Miles de mujeres
europeas, residentes de los países del este del continente, son víctimas
anualmente de tráfico y explotación sexual en el otro extremo del continente y
en América del Norte.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando hablamos de tráfico personas o trata de personas, una
de las formas de esclavismo más recurrente en nuestros días, sin duda
imaginamos África, Islas olvidadas del Pacífico, los cinturones de pobreza de
las ciudades del tercer mundo o de los paraísos turísticos de estos países. Sin
embargo pocas veces pensamos que Europa este entre los lugares donde se roban
los sueños y esperanzas de seres humanos y se comercia con ellos a lo largo del
viejo continente y del nuevo.
Rumania y Bulgaria se encuentran entre los principales
países de Europa donde miles de jóvenes son raptadas para llevarlas a Francia,
Holanda, Estados Unidos, Alemania, Grecia y porque no México. De hecho el 61%
de las víctimas de tráfico de personas dentro de Europa son de origen europeo,
de acuerdo con el informe anual de la misma Unión Europea sobre el tema de
tráfico de seres humanos publicado este año.
Incluso, el tráfico de seres humanos de acuerdo con dicho
informe se puede llevar a cabo dentro de las mismas fronteras de un país, en
ese sentido el informe indica que de 2008 a 2010 el número de países que
reportan que todas sus víctimas de trata de personas son connacionales aumentó
de 3 a 6; Bulgaria, Rumania, Lituania, Luxemburgo, Hungría y Eslovakia. Mientras
que en el caso contrario los países con menos del 5% de las víctimas de trata
originarias de ese mismo país son Grecia, Chipre, Malta, Bélgica, Dinamarca e
Irlanda.
De las personas explotadas sexualmente el 96% son mujeres,
en tanto que las utilizadas como mano de obra el porcentaje de mujeres se
reduce al 23%.
Llevando a mayor detalle estas cifras el informe anual de la
Unión Europea muestra que el 68% de las víctimas son mujeres, seguidas por 17%
de hombres, un 12% de niñas y tan sólo un 3% de niños.
El pasado 9 de Octubre la lituana Justina Vitkauskaite
Bernard miembro del Parlamento Europeo publicó un artículo en el Moscow Times,
donde declara que su país, Lituania, se ha convertido en el principal país, en
Europa, que sirve de transito para el tráfico de seres humanos y por lo tanto
el destino de muchas mujeres y niñas que esperan ser trasladadas a otros países
del continente europeo. Tan sólo el pasado 20 de septiembre las autoridades holandesas en conjunto con las
lituanas desmembraron a una organización criminal dedicada a la trata de
personas que operaba en ambos países y rescato a trece jóvenes mujeres que
habían sido vendidas como esclavas sexuales. De acuerdo con las autoridades lituanas el año pasado se
realizaron 44 investigaciones sobre trata de personas, la mayoría de ellas
relacionadas con la venta de mujeres jóvenes como esclavas sexuales.
La encargada de la oficina de asuntos internos de la Unión
Europea Cecilia Mälmstrom ha declarado la importancia de acabar con este delito
y vergüenza de la humanidad que en esa frialdad de las cifras se dice aqueja a
1.8 personas de cada mil que habitan en Europa.
La esclavitud existe y es un problema contemporáneo, tan
real y vigente como lo ha sido en los siglos pasados sin embargo nuestra
costumbre y los valores que damos a este problema siempre tienen un rostro de
color o asiático. Creemos que se dan en los pueblos alejados de oriente medio
donde el islam gobierna.
Pero lo mismo que las fotos de los campos de refugiados y de
concentración de los noventas en la guerra interna que deshizo a Yugoslavia, o
mejor dicho acabó con ese engendró que formó el comunismo y regresó a serbios,
croatas, montenegrinos, bosnios y macedonios su identidad y sus fronteras a un
costo de sangre inaudito. Esas fotos que nos mostraron que una niña rubia, de
ojos azules podía ser tan musulmana como aquellos a los que estamos
acostumbrados a etiquetar como tales por el simple hecho de sus características
físicas. Esa niña que por sus creencia religiosas fue puestas en un campo de
concentración para consternación de la doble moral occidental.
Así con la esclavitud también, que hoy tiene como objeto a mujeres europeas
robadas de su país y esparcidas por el mundo. Y si volteamos a América Latina,
a nuestro México ¿qué cantidad de historias de mexicanas robadas, engañadas que
viven en la esclavitud laboral y sexual habremos de encontrar? ¿Cuántos de
nuestros paisanos son secuestrados y encerrados en casas para campesinos y
explotados hasta la muerte apenas han cruzado la frontera de los Estados
Unidos? ¿Cuántos los son sin ni siquiera cruzar la frontera?
Publicado en blureport.com.mx el 11 de Octubre de 2013
Imagen findingjustice.org
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