La reciente
publicación de un estudio con bacterias en un medio ambiente de gravedad cero,
ha demostrado que los microorganismos podrían sobrevivir viajes espaciales.
Armando Enríquez Vázquez
Desde hace unos años la presencia de bacterias en las
misiones espaciales y sobretodo en las estaciones espaciales han llamado la
atención de los investigadores y responsables de las misiones fuera de nuestro
planeta.
Las condiciones ambientales tanto de las vuelos como de las
estaciones espaciales se conocen como microgravedad y con anterioridad se
han llevado a cabo estudios con
bacterias como la Escherichia coli,
Salmonella enterica y Bacillus subtilis. Los resultados de estos estudios
han sido contradictorios.
Sin embargo, la semana pasada un equipo de investigadores
del Instituto Politécnico Rensselear, en Nueva York, dio a conocer los
resultados de un estudio que ha llevado a cabo en conjunto con el centro de
investigaciones de la empresa aeronáutica Lockheed Martin acerca del
comportamiento inesperado de la bacteria llamada Pseudomonas aeruginosa, una bacteria responsable de diferentes
infecciones en los seres humanos entre ellas infecciones en el tracto urinario.
Los investigadores escogieron a esta bacteria como fuente de
sus estudios para investigar el comportamiento de una bacteria perjudicial para
los humanos, sobre todo ahora que la NASA empieza a contemplar misiones
tripuladas de mayor duración, dada la facilidad que tiene para contaminar las
zona de desperdicios humanos y la lo difícil que es erradicarlas de muchos
lugares.
Los descubrimientos con esta especie de bacteria fueron
sorprendentes para los investigadores, ya que P. aeruginosa, no sólo sobrevivió a la falta de gravedad y se
reprodujo, sino que incluso cuando los nutrientes le fueron disminuidos la
bacteria mantuvo el ritmo de crecimiento a diferencia de su comportamiento en
condiciones normales, en las que la bacteria al ser privada de los nutrientes el
crecimiento de las cepas de la bacteria se reduce.
Esto pone en alerta a los responsables de las próximas
misiones espaciales que llevarán seres humanos a Marte y la Luna y que planean
tener una mayor duración, pues indica que el comportamiento de ciertas
bacterias infecciosas en el espacio debe estudiarse para poder controlar y
erradicar problemas que posiblemente se puedan presentar en los tripulantes.
Las investigaciones en cuanto a la vida de las bacterias en los viajes
espaciales o en las estaciones internacionales apenas han comenzado y parten de
opiniones y observaciones contradictorias acerca de la virulencia, resistencia
a los antibióticos, y velocidad de reproducción.
Hoy en día y en vísperas de una carrera espacial en la que
hasta la India se embarcado al lanzar el pasado 5 de noviembre una sonda
espacial con destino a Marte y que tiene como objetivo hacer un mapa de la
superficie marciana y buscar rastros de metano en la atmósfera marciana. El
metano es un gas que puede indicar rastros de vida, la investigación que
conduzca a proteger y mantener a los astronautas, cosmonautas y taikonautas sanos
es indispensable.
Como punto final habría que poner a los investigadores
neoyorkinos y de otras latitudes en alerta acerca de cómo en el uso de la
medicina herbolaria tradicional de nuestro país, la segunda del mundo después
de la china, se ha utilizado el aceite esencial obtenidos de las hojas y tallos
de la planta de cempasúchil, nuestra tradicional flor de muertos, ha resultado
muy eficaz para atacar a la Pseudomonas
aeruginosa, de acuerdo con información en la Biblioteca Digital de la
Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM.
Publicado en blureport.com.mx el 11 de noviembre de 2013
Imagen: realitypod.com
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