¿Es la tolerancia
algo a lo que debemos aspirar? ¿Por qué no mejor, buscamos el respeto y el
intercambio de ideas?
Armando Enríquez Vázquez
Domingo 2 de febrero.
El Superbowl. Uno de los eventos más visto de la televisión en el mundo. Sin
duda el más visto en los Estados Unidos, donde la publicidad ha sabido llevar a
las pantallas de televisión a personas que tal vez no sean apasionadas del
futbol americano, incluso ni siquiera les guste este deporte. Gracias a otros
protagonistas que no visten jerseys con números; son los comerciales: A cuatro
millones de dólares los treinta segundos, las empresas que deciden anunciarse
en el Superbowl, tienen que hacer que sus mensajes permanezcan en la mente del
consumidor y se comenten en los años por venir. Por lo tanto desde hace ya
muchos años el Superbowl, se ha convertido también en una competencia
publicitaria como ninguna otra en el mundo de la televisión, y actualmente ha
llegado a las redes sociales y el internet con varias empresas, incluyendo a la
NFL, promoviendo los comerciales e invitando a la gente a votar por su favorito.
Así con el paso de los años el Superbowl se ha convertido no sólo en el evento
más importante para la NFL y los aficionados al futbol americano, para la
televisión que comercializa de manera muy importante los tiempos comerciales
del evento, sino un evento trascendental para las agencias de publicidad, casas
productoras y las marcas, porque más allá de la asunto de publicidad, se ha
convertido en un escaparate de la creatividad y muchas veces en una inversión
millonaria para destacar y conseguir mejores cuentas a lo largo del año que
inicia.
Pero el domingo pasado sucedió algo muy interesante, que
sobrepasa a la publicidad. Coca Cola lanzó un comercial, similar a los que ha
estado produciendo en los últimos años, lleno de viñetas acerca de familias,
que pretenden hacernos sentir algo acerca del refresco, el cual no puede
presumir ninguna propiedad alimenticia, ni nutricional. Las viñetas son siempre
resaltando valores y actitudes positivas. Pero el domingo al parecer, el tiro
les salió por la culata. Las redes sociales se llenaron de comentarios
negativos y de insultos frente a su comercial. La razón. El comercial además de
sus maniqueas viñetas, utilizó una de las canciones que más identifican a los
norteamericanos, America, the Beautiful, cantada
en siete idiomas diferentes al inglés, como demostrando la multi etnicidad que
compone a los Estados Unidos. Para muchos fue un ultraje a la identidad
norteamericana, a pesar de que esa nación este compuesta básicamente por
inmigrantes de todos los países del mundo. Incluso el domingo surgió un hashtag
en twitter proponiendo boicotear a Coca Cola.
Pareciera que en ocasiones las redes sociales sirven de voz
a grupos de intolerantes. A minorías furiosas y rencorosas. Pero se nos olvida
que la tolerancia ha sido un invento de aquellos que creen en esa mediocridad
llamada lo políticamente correcto y
que la misma etimología de la palabra tolerancia
implica, aguantar, ser pasivo, resignación. Lo que necesitamos no es ser
tolerantes, es ser respetuosos. La intolerancia es sólo una reacción natural a
todos aquellos que quieren forzarnos a aceptar puntos de vista diferentes al
nuestro basados en el concepto de que todo es permitido, sin ningún argumento
que sustente sus puntos de vista.
La tolerancia incluye aceptar una sociedad que es injusta;
por ejemplo que en cuestiones de empleo y oportunidades se debe anteponer el
asunto de género y en algunos países de raza. Que una etnia tenga la
posibilidad de poner por delante de las normas y leyes de un país sus antiguos
usos y creencias. Por eso, la intolerancia en estos tiempos nos lleva a
cuestionar lo que se nos quiere obligar a aceptar. Y es en ese poner dudar cuando
podemos tratar realmente valorar y entonces si respetar los hechos.
Respeto profundamente la lucha de las mujeres por lograr
condiciones iguales en todos los ámbitos a los hombres, respeto su reclamo.
Pero no estoy de acuerdo que el simple hecho de ser mujer le dé una mejor
oportunidad frente a un hombre más capacitado por el simple hecho de ser mujer
o viceversa. Lo que pretenden legislar los partidos políticos al proponer por
ley un 50% en sus puestos de elección pública, es un absurdo que va en contra
de la llamada democracia . Sí tenemos 100% de mujeres más capacitadas que
hombres para ser políticas, sean bienvenidas.
No entiendo a los veganos y me parecen una secta peor a
cualquier rito absurdo que podamos encontrar entre los más radicales esotéricos de nuestros tiempos,
pero los respeto en tanto ellos me respeten a mí.
Los ciclistas de la Ciudad de México, no pueden pedir
tolerancia mientras ellos sean intolerantes con los peatones y no sepan
observar las leyes de tránsito que tiene la Ciudad. Para unos, ser
intolerantes, pareciera ser un retrogrado por no aceptar sin cuestionar al
otro. Por ejercer el cuestionamiento y la crítica, se es intolerante. La
tolerancia no acepta ni admite el diálogo. Ser intolerante debe ser uno de los
puentes a cruzar para lograr el entendimiento y el respeto aquel que tenemos
enfrente.
Habría que distinguir muy bien entre la intolerancia y la
intransigencia. Esa intransigencia que abunda entre aquellos que proclaman la
tolerancia es de la que debemos cuidarnos y estar alerta, pues fue la
intransigencia la que llevó a los Nazis al poder y a los católicos a matar
maestros rurales en el México de la década de los 30 del siglo pasado.
Unos días después veo una nota, en la que alguien aumentado
líneas blancas a los pazos de cebras en Hawaii, ha logrado hacer un positivo mensaje
para automovilistas y peatones que se lee Aloha.
Mientras los ciudadanos lo ven como algo amable y que no causa el menor daño.
Las autoridades lo ven como un acto de vandalismo y en contra de la ley y el
orden establecido. Eso si es peligroso e intransigente.
publicado en blureport.com.mx el 10 de febrero de 2014
imagen: enaccióndigital.com
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