Aquí una serie fresca, llena de situaciones realmente graciosas que lograron arrancarme más de una carcajadas y sin el estigma moralino de otras.
Armando Enríquez Vázquez
Netflix estrenó Sexify,
una serie polaca de 8 episodios que refresca el género de las series de
jóvenes en busca de entender el sexo y diferenciar entre sexo y amor. La serie
no niega su origen europeo y a diferencia de las clásicas propuestas de
insulsas películas y series norteamericanas o peor aun mexicanas o españolas
sobre el tema, Sexify llama al pan; pan y al coño; coño. Sexify es una
serie fresca llena de situaciones realmente graciosas que lograron arrancarme
más de una carcajada.
Siempre me acercó
a este tipo de series con muchas reservas por los problemas que la falsa moral
de las series arriba mencionadas impone en sus personajes y situaciones, así
como por lo sencillo que es caer en el lugar común de la vulgaridad. Sin
embargo, Sexify tiene una visión muy fresca y atractiva del eterno tema
del despertar, en este caso tardío al sexo y al amor.
Uno de los
problemas de las series y películas estadounidenses acerca del tema siempre es su
artificial moral que les impide acercarse al desnudo o las escenas sexuales,
algo que en la propuesta polaca no sucede. Cómo en la vida real el desnudo no
impide las actuaciones y actitudes que uno tiene cuando está vestido.
A partir de tres
personajes Natalia (Aleksandra Skraba) una joven que esta por graduarse de la
universidad y su proyecto final es el desarrollo de una aplicación sobre el
sueño con la que espera convertirse en millonaria y resolver su vida. Paulina
(María Sobocinska) Joven amiga de Natalia y con la que se supone comparte el
dormitorio universitario, la verdad es que Paulina vive en el departamento de
su novio de toda la vida, un joven militar en formación. Paulina y Mariusz
(Piotr Pacek), forman una pareja cuadrada a la medida de las expectativas de
sus muy convencionales padres. católicos practicantes, Paulina está llena de
dudas sobre ella y su vida sexual que el cura en el confesionario es incapaz de
contestar y sí de juzgar y condenar. La tercera es Monika (Sandra Drzymalska)
una junior hija de un empresario muy exitoso e influyente, que ha decidido
dejar de estudiar para dedicarse a vivir su sexualidad en el departamento que
su padre le ha comprado.
Las tres llegan a
sus crisis desde el primer episodio; el profesor Krynicki (Wojciech Solarz)
responsable de la titulación de Natalia le dice que su aplicación es la mejor,
pero esta condenada a ser un fracaso comercial porque no es sexy, refiriéndose
a que no es atractiva para alguien y que a lo mejor debería unirse al equipo de
su más cercano competidor Rafal (Kamil Wodka), un joven ambicioso, lleno de
frustraciones, enamorado de Natalia que está construyendo un gel para el
cabello que cambia de color con la luz. Natalia es antisocial y virgen como
sucede con muchos otros protagonistas de este género y carece de las
habilidades sociales para entender lo que pasa a su alrededor, entender
indirectas y adivinar los avances de aquellos que se interesan por ella.
Paulina tiene
dudas sobre su relación y su satisfacción sexual y para llevar todo al colmo en
una reunión familiar Mariusz le propone matrimonio, ella educada en el sistema
sumiso de la iglesia católica, acepta y sin embargo sus dudas continúan.
En el extremo
contrario a Paulina está Monika quien no tiene ninguna duda en ejercer su
sexualidad en todo momento, escapando de un amor pasado con un joven a quien su
padre ve con muy buenos ojos, ante su conducta libertina su padre decide
retirarle todo apoyo económico para obligar a la joven a graduarse. Monika se
ve obligada a integrarse a los dormitorios de la universidad y se convierte en
vecina de cuarto de Natalia.
Natalia termina
por interpretar de manera literal la recomendación y crítica del profesor y
junto con la ayuda de Monika y Paulina comienza a crear una aplicación para que
las mujeres descubran su cuerpo y su sexualidad.
Al inicio ambas
chicas se rehúsan a ayudar a Natalia, Monika porque considera que Natalia la ve
como una puta que puede ser su conejillo de indias y Paulina porque en teoría
lo que le pide su amiga viola los preceptos de la Iglesia Católica. Lo que
lleva a Monika y Paulina a proponerle a Natalia una solución que le dará muchos
datos para la aplicación; crear un cuarto laboratorio donde los estudiantes
pudieran tener relaciones sexuales. Lo que más adelante y como es fácil de
anticipar jugará un ingrediente importante en el final de la temporada.
Durante las
etapas de investigación Natalia es convencida de ir a un sex shop para conocer
todo aquello con lo que una mujer puede alcanzar la satisfacción sexual, pero
lo que Natalia termina encontrando es a un joven, Adam (Jan Wieteska) igual de
extraño que ella y que es el hermano de Lilith (Magda Graziowska) la dueña de
la tienda quien a su vez es descubierta por Paulina.
Uno de los
personajes secundarios que es una verdadera joya es la mamá de Monika, Joanna
(Malgorzata Foremniak) Millonaria que imparte cursos de auto descubrimento y
aceptación a otras mujeres. Monika decide llevar a Paulina y Natalia a uno de
los cursos de su madre sobre la vagina y Paulina en su búsqueda por su
sexualidad termina enamorada de Joanna., pero también se siente atraída por la
hermana de Adam.
Como todas las
obras del género Sexify es una comedia de errores, una comedia de
excesos y un poco ingenua, pero las actuaciones de las tres jóvenes que con una
sola mirada o gesto le pueden cambiar el contexto a la situación es
extraordinaria.
Algo importante y
que es un gran diferenciador de la serie es que las tres jóvenes deciden al
final definirse y aceptarse cada una a sí misma sin importar la visión de los
demás y mucho menos de los hombres.
No hay nada nuevo
bajo el sol, pero la forma de enfrentar la trama es de suma importancia y a
pesar de que los personajes pueden ser sólo clichés y estereotipos, la trama
una más del género en realidad y muchas veces las situaciones son previsibles Sexify
es una comedia que vale la pena ver.
Imagen Netflix
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