miércoles, 7 de abril de 2021

Películas desastrosas, películas exitosas.



Tres de los más polémicos directores de cine han merecido grandes cintas cinematográficas de directores que los han expuesto o reivindicado como quiera verse.

Armando Enríquez Vázquez

Acabo de ver la película de James Franco The Disaster Artist (2017) acerca de un personaje sui generis, por decir lo menos, Tommy Wiseau, creador de The Room (2003), la que muchos críticos de Estados Unidos consideran la peor película de la historia, pero que entre ciertos sectores de la población de aquel país se ha convertido en una cinta de culto, como ha sucedido con otras películas excepcionalmente malas como The Rocky Horror Picture Show (1975), Killer Klowns of Outer Space (1988), The Attack of the Killer Tomatoes (1978) o la celebérrima Plan 9 from Outer Space (1959).

La película de Franco, estelarizada por él mismo en el papel de Wiseau y su hermano Dave en el papel del principal amigo de Tommy, Gregg Sestero. A pesar de haber sido nominada a un premio Oscar por su guion y que el trabajo de Franco fuera premiado con el Globo de Oro por su actuación, no me pareció nada espectacular, pero me recordó una de las cintas mas olvidadas de Tim Burton, Ed Wood (1995), sobre el director y escritor de Plan 9 from Outer Space y de su relación con Bela Lugosi en lo que sería la última cinta del actor que encarnó a uno de los vampiros más famoso en la historia del cine. Ed Wood de la misma manera que Tommy Wiseau se empeñó en llevar a cabo cintas que se han vuelto de culto en Estados Unidos a partir de características nada deseables, mala factura, pésima dirección y un argumento inverosímil plagado de diálogos burdos.





Ed Wood también fue merecedora del reconocimiento de la Academia Cinematográfica estadounidense, la actuación de Martin Landau en su papel de Bela Lugosi fue merecedora de la estatuilla al mejor actor de reparto. Y la película fua aclamada mundialmente, Johnny Deep quien interpretó al excéntrico productor, director y escritor hollywoodense de la década de los cincuenta fue reconocido por Círculo de Críticos de Londres como el mejor actor del año.

Tanto Franco como Burton decidieron llevar a la pantalla la historia de dos personas que con ideas bastante malas han logrado trascender en la cultura cinematográfica de Estado Unidos estando en un lugar que nadie puede envidiar. Sin embargo, ambos directores lograron descubrir que las verdaderas historias y personajes cinematográficos eran los dos creadores de cintas y aquellos que decidieron creer y suscribir sus locuras, personas que confiaron por diferentes razones en Wood y Wisaeu.

Las películas de Wood o el bodrio de Wiseau son el resultado de la testarudez de dos personajes carismáticos, con hambre por trascender a pesar de su ignorancia y con nulas de aprender. Hombres excepcionales, que se volvieron las verdaderas singularidades de un sistema de estrellato que devora a decenas de miles de jóvenes mediocres anualmente y la visión tanto de Burton como de Franco nos permiten ver una de las realidades más claras de nuestros días, las ideas no se pueden sostener sin una estructura y una educación que las sustenten. Si bien la visión personal de los directores nos propone una realidad atractiva de Wiseau y de Wood. En el caso de Franco la historia de un curioso personaje con disponibilidad a millones de dólares sin que hasta la fecha quede claro su origen y en el caso de Burton la mirada a un excéntrico que en mucho se parece a los personajes de las ficciones del gran director. Ambas cintas provocaron la edición de libros y producción de programas sobre ambos personajes.





En México existe también el caso de un director, productor y actor que bien podría ser la versión nacional de cualquiera de los dos estadounidenses; Juan Orol. A diferencia de Wood o Wiseau, Orol, fue un director muy prolífico llegó a filmar cuatro cintas en un año, tres al mismo tiempo y bajo el mismo presupuesto. Orol a pesar de las críticas a sus cintas que en su momento fueron feroces, continuó produciendo y es un director odiado por unos y por otro lado desde hace décadas ha sido objeto de culto. Se han publicado libros sobre el director nacido en Galicia, realizador de cintas del género de cintas de gangsters y cabareteras. Su filmografía incluye películas como Charros vs Gangsters (1947) y su secuela El Charro del Arrabal (1948), Cabaret Shangai (1950), Zonga, el ángel diabólico (1958), El fantástico mundo de los hippies (1968), de entre más de 35 películas. Orol gozó de cierto éxito con sus cintas, sobre todo al inicio de su carrera a diferencia de Wood y Wiseau.

En 2012 se estrenó la película El fantástico de mundo de Juan Orol del director Sebastián del Amo sobre la vida del gallego-mexicano. Roberto Sosa interpretó a Orol y su actuación le valió el Ariel a la mejor actuación ese año.

El ojo creativo de Franco, Burton y del Amo supieron aprovechar a personajes excéntricos que tuvieron para bien sus minutos de fama negativa y lograron lo que ellos no pudieron; buenas películas.

Publicado originalmente en roastbrief.com.mx en noviembre 2020


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