Febrero marca el
inicio de un nuevo período de sesiones del Congreso de la Unión, enfrente están
todas las leyes secundarias que darán solidez a las reformas estructurales del
Presidente Peña Nieto, mientras la injusticia y la incompetencia del las
instituciones sigue tan vigente como siempre.
Armando Enríquez Vázquez
Ya está de regreso el pusilánime y servil Congreso de la
Unión listo para seguir legislando al vapor y de la manera que más le convenga
a la partidocracia en la que vivimos y a sus aliados, no es esto una
declaración vana, baste con la declaración el coordinador de los diputados del
PRD Silvano Aureoles, en el sentido de que su partido no se interpondrá en el
debate energético, lo cual quiere decir que el PRD hará lo mismo que hizo
durante la aprobación de la reforma; mantenerse de brazos cruzados. La
izquierda mexicana no hará nada más que agacharse y tanto peca el que mata la
vaca como el que le agarra la pata.
Al quedar inaugurado el nuevo periodo ordinario de sesiones,
el congreso tiene ante sí la obligación de elaborar todas las leyes secundarias
que den sentido y cuerpo a las reformas estructurales que aprobaron el año
pasado. Es una tarea titánica que requiere de discusión de escuchar voces al
interior del congreso y de expertos, investigadores y la sociedad civil desde
fuera. Cosa que no menor pero que nunca ha parecido importarle a los diputados
y senadores de nuestro país. Sin embargo, no cabe ninguna duda que el congreso
lo hará en los próximos meses, lo que está por verse es si esas leyes
favorecerán a los mexicanos, como es lo que todos esperamos. Qué esas leyes
secundarias promuevan la competencia, la diversidad y el progreso del país
desde una mirada crítica y certera. Eso es lo que parece imposible. La mirada
será la del partido en el poder, y los intereses de sus aliados, que ha
demostrado ya desde hace más de un año ser sordos a la crítica.
¿Podremos a finales de este año estar celebrando la
competencia en las telecomunicaciones y la venta por parte del estado de dos nuevas
cadenas abiertas de televisión que no sean parte ni de Televisa, ni de TV
Azteca? ¿Podremos tener una reforma educativa que evalúe de manera imparcial el
desempeño de los maestro, en total beneficio de los alumnos y no del poder
factico que representan los sindicatos de la educación? ¿La reforma política
funcionará en beneficio de los ciudadanos?, ¿Habrá plebiscito y consulta
popular?, ¿seguirá manteniendo los privilegios y canonjías sobre la clase
gobernante en detrimento de la calidad de vida de los mexicanos? ¿Podremos
decir que las reformas en su conjunto ven hacía el futuro? ¿Contemplan las
nuevas tecnologías, la investigación o la explotación de nuevas fuentes de
energía?, ¿O son tan sólo paliativos y componendas a la Constitución que
favorecen a la oligarquía del país en un futuro próximo inmediato? ¿Habrá una
reforma al campo que la pide a gritos? ¿No sería importante que los diputados
limpien su imagen y su honra investigando a aquellos que han sido acusados por
presidentes municipales de tener que darles una mordida por aprobar
presupuestos?
Nuestras instituciones parecen estar podridas y en contra de
los ciudadanos, para muestra sólo hace falta un botón reza el dicho. De acuerdo
con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre las instituciones que
ocuparon el top ten durante el año pasado se encuentran el IMSS, SEP, CFE,
ISSSTE instituciones que deberán verse afectadas para bien con las reformas estructurales
del Gobierno Federal.
Por su parte el Human Rights Watch, volvió hace una semana a
hablar de la persistencia en la violación de los derechos humanos en nuestro
país y la impunidad que existe en él. Sumemos la corrupción con la que nos
hemos ganado un deshonroso lugar en el mundo, la violencia que hace que al
menos 11 estados de la República sean considerados por gobiernos extranjeros,
como lugares peligrosos para visitar en nuestro territorio, el auge de las
autodefensas presentes en varios estados del país y ese nuevo peligro que puede
representar el hacerlas legales. El narcotráfico, los secuestros y la violencia
diaria a la que estamos expuestos, algunos mucho más que otros, los mexicanos.
Los excesos en el gasto de los erarios federal, estatal y
local que se viene cometiendo para promover a nivel nacional a los políticos,
sin que a nadie, y funestamente, mucho menos al IFE, triste caricatura de lo
que alguna vez fue, que está a punto de desaparecer para dar paso a un invento
extraño llamado INE, parece importarle.
Existe un gran trabajo de legislación que hacer. Estos son
algunos de los problemas que esperamos se resuelvan con una legislación
pensada, discutida entre legisladores y expertos en los temas, meditada. Sería
de esperar un congreso a la altura de los retos del país, no el grupo de
acarreados verdes, rojos, amarillos azules, moraditos que se sientan en curules
y escaños a vivir del presupuesto y representar los intereses de los partidos,
para que al final del año nos evitemos la indignación cuando quieran salir de
nuevo con sus absurdos spots panfletarios de porque debemos darles las gracias.
Publicado en Blureport.com.mx el 4 de febrero de 2014
imagen: es.wikipedia.org
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