien jamás superó sus complejos históricos. Oscar Jaenada, un buen actor
español, lleva a cabo la labor de recrear a un complejo Cortés que va más allá
de la villanía que le asigna la melodramática historia oficial mexicana. En el
caso de Moctezuma es la extraordinaria interpretación de Dagoberto Gama, que da
una dignidad al emperador mexica que las crónicas de los mexicas no le otorgan.
Xicoténcatl interpretado por Jorge Antonio Guerrero quien en la serie de
Netflix Colosio interpretó a Mario Aburto, es uno de los grandes
aciertos de la serie a diferencia de La Malinche y no porque la actriz Ishbel
Bautista sea una mala actriz, incluso se ven grandes momentos de maestría en su
actuación, pero La Malinche debió haber sido una mujer que independientemente de su astucia, inteligencia
y capacidad de manipular la situación al ser la única interprete entre dos
personajes que se enfrentaban a culturas tan disímbolas y lejanas logró que se
mantuvieran en lo posible términos cordiales, debió haber sido una verdadera
belleza, una especie de la Cleopatra de este lado del Atlántico, que hizo a
Cortés perder los caballos por ella. En Carlos Rey Emperador, la serie
de RTVE, la actriz mexicana Iazua Larios que interpreta a La Malinche, es en
ese sentido una mejor Malinche, independientemente de ser una extraordinaria
actriz, lo que es cierto es que probablemente ya no diera la edad requerida por
el personaje, pero creo que en ese sentido Benjamín Salinas pudo haber sido un
poco más exhaustivo en su casting. La actuación gran femenina en Hernán es,
sin lugar a dudas, la de Mabel Cadena en el papel de la Tecuelhuetzin, la
hermana de Xicoténcatl y mujer tomada por Pedro de Alvarado. El odio contenido
de esta noble tlaxcalteca por Moctezuma y todos los mexicas la lleva a cometer
cualquier acto con tal de lograr su venganza desde la sumisión machista de
Tlaxcaltecas y españoles por igual.
Me gusta la forma en que esta escrita la relación entre
Cortés y Moctezuma; el respeto que Cortés tiene del Emperador mexica, la cierta
empatía por él y su situación al grado de asesinarlo con ese ambiguo sentido
del honor y catolicismo que muestra el personaje del conquistador español en la
serie. La forma de manejar las situaciones de manera diplomática al ser
consciente de su situación en desventaja y ser consciente del peligro que corre
en el centro del Imperio siendo una minoría exótica.
La serie tiene una sobriedad en su producción
que me recordó a Isabel y Carlos Rey Emperador de RTVE, algo que
ayuda a centrarse en la trama y no en la producción. Recomiendo mucho verla,
porque creo que este es la continuación de la evolución que nos permitirá ver
series acerca de la historia de nuestro país de una forma totalmente diferente
a la oficial. A principios del siglo Benjamín Salinas produjo y propuso la
primera serie mexicana, al estilo de las norteamericanas; Drenaje Profundo,
la cual se puede ver después de muchos años también por Amazon Prime.publicado en roastbrief.com.mx el 23 de diciembre de 2019
imagen amazon prime
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