viernes, 23 de mayo de 2014

Benita Galeana una vida en la izquierda mexicana.





Comunista, sufragista, fichera, mujer de uno de los gerentes de la compañía petrolera El Águila, es sin duda una de las mujeres más importantes del siglo XX en nuestro país.
Armando Enríquez Vázquez.
Benita Galeana Lazcuna nació en el pueblo de San Jerónimo de Juárez en la  Costa Grande de Guerrero el 10 de Septiembre de 1907, aunque algunos biógrafos, datan su nacimiento en 1904, hija de una familia muy rica que lo perdió todo, Benita desde su primera infancia vivió en la pobreza y sufrió de la violencia intrafamiliar y contra las mujeres de las cuales no nos hemos podido deshacer en nuestro país. Quedó huérfana de madre a los años y unos años después murió su padre de alcoholismo. Benita quedó a cargo de una de sus hermanas de nombre Camila.
Benita por ser mujer en una sociedad machista, no tuvo acceso alguno a la educación y desde muy temprana edad trabajó vendiendo comida en su pueblo. Cuando cumplió doce años la familia pretende casarla con un viejo del pueblo, ella se niega y le pide a otra de sus hermanas que vive en Acapulco que se la lleve a vivir con ella, la decisión no es bien recibida por la familia en San Jerónimo y hasta machetes salen a relucir en la discusión, demostrando esos caracteres volátiles de la gente de Guerrero. Finalmente, Benita se va a vivir con su hermana a Acapulco, sin embargo la hermana deja el puerto y emprende camino hacia la ciudad de México, dejando a Benita en casa de una prima donde la violencia y el abuso la obligaron a huir y a casarse con un escribano de nombre Salvador Solano quien después tener una hija, a la que Benita llama Lilia, la abandonó. Benita, entonces, en un principio volvió a vender comida para sacar adelante a su hija. Después regresó a San Jerónimo. Entre 1926 y 1927 Benita llegó a la ciudad de México, sin saber leer, ni escribir pero con una belleza que llama la atención. Comenzó a trabajar como fichera en un cabaret de la calle de San Juan de Letrán que se llamaba el Viejo Jalisco. Cuando años después Benita en un libro de memorias hiciera público este trabajo, los persignados miembros del Partido Comunista Mexicano intentaron expulsarla del partido, si no quitaba esos pasajes del libro cosa a la que Benita se negó. Durante los años en que ella fue militante se encargó de repartir El Machete, que era el periódico oficial de los comunistas en nuestro país a las afueras de fabricas. Además colaboró con la causa manteniendo a varios miembros del partido gracias a su trabajo de fichera. Durante esos primeros años en el partido comunista conoció a José Revueltas y se dice que lo invitó al partido. También conoce a otro par de importantes escritores; Rubén Salazar Mallén y Juan de la Cabada. A artistas gráficos como David Alfaro Siqueiros y Tina Modotti.
De acuerdo con el texto de Daniela Spenser: Benita Galeana: fragmentos de su vida y su tiempo.  Es en esa época del cabaret que conoció a un gringo gerente de la compañía petrolera El Águila, que se la llevó a vivir con él a Tamaulipas, hasta que Benita cansada de la buena vida, regresó a la Ciudad de México y al partido comunista.
Benita fue una mujer comprometida con la causa y de acción, sin ser ideóloga, fue una mujer congruente en su pensar y actuar. Mujer de acción, se dice que estuvo 58 ocasiones en la cárcel y como mujer de armas tomar se dice que en más de una ocasión antes de entrar en acción les decía a sus compañeros de partido:
- Si me muero en esta, nada mas quiero que me envuelvan en una bandera grande con la hoz y el martillo.
Torturada y golpeada por la autoridad jamás retrocedió.
Benita Galeana aprendió a leer y escribir alrededor de 1936 y en 1940 publicó su primer libro. Un libro de memorias titulado sencillamente Benita. Pasarían 39 años para que publicara sus segundo libro, una recopilación de cuentos llamada El Peso mocho.
Benita Galeana y el partido comunista mexicano, no confiaban en el General Lázaro Cárdenas y se mostraron en su contra durante la campaña, la elección y su toma de poder, con el paso del tiempo se volverían aliados del Presidente de la República al comprobar que llevaba a cabo sus compromisos con el pueblo.
En 1935 es una de las fundadoras del Frente Único Pro Derechos de la Mujer y se manifiesta a favor del sufragio femenino. Pero Benita no era feminista, ni creía en ese tipo de discriminación entre seres humanos, en una de las últimas entrevistas que concedió declaró:
- Me choca esa palabra: no le encuentro chiste. El feminismo no me convence. Me desagrada ese sello: soy una luchadora social y punto.
Benita Galeana participó en diversas y muy importantes luchas de los trabajadores y el pueblo mexicano, formó parte en el movimiento que terminó con la formación de la colonia Escuadrón 201, donde los paracaidistas enfrentaron a la policía del DF en la década de 1950. Estuvo presente en el movimiento ferrocarrilero de 1958 y conoció a Valentín Campa. En 1968, Benita llevaba alimentos a los estudiantes y servía de enlace entre los diferentes grupos llevando y trayendo mensajes.
En los años setenta ya sin participar de manera activa sentía una gran simpatía por los movimientos guerrilleros de Lucio Cabañas y Genero Vázquez y se sorprendió de que la guerrilla no se extendiera en el país.
El levantamiento zapatista en Chiapas la entusiasmo y participo en las manifestaciones que pedían la liberación de mujeres zapatistas.
Benita se casó con un periodista, miembro también del partido comunista de nombre Mario Gill, que le ayudó a redactar Benita. En 1952, murió su hija Lilia de problemas cardíacos. La muchacha tenía tan sólo 27 años de edad. Junto con Mario, Benita adoptó a varias niñas. En 1973 víctima de cáncer murió Mario Gill. Benita, entonces, se dedicó a dar forma a El Peso mocho que se publicó en 1979. Que es una recopilación de cuentos y leyendas. A punto de editarse dejó un tercer libro al que tituló Actos vividos.
Durante su mandato como Gobernador del Estado de Guerrero José Francisco Ruiz Massieu, le otorgó a Benita la medalla Antonia Nava de Catalán que se le da a los guerrerenses distinguidos y le ofreció una pensión vitalicia misma que Benita rechazó por medio de una llamada telefónica con las palabras: Todavía tengo para lentejas y frijoles.
Benita Galeana uno de los ejemplos a seguir por todos nosotros murió el 17 de abril de 1995.

Publicado en thepinkpoint.com.mx el 16 de mayo de 2014.
imagen: lasdisidentes.com

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