Es
indiscutible el aumento de la temperatura en la Ciudad de México en los ú
Armando Enríquez Vázquez
Esta primavera de
2022, poco a poco de regreso a nuestras actividades normales, nos hemos
encontrado con días de un calor abrumador, y si bien es cierto que el cambio
climático afecta a todo el mundo, en la Ciudad de México a sus 2000 metros de
altitud sobre el nivel del mar debería de ser menos, sin embargo, a diario
ocurren acciones que ayudan al aumento de la temperatura en la capital.
A diario de manera legal o furtiva, como sucede los fines de
semana con las cuadrillas de Total Play, en la Ciudad, se podan y talan
árboles a diestra y siniestra. Eso sin contar con un crimen aun peor que se da
en las sierras de las alcaldías rurales del país; la tala ilegal de los árboles
por parte de grupos criminales. En el centro sur de la capital alguna vez lleno
de árboles desde los gobiernos de López Obrador, Miguel Ángel Mancera y Claudia
Sheinbaum la poda y tala se regularizó en pro de obras de infraestructura y
permisos a las grandes constructoras.
Fue en una acción criminal y sin permisos del gobierno que
la constructora de la Torre Mítika en Río Churubusco acabó con todos los
árboles de avenida Mayorazgo en un fin de semana, sin ser castigada por el
gobierno de Claudia Sheinbaum o las entonces autoridades de Morena en la
alcaldía Coyoacán.
En una zona de Benito Juárez gobernada por el PAN una
constructora derribó varios enormes árboles para crear departamentos, las aves
que vivían en ellos se refugiaron en los estacionamientos de los edificios
aledaños, las protestas de los vecinos tuvieron respuesta la constructora les ofreció
envenenar a las aves para que ya no dieran problemas.
El estado de la flora de la capital no es responsabilidad
única del gobierno actual, aunque la Jefa de Gobierno siempre ha despreciado a los
árboles citadinos, baste recordar que fue ella la responsable desde su puesto
como, irónicamente, secretaria del medioambiente durante el gobierno de López
Obrador, quién permitió la destrucción de cientos de árboles en la avenida
Insurgentes para la construcción del metrobús.
En estos momentos en que necesitamos capturar agua en la
ciudad y crear obras practicas y no de sus giras absurdas aquí van algunas
propuestas para alcaldes y funcionarios de las instancias correspondientes a
nivel local.
La legislación sobre poda y/o tala de los árboles debe ser
revisada porque no se aplica y para colmo se podan árboles en cualquier
estación del año. Se podan solo bajo el criterio de dar paso a los cables de
luz y de telefonía. Entonces para no talar el árbol las cuadrillas de
podadores, se deshacen de las ramas, sin importar el grosor y el tamaño de las
mismas que obstaculizan el paso de más cables.
Esto tiene una consecuencia lógica que escapa a la mente de quienes de
manera arbitraria talan los árboles, el equilibrio del árbol lo que provoca la
vulnerabilidad de la planta en los casos de los fuertes vientos que son comunes
en la ciudad. Por supuesto árbol que cae, además de los daños que causa, jamás
es repuesto. También las penas y multas a los taladores de árboles en las sierras
y bosques de la CDMX deben ser más fuertes y ser aplicadas sin miramientos.
Con el paso de las décadas la ciudad ha ido perdiendo sus zonas
arboladas y el aumento de las áreas asfaltadas o recubiertas por concreto ha
elevado la temperatura de la Ciudad, eso sin contar que los enormes edificios
con sus fachadas de vidrio elevan la temperatura al menos en las aceras
circunvecinas. Muchas de las colonias de la zona norte del país son verdaderos
desiertos de asfalto que los gobiernos progresistas, porque ninguno ha sido de
izquierda, de la Ciudad desde hace casi tres décadas han ignorado.
Los cables de Total Play y otros servicios deben ir por
debajo de la tierra como los de Telmex, pero en este y otros gobiernos se ha
privilegiado a la empresa de Salinas Pliego para que haga lo que se les dé la
gana y a pesar de ello como en el caso de la tala en Mayorazgo, sus activas las
llevan de manera furtiva en fines de semana cuando las autoridades están descansando.
Las zonas arboladas crean microclimas más frescos y esto se
puede observar de manera clara cuando uno camina por la zona arbolada de una
calle y cruza a la que no lo está. Los árboles además ayudan a atraer agua,
algo que la Ciudad necesita de manera urgente. Las zonas arboladas permiten la proliferación
de las poblaciones de aves en la ciudad y crean pequeños ecosistemas, basta
pasear por los parques de la Ciudad para ver la cantidad de vida que existe en
esos oasis de la ciudad.
Es labor de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de
México proteger a la fauna y flora de la capital del país y para evitar tener
problemas como los que ha habido con palmeras y en el pasado eucaliptos que
abundaban en el sur de la ciudad, proponer que especies de árboles que son nativos
de la ciudad para ser plantados y que deben tener cierta edad para evitar lo
que ya en muchas otras ocasiones hemos vivido que es ekl vandalismo por parte
de la ciudadanía para destrozar a los jóvenes árboles. Por lo que cómo mencione
arriba la legislación al respecto debe ser revisada y sobre todo implementada.
No existen estudios claros sobre las consecuencias de la
contaminación en la Ciudad de México en los habitantes, pero sin duda el
reforestar la Ciudad ayudaría a combatir la misma.
Nuestra obligación como ciudadanos es exigir que los próximos
gobiernos de la ciudad, entre otros muchos problemas que tiene la ciudad pongan
el dedo en la imperiosa necesidad de reforestar la Capital.
Las imagenes son también de mi autoría.
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