Lorena vive inmersa en la soledad y majestuosidad de la Sierra Tarahumara, en su natal Ciénega de Norogachi en Guachochi un municipio de Chihuahua y corre ultramaratones por el mundo.
Armando Enríquez
Vázquez
Buscando entre la enorme y la gran mayoría de ocasiones poco
atractiva oferta de las plataformas con contenidos de entretenimiento me tope
con verdadero diamante producido por Netflix y dirigido por el documentalista
mexicano Juan Carlos Rulfo, que se estrenó en noviembre del año pasado. En una
época en que nos perdemos en contenidos deportivos muy engañosos y sesgados
como las biografías de las grandes estrellas del deporte internacional y que a
veces pecan abusar en el chisme y el escándalo, más que centrarse en los logros
y características técnicas y físicas que hicieron a estas figuras lo que son. Sus
consejos de crear estrategias y métodos personales, métodos que los disciplinaron
para ser quienes son dentro de su deporte o en el imaginario popular y que
además pretenden ser etiquetados como documentales son obviados por contenidos
más frívolos, ante esa oferta el trabajo de Rulfo resalta por mil y un razones.
La primera de ellas es porque retrata de una manera veraz y
muy sencilla una deportista poco convencional, una mujer de una ingenuidad,
soledad, fuerza y sobre todo disciplina férrea que ya quisieran todos los
mediocres futbolistas de este, nuestro país de pan y circo. La segunda por la
fuerza narrativa con las que Juan Carlos Rulfo nos deja penetrar en la medida
de lo posible en el universo particular y cerrado de Lorena, la protagonista, la
cámara en close up que con su silencio nos dice más sobre la mujer, que
cualquier narración o respuesta que pudiera tener el documental. Lorena es una
muy joven mujer raramuri (tarahumara) dedicada a correr ultramaratones al
interior de la imponente Sierra Madre Occidental en su parte del estado de
Chihuahua, que da título al documental de Rulfo: Lorena la de los pies
ligeros.
Lorena de 22 años, en el momento de la filmación, hoy de 25,
vive inmersa en la soledad y majestuosidad de la Sierra Tarahumara, en su natal
Ciénega de Norogachi en Guachochi un municipio al suroeste del estado. El nucleó
social de Lorena se reduce a su familia cercana, padre, madre y hermanos pues
como el padre dice los vecinos más cercanos están muy lejos. Lorena corre y
corre lo que se llaman ultramaratones, corre distancias mayores a los 42.5 Km
de una maratón en una sola carrera y por lo general y de acuerdo con sus
tradiciones corre con falda y siempre con sus zapatos de diario. Una especie de
sandalias y zapato muy sencillo.
Ha corrido la maratón de la Ciudad de México, pero ha
participado en estas largas carreras también en España y Japón. Lorena es
reconocida a nivel internacional y desconocida, como siempre, en nuestro país.
Los paisajes con los que inicia el documental contrastan con
los cuatro meses de confinamiento y nos recuerda en una reflexión alterna la
grandeza y belleza de México que todos los gobiernos desde hace treinta años
han ido cediendo a los grupos del crimen organizado, mientras que las
secretarias turismo, economía y los gobiernos de los estados han olvidado hacer
su trabajo. Pero las reflexiones realmente importantes de un trabajo como el
Juan Carlos Rulfo son como siempre la manera en que discriminamos a los pueblos
originarios de nuestro país, a sus representantes, sobre todo a sus mujeres y
como los organismos y federaciones deportivas que son verdaderos elefantes
blancos que le cuestan al país y no promueven no forman deportistas, junto con
la grandeza de espíritu y alma que nada tienen que ver con el dinero o el poder
o esa estupidez tan humana a la que se hadado por llamar raza.
Reflexión aparte es también que cuando los reflectores van a
una mujer como Yalitzia, las redes se polarizan, pero los whitexicans no pueden
opacar ni sus triunfos, ni su valía y no quiero parecer parte de estos, pero
Yalitzia tuvo los reflectores desde que Cuarón la seleccionó, sin embargo,
nadie reparó en la portada y el reportaje que Vogue le dio a Lorena el pasado
mes de noviembre y la trascendencia de esta atleta de alto rendimiento de
nuestro país que tiene como se ve en el documental un pequeño cuarto lleno de
sus preseas, algunas de las cuales desde su humildad de espíritu ni siquiera
recuerda donde las ganó.
Una de las grandes secuencias del documental de Juan Carlos
Rulfo es cuando le regalan a Lorena unos tenis Nike para correr, ella abre la
caja con una sonrisa y después reflexiona acerca de cómo nunca los va a usar
porque la gente contra la que compite usa ese tipo de calzado y no le pueden
ganar.
En otro momento Lorena cuenta con esa voz que es un hilo de
timidez, su hermano la compara en una secuencia con un venado, como hoy todos
quieren tomarse fotos con ella, concluyendo con: Yo sé que un día nadie querrá
tomarse una foto conmigo, y no lo dice con dolor, ni tristeza lo hace con esa
certeza de que la vida y todos sus eventos son efímeros, con una sabiduría y convicción
de la que carecemos la mayoría de los seres humanos.
Lorena la de los pies ligeros, es un diamante de
muchos kilates entre la producción nacional e internacional, es un documental
concreto que celebra, antes que nada, en el tiempo necesario, la corta vida de
esta mujer raramuri con la que nadie se querrá tomar una foto en unos años,
pero de la que Juan Carlos Rulfo ha dejado el testimonio de su grandeza.
publicado en roastbrief.com.mx el19 de julio de 2020
imagen Netflix.