Armando Enríquez Vázquez
Nada más triste que un país camino a una crisis porque el gobierno no ha gastado el dinero que tiene presupuestado. Eso parece ser lo que nos está pasando en México, o al menos eso dicen muchos de nuestros especialistas en temas económicos. Así como a los indicadores de morosidad y de confianza del consumidor. La expectativa de crecimiento del país ha ido disminuyendo conforme ha ido avanzando el año.
Pareciera que el gobierno se empeña en sumir a la población en crisis económica ficticia, hecha a la medida de los deseos de la OCDE, el FMI y el BM. O Tal vez a la necedad y necesidad de la aprobación de las reformas estructurales tan necesarias, que no indispensables. ¿Nos quieren volver a asustar con el petate del muerto o sólo es una probadita de la voracidad de los políticos en la banca los últimos doce años y otro desplome hacía el final del sexenio?
Nada más indígnate que te digan que los recursos ya fueron liberados para alimentar la economía del país sin que esto parezca cierto, ni se refleje en la sociedad. Más indignante, sobre todo, cuando te toca estar en el extremo al que esos recursos deben llegar para pagar la renta y la alimentación. Se trata de jinetear el dinero que ya se gastaron en detrimento de los individuos y de la sociedad en general.
Y si eso sucede en el Gobierno Federal, que podemos esperar de los gobiernos estatales, donde la reglas son impuestas por el virrey en turno y mientras cada día se descubren por diferentes medios los contratos millonarios a constructoras propiedad de los gobernadores, extrañas licitaciones para empresas encargadas del PREP en diferentes estados que se descubren cuando uno de sus servicios falla como el caso de PROISI en Baja California, que ha dado el servicio a diferentes estados de diferentes gobiernos y a precios que solamente el domingo pasado la hicieron ganar millones de pesos, a veces en licitaciones directas y sin que ni siquiera podamos cuestionarnos sí no sería suficiente con la infraestructura del IFE. El desfalco del erario en contra de la salud de los gobernados como en Tabasco y Aguascalientes, crímenes que se deben castigar con cadena perpetua y retribución de lo robado a partir de las cuentas de los ex gobernadores, la mayoría de los pequeños proveedores tienen que cobrar a 15, 30, 60 y 90 vueltas si bien les va.
Un ejemplo, es el caso de un organismo recién creado; el Instituto Morelense de Radio y Televisión, incapaz de producir y poner en las pantallas morelenses programas de calidad y que se aprovecha de empresas productoras para la creación de sus programas y los pone al aire sin preocuparse por pagar a sus proveedores, como en el caso de la serie de divulgación científica: Sin Número de Serie, que se estrenó a mediados del mes pasado, con diez programas terminados y entregados. Hoy tanto el IMRyT y el gobierno del Estado han relegado el pago a la productora, sin pensar en productores, editores, guionistas que intervinieron en ella por más de tres meses y los cuales no han recibido su pago gracias a la burocracia, la mezquindad y poca dignidad del gobierno y funcionarios de Graco Ramírez, supuestamente un hombre de izquierda interesado en los matices ideológicos y humanistas que esto implica. Claro que al no conocer la vergüenza tanto la directora del IMRyT y otros funcionarios impúdicamente hacen caravana con sombrero ajeno.
México está lleno de personas creativas, emprendedoras, con ganas de echar a andar el país y a sus familias, cosa que nuestros gobernantes a todos los niveles, parecen estar dispuestos a impedir y dejar a nuestro país como botín propio de sus familiares y amistades.
Publicado en blureport.com.mx el 11 de Julio de 2013
Imagen: queaprendemoshoy.com
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