Armando Enríquez Vázquez
África, sigue siendo a inicio de la segunda década del siglo XXI el continente más misterioso y desconocido para la mayoría de los occidentales, sus riquezas sus invaluables y la ambición, avaricia y las ganas de controlar todo el territorio africano aun no desaparecen de los países occidentales tanto como los nuevos colonialistas; China e India. Sin embargo, en algunos países del continente, hartos de las imposiciones culturales y religiosas de Occidente, además de la pobreza y la corrupción, los desesperanzados habitantes vuelvan la vista a la religión y sus grupos más radicales.
Mientras Hosni Mubarak agoniza en El Cairo y Mohamed Mursi el candidato de la Hermandad Musulmana, es el nuevo presidente electo del país. Las calles se llenaron de egipcios felices para celebrar el triunfo de un gobierno musulman, al parecer más cercano de los egipcios y más lejano a Washington y a Tel Aviv. Lejos muy lejos está la primavera árabe de triunfar, en el sentido maniqueo que le atribuyen los norteamericanos y europeos.
Mali, otrora ejemplo de la democracia africana, se encuentra desde Marzo sumergido en una guerra civil, tres cuartas partes del país está en manos del grupo extremista musulmán llamado Ansar al Din (Los seguidores de la religión) y la otra parte por los Tuareg, los beduinos musulmanes. Ambos grupos han acordado declarar un país musulmán, obediente de las leyes del Islam. A pesar de las solicitudes de la comunidad africana, la ONU se niega a intervenir en el conflicto y se limita en boca de la UNESCO a lamentar el posible saqueo y destrucción de lasagrada y mítica ciudad de Timbuktú.
El norte de Nigeria sufre los peores ataques del Boko Haram en contra de iglesias católicas y el saldo en una semana supera los 130 muertos. Desafiando lo que considera el gobierno corrupto de Goodluck Jonathan.
Estos son algunos de los grupos armados musulmanes en el norte de África y sus luchas por imponer sus leyes en sus diferentes países. Los Estados Unidos tratan desesperadamente, en su visión bicolor del mundo de ligar con Al Qaeda, sin embargo, muchos de los grupos Africanos tienen una visión menos global y más local. Sus metas y objetivos están fuertemente ligados a las injusticias, la pobreza y la desigualdad en sus países. Boko Haram lucha dentro de Nigeria y por problemas nigerianos, lo mismo sucede con la hermandad musulmana en Egipto, Ansar al Din en Mali o Al Shabaab en Somalia.
Existen células de Al Qaeda en África del norte. En el Magreb, por ejemplo está Aqim, que no por ser parte del grupo terrorista deja de luchar sus propias batallas en Argelia. Casi todos estos grupos armados están tratando de implementar un estado musulmán en sus países, en el que se apliquen las leyes que propone su religión y de las cuales sienten los corruptos gobiernos locales se han alejado, influenciados por los gobiernos occidentales y la religiones católica y cristianas.
Los Estados Unidos han reconocido su preocupación por el crecimiento de los grupos fundamentalistas en el continente y haber creado misiones de espionaje en África para intentar controlar el crecimiento de las milicias fundamentalistas. Como siempre, parecen estar haciendo las cosas mal pues el crecimiento de estos grupos no parece disminuir si no al contrario crecen en el territorio africano.
Hablar de una Libia democrática, sin Kadafi, del próximo triunfo de la gente en Damasco, más de diez años en Afganistán y la retirada de Bagdad sólo muestran la incapacidad de los ejércitos occidentales de ganar guerras. Lo único que se ha logrado en esta década de guerra contra los musulmanes es hacer crecer la animadversión de los pueblos musulmanes por todo aquello que tenga una etiqueta norteamericana o europea.
Publicado en blureport.com.mx 24 de Julio de 2012
Imagen Blackmuslimen.com
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