Sin duda Lawrence Taylor
es uno de los mejores jugadores en la historia del futbol americano y como otros
uno lleno de historias que poco pueden alentar a los jóvenes seguidores de la
NFL.
Armando Enríquez
Vázquez.
Hace ya más de 20 años, el 10 de octubre de 1994 que los
Gigantes de Nueva York retiraron de sus jerseys el número 56. El número que por
13 temporadas portó Lawrence Taylor. Sólo un año antes Taylor había decidido
dejar el emparrillado.
Esa noche los Gigantes jugaban en contra de los Vikingos de
Minnesota y Lawrence regresó al estadio que tantos triunfos y logros lo vio
conseguir y al público que lo adoraba para ser homenajeado, para pasar a ser de
ese círculo de jugadores inmortales cuyo número no será usado por nadie más.
Lawrence Julius Taylor nació el 4 de febrero de 1959 en Williamsburg,
Virginia. En su infancia jugó béisbol y no fue hasta los quince años que comenzó
a jugar futbol americano, sus años como universitario jugó para la Universidad
de Carolina del Norte en Chapel Hill y se distinguió como un fiero linebacker.
En 1981, el año de su elegibilidad para jugar en la NFL,
Lawrence no tuvo que esperar mucho pues fue la primera selección de Gigantes de
Nueva York y la segunda selección de todo el proceso.
Catorce años después en la noche que su número habría de ser
retirado. Lawrence Taylor era un sinónimo de los Gigantes, una leyenda no sólo
del equipo, si no de la NFL, para muchos el mejor linebacker que jamás haya
jugado futbol americano.
Creo que debería estar
nervioso, pero no lo estoy porque esta es mi casa. Este es una de los tres
momentos de los que más me enorgullezco que me han sucedido aquí. El primero
fue en 1981 cuando derrotamos a Dallas y regresamos a los juegos de Play Off
después de veinte años. El segundo fue en 1987 le ganamos a los Pieles Rojas y
pasamos al Superbowl. El tercero es esta noche…
La llegada de Taylor a los Gigantes marcó un cambió en el
equipo. No fue sólo él, pero el papel que jugó en ese cambio de mentalidad fue muy
importante. Su llegada al equipo no fue una mera coincidencia con el primer
juego de Play Offs para los Gigantes en veinte años, Taylor se ganó la titularidad
en el equipo desde la pretemporada donde jugó despiadadamente en contra de sus
adversarios, Terry Bradshaw, el quarteback de los Acereros de Pittsburgh años después
declaró: Yo sólo me preguntaba, ¿quién es
este tipo? Una y otra vez me golpeaba llegando desde mi punto ciego y estaba destrozándome
las costillas.
Sus compañeros lo llamaban en broma Superman y decían que en lugar de casillero debía tener una cabina
telefónica.
Lawrence estaba bajo el mando del entrenador defensivo de
los Gigantes, Bill Parcells. La relación entre los dos fue difícil por lo
exigente de Parcells y lo rebelde de Taylor. Con el tiempo Parcells sería el
entrenador en jefe de los Gigantes y Taylor uno de los pilares para llevar al
equipo a dos Superbowls y ganarlos.
El primero en enero de 1987 cuando en la edición número XXI
los Gigantes derrotaron a los Broncos de Denver por marcador de 39 -20 y la
segunda vez cuando los Gigantes enfrentaron y derrotaron a los Bills de Buffalo
por un punto 20-19 en el Superbowl XX.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas en la carrera, ni en la
vida de LT como lo llamaban la prensa, los aficionados y sus compañeros de
equipo. Llevaba un estilo de vida en los límites, corría y destrozaba autos,
vivía como rockstar, sexo drogas y rocanrol. No seguía las normas, ni las
reglas.
En un momento los directivos de los Gigantes decidieron asegurar
la vida del linebacker, como forma de no perder una parte de su inversión. En
1987 y 1988 Taylor dio positivo en las pruebas de antidoping por haber
consumido cocaína. En 1988 fue suspendido por la liga treinta días.
Taylor siempre encontró apoyo en Wellington Mara, dueño delos
Gigantes y aquella noche del 10 de octubre así los reconoció:
Quiero agradece al
señor Mara y a su familia por siempre estar ahí cuando los necesité. Al señor
Tisch (gerente del equipo) por la sabiduría que me ha enseñado en estos últimos
tres años y a Bill Parcells por formar una parte tan importante de mi vida y
haberme enseñado a jugar este deporte.
A lo largo de su carrera profesional Taylor logró más de 132
detenciones del quarterback detrás de la línea de scrimmage, nueve
intercepciones, recuperó once fumbles y anotó en dos ocasiones. Tras su retiro
del futbol Lawrence se ha dedicado a ser comentarista deportivo y actor, pero
siempre ha estado rodeado por la controversia que sus actividades como,
parrandero y drogadicto le han acarreado. Incluso el mismo reconoce haber
llegado al extremo de vivir en una casa semi vacía donde se la pasaba
consumiendo narcóticos. Acusado de contratar prostitutas menores de edad. La
vida de Taylor ha sido por momentos un infierno.
En una entrevista en 2009 declaro que LT estaba muerto y
enterrado y que él estaba contento de ser Lawrence Taylor y estar libre de
adicciones. El público de Nueva York le perdonó siempre sus excesos y lo aclamó
en cada una de sus grandes jugadas.
Pero no es por ellos,
esta noche es nuestra, de ustedes los aficionados a los Gigantes y yo. Ustedes
siempre han creído en mí y tenido fe en mí sin importar lo que suceda en mi
vida. Sin ustedes no habría Lawrence Taylor, no habría L.T.
Terminó diciendo esa noche en que su número, el número 56
fue retirado de los jerseys de los Gigantes.
John Madden se refirió a Taylor de la siguiente manera:
Lawrence Taylor
defensivamente tuvo un impacto como ningún otro jugador que yo haya visto
jugar. Cambió la manera en que la defensiva se juega, la manera en que se juega
al momento de pasar o correr, la manera en que los linebackers juegan y la
manera en que las ofensivas bloquean a los linebackers.
imagen nydailynews.com
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