Esta talentosa neozelandesa junto con Agatha Christie,
Dorothy L. Sayers y Margery Allingham es
una de las reinas de la novela criminal inglesa de principios a mediados del
siglo pasado.
Armando Enríquez
Vázquez
Inglesa por ser parte del Imperio Ingles, neozelandesa por
su lugar de nacimiento, Edith Ngaio Marsh es una de las escritoras de novela
más olvidadas en nuestros días, casi desconocida en nuestra lengua y sin
embargo una mujer de gozo en sus días de un éxito similar al de su contemporánea
Agatha Christie. Su detective, el inspector Roderick Alleyn miembro de la policía
metropolitana de Londres protagonizó 32 novelas, escritas entre 1934 y 1982.
Ngaio nació el 23 de abril de 1895 en Merivale un suburbio
de Christchurch en Nueva Zelanda. Su nombre de origen Maorí sirve designa a
arbusto originario de Nueva Zelanda, así como un insecto. Ngaio fue hija única.
Su padre, Henry Edmund Marsh, era un empleado bancario, algo
que siempre intrigó a la escritora porque de acuerdo con lo que ella pensaba
sera un trabajo en el que no podía imaginarse a alguien como su padre. Su madre
Rose Elizabeth Seager era una actriz reconocida en Nueva Zelanda. Estudió en
una escuela para mujeres de la que fue sacada debido a que su imaginación, su
introversión y su timidez la convirtieron en la víctima de burlas de sus compañeras.
De los 10 a los 14 años su educación se llevó a cabo en su casa y la encargada enseñarla
fue su madre y diferentes institutrices.
A partir de 1913 Ngaio Marsh comenzó a acudir a la Universidad
de Canterbury, fue durante el periodo universitario cuando Marsh comenzó a publicar
cuentos, artículos de diferentes temas y poemas en el periódico Christchurch
Sun. También compuso algunas canciones. En 1919 participó en una compañía
neozelandesa de teatro dedicada básicamente a obras de Shakespeare en una gira
por aquella nación y al terminar esta en 1920, participó en 1921 en otra, esta
vez con una compañía dedicada al teatro de comedia, después se convirtió en maestra
en la Escuela de Danza y Actuación Wauchop. Entre 1912 y 1924 escribió 5 obras
de teatro.
En 1927 intentando convertirse en pintora se unió al Grupo,
una asociación de artistas neozelandeses que se oponían a los cánones establecidos
del arte conservador en aquella nación y aunque Marsh pintó a lo largo de su
vida, el cambió estaba por venir al año siguiente cuando viajó y se estableció
en Londres.
De acuerdo con una entrevista, ella jamás pensó en
convertirse en escritora. En Londres estableció junto con una amiga una empresa
de decoración de interiores, su madre pasaba algunos periodos con su hija y fue
en un fin de semana lluvioso en Londres, sola en su departamento cuando Marsh
descubrió entre las cosas de su madre un libro de Agatha Christie y tras leerlo
se preguntó si sería capaz de escribir una novela de detectives, así que bajo el
aguacero salió a comprar lápices y cuadernos y comenzó a escribir la que sería
su primera novela; Un hombre muerto. Le mostró los primeros capítulos a
su madre que la impulsó a continuar y una amiga le entregó la novela terminada
a un agente editorial que consiguió que la novela se publicara. Como ella misma
lo cuenta jamás sufrió de la ansiedad de que su obra fuera rechazada pues nunca
se imaginó como escritora y lo mejor en ese sentido; su obra fue aceptada por
una editorial al primer intento.
El año de la publicación de su primera novela Marsh regresó
a Nueva Zelanda para cuidar de su madre que había enfermado de gravedad, tras
la muerte de Rose, Ngaio se encargó de cuidar de su padre hasta su muerte en
1948, pero esos años no significaron un encierro para Marsh, en 1937 viajó a
Europa y tuvo una estancia de un año, en 1941 comenzó también a dirigir teatro
para la Universidad de Canterbury y escribió en esos 16 años casi un número
igual de novelas del Inspector Alleyn. Así como algunos cuentos, otro género al
que dedicó su creatividad. Marsh fue uno de los pilares del surgimiento del teatro
en Nueva Zelanda, llevó a su compañía en gira por Australia.
Tras la muerte de su padre, Marsh comenzó a dividir su vida
entre Londres y Christchurch, el éxito de sus novelas le permitía vivir en los
dos continentes sin ningún problema.
En 1962, su obra de teatro infantil The Wyvern and the
Unicorn fue adaptada como una ópera por el músico neozelandés David Farquhar,
Marsh se encargó del libreto de la ópera.
En 1966 publicó su autobiografía titulada; Black Beech
and Honeydew. Una edición corregida y aumentada por Marsh apareció en 1981.
Ngaio Marsh murió el 18 de febrero de 1982 en su casa de
Christchurch, Nueva Zelanda. En 1948 se le otorgó la Orden del Imperio Británico
por su contribución al teatro de Nueva Zelanda y en 1966 el titulo de Dama del
Imperio Británico. La sociedad de escritores de novelas de misterio de Estados
Unidos le otorgó en 1978 un premio a los logros de su carrera. A partir de 2010 se instituyó el premio a la mejor
novela policía Ngaio Marsh, para el escritor neozelandés o residente en aquel
país. El premio se otorga en tres categorías; mejor novela policiaca, mejor
primera novela policiaca y mejor libro de ensayo policiaco.
imagen: wikipedia.org
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