Leyendas urbanas que
se vuelven realidad, preguntas prohibidas y un timeline alterno que sólo corre
dentro de los pasillos del congreso de la Unión.
Armando Enríquez Vázquez
Uno de los mejores comerciales que recuerdo es de los años
ochenta. La anécdota es la siguiente: En el futuro lejano, un maestro visita
con sus alumnos las ruinas de lo que en siglo XX fue una casa de dos pisos. En
ella uno de los alumnos encuentra una pelota de beisbol. El maestro le explica
la función del objeto conforme lo entienden en ese futuro lejano e imaginario,
lo mismo sucede cuando otro de ellos le muestra los restos de una guitarra
eléctrica. Finalmente una alumna le muestra un objeto cubierto en tierra.
Después de analizarlo físicamente y con aparatos del futuro el maestro se ve
derrotado, y admite derrotado no saber lo que ese objeto es. Todos vemos la
clásica botella de Coca Cola mientras los alumnos y el maestro beben Pepsi.
Siempre hay algo de prosaico cuando las leyendas urbanas se
vuelven realidad, y así como ese maestro y sus alumnos buscan entre los restos
de una civilización perdida, Así el fin de semana pasado aparecieron los restos
de una civilización muy reciente que ha desaparecido.
Todo empezó el 27 de septiembre de 1983 en un basurero a
cielo abierto en Alamogordo, Nuevo México, al que llegaron catorce camiones que
habían salido de una planta de Atari en el Paso, Texas. Llegaron y enterraron
lo que en ese entonces se dijo eran sobrantes y partes de desperdicio de la
empresa. Para muchos era sólo un reflejo de los problemas en los que se
encontraba la que fue en su momento la empresa de consolas y videojuegos más
importante del mundo. Algunos periódicos en Estados Unidos, incluido el New
York Times, informaron sobre el asunto al día siguiente. Otros aseguraron que
lo que se había enterrado en el desierto era el peor juego en la historia de
los videojuegos. Atari siempre negó el hecho de que se hubieran enterrado
millones de cartuchos con un juego. Así nació una leyenda entre los geeks y
nerds que este sábado fue confirmada cuando el equipo de filmación de un
documental sobre la caída de Atari, después de conseguir los permisos
necesarios por parte de las autoridades del Alamogordo, desenterraron los
primeros cartuchos de un juego de ET del cual podría haber decenas de miles en
el basurero. De no ser por un poco de
arena que tienen los cartuchos al parecer funcionan perfectamente y ya se
venden en ebay.
Además del equipo de filmación, alrededor de la operación
había cientos de curiosos y uno de los diseñadores del juego, quien consideró
que por razones muy diferentes a las que él hubiera imaginado el juego se ha
convertido en un mito.
La confirmación de cualquier leyenda urbana tiene un dejo
triunfo por un lado, el clásico: Se los
dije. Y por otro de tristeza al saber que la leyenda ya no podrá ser
alimentada con nuevas y más descabelladas fantasías. Peor, entonces puede uno
dudar acerca de muchas otras leyendas urbanas y teorías de la conspiración que
hasta hoy consideraba ciencia ficción.
En México el sábado pasado gracias a una cadena de humana
desde el auditorio a la cámara de senadores se logró echar tantita tierra, no
enterrarla como a muchos nos hubiera gustado a la Ley Televisa segunda temporada, como la denominó el senador panista
Javier Corral, al lograr que se borraran, al menos eso parece, los artículos
contra la censura en Internet. Claro, más tardó la convocatoria a este acto,
que desde el domingo salir en los medios aquellos que aseguraron que la censura
en Internet era imposible y que sólo los borregos podían creer que el gobierno
pudiera pensar en tal cosa o implementarla. La pregunta es entonces ¿Por qué el
ejecutivo la contempló en la iniciativa? ¿Para distraer a los borregos y no
hablar de la preponderancia en la televisión de paga? ¿Para que nadie se
cuestiones las modificaciones arbitrarias que se hacen al must carry? Lo cierto
y lo triste es que estas mentalidades retrogradas de periodistas, conductores y
comentaristas de los medios, serviles al poder no quedaron ahí. Dos días
después se le fueron a la yugular a Alfonso Cuarón por ejercer su derecho
ciudadano de preguntarle al gobernante de todos los mexicanos, hayamos o no
votado por él, nos gobierna a todos y tiene la obligación de respondernos,
acerca de la reforma energética.
Esos que frente a un micrófono, leyendo el teleprompter o
aporreando el teclado de su computadora claman y se rasgan las vestiduras por
una libertad de expresión que no saben ejercer sin el permiso de sus patrones o
del gobierno. Esos que presuponen que la libertad de expresión es prerrogativa única
de los medios, son los mismos intolerantes que por lo visto desconocen el
significado de la democracia. Ni a cual irle de más absurdo en sus argumentos,
uno que en radio cuestionó la redacción de Cuarón, por lo que este servil personaje
del gobierno seguramente descartaría cualquier pregunta que un analfabeta
pudiera hacerle al presidente, pero lo que es peor, si de redacción se trata
entonces el Presidente no podría dirigirnos la palabra a los gobernados porque
sus problemas de lectura en voz alta son de pena ajena. Otro que cree que lo
único que hace un cineasta es dar una posición a una actriz, lo cual además,
según este brillante lector de noticias, lo imposibilita para cuestionar al
presidente. O la que no puede entender la crítica o la disidencia si esta no se
encuentra financiada por la Izquierda, para ella ningún mexicano piensa. Todos
somos unos borregos pagados como seguramente lo es ella. Claro todos estos
pseudo periodistas hubieran sido felices trabajando en el ministerio de
propaganda de Hitler, bajo las órdenes de Joseph Goebbels.
Mucho más inteligente que los críticos de Cuarón, la
presidencia de la República contestó que respondería a las preguntas del cineasta
y así lo hizo tras la presentación de las leyes secundarias a través de su
portal en Internet. La pregunta ahora es ¿Cómo hacemos muchos otros mexicanos
para que el presidente conteste nuestras preguntas? En otros países los
gobernantes tienen espacios en los medios semanales para informar a la nación.
Incluso Vicente Fox, lo tenía en radio. Hoy con las redes sociales el
presidente puede interactuar de manera más directa con la ciudadanía en lugar
de utilizarlos como extensión de sus comunicados de Prensa. Porque dudas acerca
de las leyes secundarias de las reformas todos las tenemos. De eso se trata la
democracia, de un diálogo entre la ciudadanía y el gobierno electo, pero más allá
de estas serviles voces.
Otra de las cosas que ya quedó cubierta por el polvo y la
tierra fue la sesión ordinaria del Congreso de la Unión donde tal y como se
esperaba nada, absolutamente nada pasó y todo se encuentra en ese limbo
legislativo llamado atorón que tan
común es en nuestros legisladores que desde hace ya catorce años. Durante ese
tiempo nada importante ha pasado en materia legislativa en México, a no ser por
los maniqueos comerciales de las cámaras y las carreras anuales por aprobar los
presupuestos de ingresos y egresos de la nación.
No cabe duda que el tiempo en el Congreso de la Unión es
concebido de una forma diferente, probablemente porque como el estatus de
ciudadanía de nuestros legisladores es diferente a la de cualquier otro
mexicano, el tiempo, como la ley y la justicia los trata de manera diferente y
por eso les vale un soberano comino, el que los mexicanos necesitemos un mejor
país para vivir. Para ellos promover reconocimientos al Cruz Azul es más
importante que cuadrar las leyes secundarias de las reformas con la Constitución
que una vez más manosearon para después intentar aprobar leyes secundarias que
violan las reformas que le hicieron a nuestra Carta Magna.
Sí alguien en el futuro lejano, cuando ya nada de esto
exista, entrara a las ruinas del palacio legislativo o de la cámara de
senadores, probablemente todavía encontraría algunos legisladores momificados
con la tablet prendida, o que se molestarían al ser despertados. Lo que si es
que quien quiera que hiciera este descubrimiento se encogerá de hombros y se
limitará a admitir: Esto no se que sea y
mucho menos para que servía.
Publicado en blureport.com.mx el 2 de mayo de 2014
Imagenes: lcsun-news.com
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